Zeus, padre de los dioses y de Roger Moore, todopoderoso macho, quedó prendado de su belleza y decidió hacerla suya; pero su mujer, la malhumorada Hera, la del rodillo en mano y furia asesina podía estar vigilándolo por lo que se transformó en un esbelto toro blanco y atravesando de un salto el trecho que les separaba, se colocó al lado de la hermosa muchacha. Esta, al ver que era manso se subió incauta a su lomo, momento que aprovechó el dios para huir nadando hacia la isla de Creta. Allí bajo la sombra de un platanero, Zeus la cubrió.
La historia no dice si para amarla volvió a adoptar una forma humana más agradable, aunque teniendo en cuenta que "penetró" a Danae, madre de Perseo, en forma de lluvia dorada, me da a mi que no lo hizo.
Tras el pitillo, como un buitre de discoteca cualquiera, la dejó arrumbiada en la isla griega. Por fortuna encontró a un bondadoso Rey que se hizo cargo de ella y de los tres hijos que le dio Zeus (Uno de ellos, Radamantis, famoso porque salía en Los Caballeros del Zodiaco "La saga de Hades")
Por eso me ha encantado siempre la mitología clásica, llegando a leer todo lo que caía en mis manos. Y es que el panteón griego está lleno de crápulas, puteros y casquivanas (igualito que en el congreso de los diputados)
Esos son los inicios mitológicos de este continente en el que vivimos. Luego vino algo más tangible, como las puntas de hierro de los pílum de los legionarios romanos, que bajo su arrollador poder unificaron la Europa Occidental bajo la Pax Romana, inculcando a sus habitantes la cultura clásica de
la ciudad italiana, que bebía a su vez de la helénica.
Pero todo tiene su final, y en un paralelismo aterrador con la situación actual, el imperio se derrumbó bajo el peso de su laxitud, su desidia y su debilidad moral, sumiendo a Europa en un abismo de oscuridad sólo iluminado por la débil llama del cristianismo.
En el barbarizado mundo post-romano, surgió un Rey: Carlomagno, con un sueño, revivir la antigua gloria romana y con ella la estabilidad en sus fronteras. Creó así el imperio Carolingio. No duró mucho. Sus nietos se lo dividieron en tres partes, formando su parte oriental el Sacro imperio romano germánico.
Las décadas se sucedieron como la tristeza sucede al amor y llegó el turno de unos hombres adustos, mal encarados, pocas pulgas y menos educación, pero cuya furia era temida en todos los rincones del mundo civilizado, habitantes de una península agreste sacudida por la guerra. Llegamos nosotros: los españoles.
El plan español para Europa era religioso más que político. Las arcas del estado fueron diezmadas en las luchas contra protestantes, reformistas y en general todo lo que no fuera católico. Pero el arte de la guerra había cambiado desde la edad antigua y los españoles tenían un nuevo mundo en el que poner sus ojos, por lo que finalmente dejaron las luchas en el viejo continente para tratar de defender su imperio de ultramar.
Cuando el sol se acababa de poner para España, el amanecer llegó al vecino del norte: Le petit cabrón, Napoleón, que envuelto en las llamas de la revolución quiso prender fuego al mapa europeo y sacrificar en la purificadora pira a las monarquías caducas para instaurar en sus tronos de oro nuevas lineas de sangre napoleónicas.
Una desastrosa aventura en Rusia, la sangría española y la poca iniciativa del mariscal Grouchy pusieron fin a sus sueños de una Europa dominada por los Bonaparte.
Y la rueda del tiempo giró y a un imperio sucedió otro. Inglaterra no quería dominar Europa. ¿Para qué? Ya dominaban los mares y pese a las constantes luchas de las potencias continentales, estas eran demasiado fuertes para la pequeña isla-nación. Que le den a los europeos, dijeron, actitud que se ha mantenido hasta nuestros días.
Pero llega una fecha fatídica: 28 de Julio de 1914. Las luces de Europa se han apagado; no volveremos a verlas encendidas en todos los días de nuestra vida, llegará a profetizar Sir Edward Grey ante la deflagración que ha estallado en la vieja Europa, que necesitará el auxilio de la mano de obra de sus colonias en África, Asia y Sudamérica para ocupar los puestos de trabajo dejados por los hombres mandados al frente.
Tras la desolación,llega la paz. Comienza así la decadencia europea en todos los campos. Árbitro de los asuntos internacionales, deberá dejar el papel en manos de las dos superpotencias que emergen de la contienda mundial: USA y la Unión Soviética.
La derrota alemana roe las entrañas de muchos germanos, y en especial de un modesto cabo de Bohemia aficionado a la pintura y que pasea un bigote ridículo donde quiera que va. En poco tiempo se hace con el control del país y recoge el testigo de Napoleón. Pretende crear una unión de países europeos bajo la sombra alargada del Fuhrer (Más adelante muchos antieuropeistas señalarán su descontento con la propuesta paneuropea, aduciendo su similitud con el plan nazi)
Como con el caudillo francés, su sueño fracasa en las frías estepas de Rusia.
Una vez más Europa está devastada. Ha sufrido un golpe del que jamás se volverá a levantar. Poco a poco va perdiendo sus colonias, su poder de decisión en los asuntos mundiales se ve eclipsado, su cultura se marchita; ya no es referente en ninguna de las artes, ni siquiera en las nuevas lineas de pensamiento que emergen; y lo que es más humillante: se convierte en rehén de las dos grandes superpotencias.
Las dos primeras guerras mundiales se lucharon en suelo europeo entre europeos; en la tercera serán unos meros espectadores de lo que decidan otros. Se convertirán en una atracción de feria, un macabro y devastador tiro al plato con las milenarias ciudades como objetivos.
Y así, de la misma forma en que tras la barbarie y las décadas de pillaje que siguieron a la caída de Roma, floreció el comercio, tras la desolación de la guerra, con una población hastiada de la violencia y las luchas sin sentido, las naciones se vuelcan en lo único en lo que pueden destacar, lo único que les puede dar un sentido: la economía.
Con la declaración Schuman en 1950, se ponen las primeras piedras de la CEE que traerá décadas de prosperidad económica.
Si habéis llegado hasta aquí, primero, enhorabuena, y segundo habrán quedado muy claras las motivaciones de todos los que soñaron con una Unión Europea.
- Los romanos ansiaban tierras y más recursos.
- Carlomagno, orden y progreso.
- España, el catolicismo universal.
- Napoleón, un sueño megalómano.
- Hitler, la supremacía del hombre ario.
No hay un objetivo (salvo el control efectivo de los ciudadanos), el proyecto "Europa" no existe y para colmo no hay nadie capaz de encontrar un rumbo. Estamos dirigidos por una clase política tan nefasta que Adenauer, De Gaspieri o Attlee se estarán removiendo en sus tumbas por tener unos herederos tan impresentables. Si hasta Anthony Eden al lado de Gordon Brown es el Capitán Justicia...
Cierto que es cuestión de tiempo que lleguemos a un entendimiento total, en que la confianza sea tal que deleguemos parte de nuestra soberanía en un proyecto común, pero para ello se necesita trazar una linea en el suelo y decidir qué es europeo y qué no. El multiculturalismo no puede ser la base de un estado supranacional fuerte como se pretende que sea Europa.
Ahora mismo somos un cajón desastre donde van a parar creencias, costumbres y leyes de todos lados sin pararnos a pensar siquiera si entra en conflicto o no con los ideales europeos, que al final son los ideales romanos, griegos y judeocristianos.
¿Quién podría responder qué es Europa? Para un finlandés es la forma de simplificar el viaje a España, para un alemán una soga al cuello de la que tiran los países más necesitados de fondos de cohesión, para un francés una forma de hacer notar su superioridad cultural, para un italiano el quitarse a Berlusconi de en medio algunas semanas al año, para un español, la certeza de que serán cascos azules alemanes o franceses los que patrullen las devastadas calles cuando comencemos a darnos de hostias los unos contra los otros, como siempre hemos hecho.
Así a bote pronto, para mi, el lugar donde puedes hacer top less en la playa sin que te metan en la cárcel, cosa que está muy bien, pero para eso no hace falta crear órganos de gobierno constituidos por políticos acabados.
Dentro de poco se celebran las elecciones al gobierno de esa maquinaria burocrática varada en Bruselas. La participación será escasa como la de una fea en una orgía de Antonio Resines. En toda Europa a los ciudadanos les importa muy poco el tema. Al fin y al cabo, ¿qué tiene de especial darle el voto a alguien que luego va a decidir lo que le salga del nabo? Nabo francés por supuesto que si no le tiran el camión.
¿Y del panorama en España qué decir? Yo propongo un Royal Rumble entre fanáticos del PSOE y del PP; un combate masivo de gladiadores, como los de la Roma antigua en el que sólo quede uno (espero que el león) Así al menos no darían más el coñazo y dejarían el sitio libre para que alguien hiciera algo en condiciones.
Yo personalmente me iré a la playa a hacer top less. Será mi forma de ejercer mi condición de europeo.
Se te ha pasado un apunte negativo másde las cacareadas "europeas": coladero de los etarras y su consiguiente beneficio economico...Lo están bordando...
ResponderEliminarTe acompaño a hacer top-less!!!
P.D.:¿Te has fijado que Zeus y Roger More nunca compartieron escena?Lo mismo son la misma persona!!!
Jajaja pues no lo descartaría que lo fueran. Eso explicaría el tremendo éxito de Moore con las mujeres y con los hombres.
ResponderEliminarSe me pasó si. Hay tantas cosas negativas o incomprensibles que ponen de los nervios a cualquiera. La prueba fehaciente de que "Europa" no tiene ni idea de qué quiere hacer ni de a donde va, es que en el tema de la inmigración y la protección de las fronteras, cada uno va a su bola y se producen unas incoherencias terribles. En Italia se expulsa a los rumanos y aquí se les dice que se vayan.¿Quién diantres votó para que Rumanía formara parte de la Unión entonces? ¿Y para qué? ¿por los escasos pozos de petroleo? Deben estar ya exprimidos ¿o para acercarse a Rusia de cara a una futura anexión de la misma? Porque volvemos a lo mismo, para fomentar el desarrollo de esos paises (y traer estabilidad a las fronteras europeas) existen otras formulas más sencillas y menos problemáticas.
En fin, no hay nada como empezar la semana con optimismo jajaja
Voy a por la crema solar, no vaya a ser que se nos quemen :P
Abrazos mil!!