Aún recuerdo la primera vez que jugué al PC Fútbol 4.0. Yo estaba en el instituto y allí el conocer todo lo referente al deporte rey era la linea que delimitaba a los apestados de la gente molona. Era mi segundo año por lo que había tenido tiempo de asimilar partidos históricos, alineaciones y anécdotas curiosas. En estas, un día llegó Prosinecki, no el jugador sino un chaval rubio y algo tirillas al que apodábamos así por sus canillas escuálidas, con un puñado de disquetes con el juego de Dinamic.
Cuando llegué a casa lo primero que hice fue instalar el juego y comenzar una liga. Todo iba viento en popa. Era primero de la clasificación y en Europa había ganado todos los partidos, además de un buen montante de dinero, así que decidí hacer un par de fichajes estrella: Overmars y Ryan Giggs.
Overmars era rapidísimo y con él conseguía meter goles casi desde el centro del campo, pero Giggs... maldije hasta la última peseta que gasté en semejante paquete. Igual era un bug del juego, pero su control del balón era desastroso y siempre disparaba a matar (a matar al público tras la portería vaya)
Pasaron quince años de eso, hasta ayer. Cual fue mi estupefacción, al ver saltar al campo de juego al fantasma del PC Fútbol todavía en el Manchester, de donde lo fiché. Me quedé sorprendido de que todavía siguiera arrastrándose por los terrenos de juego y mucho más en una final europea, pero bueno, en cuanto comenzó a jugar el equipo inglés supe que no desentonaría.
Empezando por el portero, un muñeco de plástico alargado de esos que colocan en las playas para que se mueva con el viento, un maniquí del Corte Inglés (que al final resultó ser el que más acertado estuvo), un puñado de ninots, Kim Jong Il intentado huir de las represalias americanas y un tío que pasaba por allí y se sentó en el lugar del entrenador a ver el partido.
Una lástima que Overmars no saliera a jugar...
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