El Tamagotchi nació en Japón para llenar el vacío de millones de nipones grandes y pequeños, que no podían permitirse cuidar de una mascota en sus claustrofóbicos apartamentos. El pequeño bicho al que había que alimentar y mimar como si fuera un veinteañero, se extendió como el rumor de la Nocilla y en poco tiempo comenzaron a surgir imitaciones por doquier.
El mundo del sexo no podía quedar al margen de semejante negocio; pero ¿cómo convertir a una tierna bola de pixeles en algo estimulante para los sentidos? Obviamente no se podía, así que tuvieron que olvidarse de crear aparatos portátiles para volcar sus esfuerzos en el mundo del PC.
El primer título que surgió a rebufo de la moda fue "Virtual Pet Slave girl" en el que una rubia y poco conseguida sumisa se plegaba a nuestros deseos en una lóbrega mazmorra virtual. Era un juego bastante rudimentario en el que las acciones a realizar se limitaban a encerrarla en una jaula, atarla a un cepo, darle cachetes, azotarla y/o introducirle diferentes objetos. Apto para todos los públicos vaya. Para colmo, con el fin de ocultar el sórdido contenido del programa, este presentaba el icono de un gatito blanco, con lo que irremediablamente terminabas por ejecutarlo, pues ¿quién se resiste a pinchar en un ojo a un gato?
Pero los japoneses no podían quedarse atrás. Ellos compiten con el resto del mundo en una carrera por el porno que recuerda a la lucha por conquistar el espacio. Por ello, los salidos de Illusion, famosa productora de software para adultos, lanzaron hace unos meses "Box Hako", una suerte de tamagotchi en el que deberemos cuidar de una moza poligonal recreada con todo detalle, que habita una caja, procurándole diversión, comida, ropa, encendiendo su pasión y posteriormente apagarla a golpe de manguerazo.
Suena aburrido ¿verdad? Pues si, lo es. Es insufrible ver a la chica jugando al hula hop mientras intentas quitarle la camiseta sin éxito. El juego es lento con avaricia y ganaría muchos puntos si su objetivo fuera el de salvapantallas. Sólo lo disfrutarán los accionistas de Nvidia, a los que bastará deleitarse con los suaves vaivenes de la falda, para excitarse como un amish en su noche de bodas.
El mundo del sexo no podía quedar al margen de semejante negocio; pero ¿cómo convertir a una tierna bola de pixeles en algo estimulante para los sentidos? Obviamente no se podía, así que tuvieron que olvidarse de crear aparatos portátiles para volcar sus esfuerzos en el mundo del PC.
El primer título que surgió a rebufo de la moda fue "Virtual Pet Slave girl" en el que una rubia y poco conseguida sumisa se plegaba a nuestros deseos en una lóbrega mazmorra virtual. Era un juego bastante rudimentario en el que las acciones a realizar se limitaban a encerrarla en una jaula, atarla a un cepo, darle cachetes, azotarla y/o introducirle diferentes objetos. Apto para todos los públicos vaya. Para colmo, con el fin de ocultar el sórdido contenido del programa, este presentaba el icono de un gatito blanco, con lo que irremediablamente terminabas por ejecutarlo, pues ¿quién se resiste a pinchar en un ojo a un gato?
Pero los japoneses no podían quedarse atrás. Ellos compiten con el resto del mundo en una carrera por el porno que recuerda a la lucha por conquistar el espacio. Por ello, los salidos de Illusion, famosa productora de software para adultos, lanzaron hace unos meses "Box Hako", una suerte de tamagotchi en el que deberemos cuidar de una moza poligonal recreada con todo detalle, que habita una caja, procurándole diversión, comida, ropa, encendiendo su pasión y posteriormente apagarla a golpe de manguerazo.
Suena aburrido ¿verdad? Pues si, lo es. Es insufrible ver a la chica jugando al hula hop mientras intentas quitarle la camiseta sin éxito. El juego es lento con avaricia y ganaría muchos puntos si su objetivo fuera el de salvapantallas. Sólo lo disfrutarán los accionistas de Nvidia, a los que bastará deleitarse con los suaves vaivenes de la falda, para excitarse como un amish en su noche de bodas.