Una conversación termina y otra comienza. Intercambiamos las formulas de rigor; ¿de donde eres?, ¿a qué te dedicas?, ¿qué buscas?, pero hay algo diferente en ella. No es la típica chica que antes de nada pregunta si tienes coche o dinero, hay algo que le preocupa. Un poco de confianza y buenas palabras basta para que me explique qué le ocurre.
Esa noche piensa hablar con su novio, llevan cuatro meses juntos y ella se siente abandonada, sola, él no se preocupa por ella, no está tan pendiente de ella ahora como durante el periodo de cortejo, claramente él ha perdido el interés. Ella se entregó a él muy pronto con la esperanza de poder retenerlo a su lado consiguiendo el efecto contrario, seguramente él solo quería un polvo fácil, quizá varios si la chica es guapa y una vez que lo ha conseguido ha perdido todo el interés en ella. Así se lo digo, pero también la animo, puede que sea algo pasajero desde luego yo soy el menos indicado para aconsejar a alguien sobre como llevar una relación.
Le aconsejo que hable con él y si no reacciona que lo deje, de lo contrario solo conseguirá sufrir más. Es curioso como la gente escucha los consejos del mayor desconocido y los sigue, quizá porque era le dije lo que ella queria escuchar.
Me despido de ella con la promesa de un futuro encuentro en el que me cuente que tal le va. La encuentro al día siguiente, misma hora, mismo lugar. Me relata cómo fue la conversación. Antes de que ella hubiera podido abrir la boca, empezaron a hacer el amor, se abandonó al placer. Los problemas podían esperar hasta que llegara al orgasmo. No contaba con que una vez alcanzado el climax, él se quedara dormido. Me dice que esa noche volverá a quedar con él para intentar darle un rumbo a su relación, pero después del fútbol que él va a ver con sus amigos. Me despido de ella, esta vez para siempre. No la he vuelto a ver, pero si sigue con su novio, no hay que ser un lince para intuir que sólo le espera sufrimiento, amargura y desprecio.
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