Last Christmas i gave you my heart...

But the very next day, you gave it away, thiiis year to save me from... Como he llegado a aprenderme este clásico de Wham lo desconozco, quizá porque en el autobus universitario no deja de escucharse en estas fechas.
En mi barrio ya han colocado las luces de navidad, lo que significa que las fiestas estan cerca. No envidio al que le han colocado una pletora de bombillas con un hermoso mensaje frente a la ventana del dormitorio (y que con todas mis fuerzas deseo sea la del vecino ruidoso), pero hay que reconocer que con la iluminación extra, la calle parece más viva (cosa por otra parte no muy dificil puesto que en cualquier otra época del año, ni los zombies se atreven a pasar por ella).
Decir navidad, es decir tradición. Una tradición que cada año que pasa se va perdiendo un poco más. La navidad de antes era más navidad. Sabiamos que la navidad celebraba el nacimiento de Jesus (que digo yo, un ateo por que celebra la navidad?, supongo que para hartarse de langostinos como todo el mundo), y únicamente los Reyes Magos traian regalos a los niños.
Primero importamos el arbol de navidad, que, digan lo que digan, acabó con el portal de belén de toda la vida (el 24 de Diciembre del 88 fue trágico para miles de figuras, que tuvieron que emigrar, excepto los caganet, que de esos no faltan en ninguna casa).
Lo siguiente que importamos fue Papa Noel . No tengo nada contra los tipos orondos vestidos de rojo (ahi está Carrillo sin ir más lejos), pero si contra el horripilante merchandising que se ha creado a su alrededor. Primero el Santa Claus (papa noel americano) bailarin, que no duraba ni 5 minutos con la ropa puesta, ya que siempre estaba el típico gracioso que le desnudaba, por el simple placer de ver a un tio en bolas bailar, aunque sea un muñeco (por cierto que Santa debe ser un angel por que no tiene sexo..).
Lo último de lo último es el Papa Noel escalador, figura absurda donde las haya puesto que todo el mundo sabe que Santa salta directamente del trineo a la chimenea, para, con ayuda de la fuerza de la gravedad, introducir su robusto cuerpo por tan minusculo agujero. En cualquier caso, si paseando veis encaramado en un balcón a un tipo vestido de rojo, fijaos bien antes de dispararle, no vaya a ser que dañeis a un muñeco.
La verdad es que puestos a importar tradiciones, no estaria de más, introducir la de tener que besarse bajo una rama de muerdago, un buen método para romper el hielo y besar a una chica sin tener que llevarte una buena torta.
Otra de las cosas que han cambiado, son los villancicos. Estos han sido relegados a las cenas de empresa, cuando el personal va cargado con un par de copas de más. Uno de los que nunca fallan es "El tamborilero" de Raphael (¿existe alguna persona viva a la que no se le erice el pelo del cogote al escucharla?), pero en las cenas, no es Raphael el que la interpreta, sino el gracioso de turno (el mismo de antes, sí) lo que hace que cualquier limite de verguenza ajena salte por los aires. Tras el recital, se procede a una costumbre importada tambien, llamada "El amigo invisible", en la que se demuestra que la racaneria humana no tiene limites, aunque reconozco que gastarse los dineros en alguien a quien no puedes ni ver (que suele ser el 80% de la plantilla) tiene que doler mucho.
Tras el intercambio de regalos, la frase que más se escucha es: "lo importante es el detalle"; las cenas suelen terminar casi siempre con más villancicos, pero con letras de dudoso gusto en la que los protagonistas son los jefes y/o compañeros que han tenido el buen criterio de no asistir a la cena.
Supongo que si habeis llegado hasta aqui habreis acabado hasta los mismisimos de leer Navidad, papa noel, etc... y es que en eso consiste la Navidad, en un empacho masivo a todos los niveles con el que olvidar todo lo acontecido en el año. Asi pues, Feliz Navidad a todos!!! Yo por mi parte me quedo con la fiesta del sol invicto en la que antiguamente, se fol... se relacionaba uno más con la gente :).

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