Hace unos días se le ocurrió a La Rizos un curioso juego. Escribió el comienzo de un relato y varios bloggers debían continuarlo y darle un fin, según su estilo propio. Su versión podréis encontrarla en "Una de Rizos" La mía, es esta:
Se despertó pasadas las once, maldiciendo en voz alta por haberse olvidado de poner la alarma del despertador la noche anterior. Sin encender la luz, casi a tientas, se vistió velozmente y se recogió los rizos en una cola de caballo traviesa.
Subió las persianas de su dormitorio y descubrió un sol inmenso descansando en un cielo despejado y casi estival, por lo que la sonrisa se le escapó entre los dientes sin poder evitarlo.
Hoy tenía una cita, un encuentro que llevaba ya meses deseando, y nada ni nadie podría arrebatarle el cosquilleo alegre de la barriga ni la brillante mirada de Bambi con la que su compañero de piso la vio aparecer por la cocina.
-Joder, tía, parece que hayas pasado la noche retozando con Carlos Baute, menudo careto de felicidad…
-Idiota,- dijo ella llenándose el tazón de cereales sin perder la sonrisa- es que esta tarde he quedado con Juan. Iremos al cine y a cenar.
Manuel dejó caer de golpe el Penthouse sobre la mesa, salpicando de leche a la tetona rubia de la portada.
-¿Con Juan? ¿El chuloplaya ese que me presentaste el mes pasado en la fiesta de tu amiga? Tú estás loca, Amparo. Siempre buscas el amor de tu vida en tíos que piensan con la polla, así te va.
Amparo le sacó la lengua (llena de Frosties y colacao) y respondió:
-Tú qué sabes. Vale que Juan fuese un poco promiscuo en su adolescencia, pero ahora ha cambiado y es un tío súper interesante. Trabaja de locutor de radio y gana una pasta, y encima viaja todas las semanas a los Estados Unidos. Es un tío culto, maduro… y además dice que soy muy sexy, jijijj…
Manuel agarró su revista, la abrió por la página 16 y le acercó a su compañera una foto donde una buena mujer se mimaba a así misma con un consolador de 25 cm, murmurando entre carcajadas:
-Mira, para mí esto también es sexy. El término “sexy” es muy relativo…
No aguantó más. Se levantó de un salto sin mirar a su compañero borrando la sonrisa de su rostro de un plumazo, dejó el cuenco aún medio lleno de cereales en el fregadero y salió de la cocina no sin antes dedicarle un “¡gilipollas!” a Manuel, que siguió tan tranquilo leyendo su revista.
Qué sabría él de Juan, pensaba esta misma tarde mientras terminaba de ponerse el rímel y el colorete frente al espejo del baño. Las personas cambian, incluso ella misma…que hace unos años no hubiese sido capaz de llamar al tío de sus sueños y pedirle una cita. Pero ahí estaba ahora, imponente con su vestido de escote imposible y sus taconazos nuevos. Lista para comerse el mundo.
Cogió las llaves de casa, se puso colonia y bajó veloz las escaleras del bloque cuando vio aparecer el cochazo de Juan aparcando frente al portal.
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Se acercó al BMW dando pequeños saltitos mientras intentaba que sus senos no se deslizaran fuera de los límites que le marcaba la tela. Se acercó a la puerta del acompañante y se inclinó sobre la ventanilla bajada, cuidándose de que su escote tomara el papel protagonista, pero Juan la saludó con la mirada puesta en sus ojos acompañada de una cálida sonrisa. La invitó a que entrara al vehículo, pues se hacía tarde y su reserva corría peligro.
Mientras se desplazaban por las calles de la ciudad hacia el nuevo restaurante del centro del que tan bien le habían hablado, Amparo se preguntó si en verdad el hombre que la acompañaba, antes conocido como "El tigre de Chamberí" por su voracidad con las mujeres, se habría reformado o si por el contrario era una treta para caer sobre ella hambriento de su carne, en cuanto bajara la guardia. Hasta un ciego habría girado su cabeza en dirección a su busto, al intuir su volumen expuesto a la brisa de la noche. Sin embargo él, conducía con la vista fija en la carretera y cuando alguna que otra vez le dedicaba una sonrisa en mitad de la charla banal con la que probaban sus defensas, esta iba dirigida a sus ojos.
Sus cavilaciones se esfumaron al entrar en el salón principal de "Le grand Cochòn", una reproducción exacta del interior del Folies Bergère que la hacía sentir como una cabaretera de la Francia del XIX, mientras recorría el camino hacia su mesa.
Poco antes del segundo plato supo que algo iba mal. Durante media hora habían hablado de sus trabajos, su afición compartida por el cine y muchas cosas más, ¡¡pero no le había dedicado ningún cumplido!! y seguía sin descender por el mareante arroyo que se internaba en sus carnosos senos, ni siquiera cuando ella fingía mirar hacia otro lado y comprobaba con el rabillo del ojo los movimientos de su acompañante.
- Aquí pasa algo raro - pensó mientras el camarero colocaba ante ella un filet mignon - Me da la impresión de que no está interesado en mi.
Lo observó durante unos instantes comer con parsimonia, con un manto de tranquilidad anormal.
-¿Me habrá invitado para dar celos a alguien? Debe ser eso sí. ¡¡Hay otra!!
Pero se cuidó mucho de darle a conocer a Juan sus reflexiones. Decidió continuar con la velada en espera de un error por su parte que le permitiera descargar la furia que se iba acrecentando con cada pedazo de filete que desgarraba con sus colmillos.
El restaurante contaba con una sala anexa en la que los comensales podían rebajar las calorías consumidas, bailando en una abarrotada pista de baile, a la que Amparo se vio arrastrada a regañadientes.
Juan no percibía la indiferencia con la que le obsequiaba ella. Se sentía engañada, utilizada, usada... La lenta melodía de una balada envolvió a los presentes en un manto de romanticismo y abrazos en la semioscuridad de la pista.
Esperaba el acercamiento de Juan para rechazarle enérgicamente, pero este se limitó a posar sus recias manos en sus caderas y dirigirla con suavidad entre las demás parejas, más preocupadas por amarse que por seguir el ritmo de la canción. Aquello fue la gota que colmo el vaso.
- ¿Puedes llevarme a casa? - le preguntó cortante - No me encuentro bien.
Con la sospechosa amabilidad de la que había hecho gala, le dijo que no se preocupara. Unos minutos después se encontraban frente a su domicilio.
El corazón se le aceleró cuando Juan se reclinó hacia ella.
- Lo sabía - pensó con satisfacción - Esperaba a que me hiciera la despistada. Ahora me dará un beso. ¡Seguro!
Pero este se incorporó al instante con una de sus horquillas en la mano.
- Se te ha caído.
- Este gilipollas es gay - murmuró mientras daba un portazo y se introducía en el edificio sin mirar atrás.
Apesadumbrado, Juan sacó el móvil de su bolsillo e hizo una llamada.
- Andrea cariño, no ha habido suerte. Ser galante no funcionó. Tendremos que buscar a otra para hacer el trio.
Lanzó el teléfono al asiento del copiloto, echó un último vistazo al portal y se incorporó lentamente a la carretera.
- Vaya par de tetas tenía - se lamentó mientras se perdía entre el tráfico...
xDDDDDDDDDDDDDDDDD Juasss... Eso le pasa por no quedar con una rubia, que seguro que hubiese colao :P
ResponderEliminarMuy bueno, Roboto. Aunque eso ya se sabía ;)
Muy bueno!!!
ResponderEliminarMe ha encantado ese final jajaja. Aún estoy descojonándome xDD
Un saludo
Me alegro que os haya gustado :)
ResponderEliminarPensaba hacer una historia picantilla, pero ya no me salen. Aún así, creo que lo que me hha salido encaja en mi estilo.
Besos y abrazos!
Gracias por la visita Oscar!
Hola!!! he llegado aqui a través de la rizos, intrigada por conocer los diferentes finales de su historia...este final me ha gustado mucho!!! jajajaja vaya tela con el "supuesto galan" jajajajajaja Creo que me dejaré caer por aqui amenudo!!! Saludos!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado Agua. Los hombres nunca son lo que parecen :)
ResponderEliminarVuelve cuando quieras!!
Gracias por la visita!
jajaja, ay qué complicado es encontrar a gente para esos menesteres!
ResponderEliminarMuy bueno! :D
Pues si Picomike, la gente desconfía de los tríos, incluso si es para hacer un club literario. El 3 es un número altamente sexual y por ello las personas lo rehuyen.
ResponderEliminarSin ir más lejos, los tres mosqueteros eran cuatro; Martes y Trece, hasta que no echaron al barbas, no dió el pelotazo; Los tres reyes magos son los padres; Los tres sudamericanos son robots... :P
Gracias por la visita!!
Juas... curiosa teoria, la del numero tres. Por eso los diferentes sabores de los biofrutas son cuatro, y por esa razon tambien se nos traba la lengua cuando intentamos decir eso de: tres tristes tigres... Claro, es nuestro subconsciente!!!
ResponderEliminarY por eso, la gente odia uno de los tres sabores de los helados de barra, sólo dos de los tres astronautas del Apollo 11 pisaron la luna, Los tres amigos es una película horrible (bueno a mi me gusta pero creo que soy el único) y así podría seguir hasta el infinito...
ResponderEliminarPuede parecer una tontería, pero Iker Jimenez te hace de esto un especial de tres horas sin despeinarse!!!
no esta nada mal... eso si, el protagonista es gilipollas, que si se lo dice directamente...
ResponderEliminaraunque creo que lo mas facil sería haber ido la pareja para decirle, oye, tia, estas buenisima... follamos los tres?
Un saludo
Genial!!
ResponderEliminarme he reído un montón... jajaja
sorprendente final!
Bueno Eingel, con el relato trataba de plasmar lo irracionales que pueden llegar a ser las mujeres (aunque suelen tener razón) y que los hombres, por mucho que aparenten, sólo piensan en lo mismo :P
ResponderEliminarLa variante que propones de que sea la chica la que proponga el trio a otra chica, debería ser estudiada. Desde aquí lanzo el guante si alguien lo intenta, que cuente su experiencia!!
Me alegro que te haya gustado Txispas :)
Gracias por la visita!!!
No te excuses compañero, es la pura realidad: la incongruencia femenina (...se escucha el silbido de un cuchillo a duras penas esquivado...),
ResponderEliminarla inmamenete lubriciodad masculina, y el origen cibernético de los tres sudamericanos.
Un relato imprescindible el tuyo!!!
(aunque conmigo lo tenías facil sabiendo de mi gusto por la Ciencia Ficción; los trios ya se sabe que es como viajar en el tiempo; cuando lo haga te aviso)
Un abrazo!!!
Jajaja es más, yo creo que los viajes en el tiempo son más probables!!
ResponderEliminarSi, las mujeres son todas unas... uy mejor me callo que viene una hacia mí con unas tijeras a lo Lorena Bobbit!!
Un abrazo triásico!!!
Me ha gustado mucho, de verdad!!
ResponderEliminarAunque yo también pienso que si se lo hubiera dicho directamente...
jajaja, este final no se por ke pero me arrancado la risa...me ha sorprendido..muuy bueno
ResponderEliminarsaludos!
Me alegro que os haya gustado :) y que haya causado el efecto que pretendia!
ResponderEliminarGracias por la visita!
Un saludo.
Nene, qué grande eres!!!!!!
ResponderEliminarJuas, de verdad, me ha gustado mucho, mucho. Y también es cierto que, sin ser picante al más puro estilo Roboto, es muy tu estilo, con ese toquecito sexual del final.
Eres un crack! :)
Muchas gracias Fle!!! Me alegro que te haya gustado :) Puede que el espíritu de Roboto me haya abandonado, pero siempre quedará un rescoldo :)
ResponderEliminarUn abrazo!!