Uno ve en el trailer que han comenzado a emitir en las distintas televisiones, al bueno de Clint agarrando un arma en un par de escenas y encarando a un grupo de maleantes con la poderosa voz de Constantino Romero y claro, uno piensa que el espíritu de Harry Callahan ha vuelto a la vida, a rebufo del revival de los Rocky, McClane y compañía. Nada más lejos de la realidad. Como aún quedan algunas semanas para su estreno, no desvelaré ningún spoiler.
La película contiene en si misma infinidad de lecturas embutidas en una historia quizá algo manida, como es el tema de las bandas callejeras, pero bajo la diestra mano de Eastwood se convierte en una reflexión sobre la vida y la muerte, sobre el ocaso de un hombre, sobre la formación de una persona, la justicia y la venganza, una pincelada de la sociedad actual... todo ello acompañado por una soberbia banda sonora en la que Clint se atreve a cantar.
El monumento que hace este hombre al cine es tan grande, que visto el panorama actual, se puede decir que sin lugar a dudas, cuando Clint Eastwood muera, morirá Hollywood.
Arrodillaos ante Clint, ¡infieles!
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