Uno más que se une a la corriente popular de opinión, esta vez,con algo de fundamento. Y es que desde las recientes navidades, llevo practicando hora si, hora también al de sobra conocido Brain Training; y no es suficiente con que detalle a la velocidad del rayo los colores que se suceden en pantalla, ni que resuelva al instante las sencillas operaciones aritméticas; la poligonal cabeza del doctor japonés, equipara inevitablemente, mi capacidad mental, con la de un hombre de cuarenta años.
El valor didáctico-científico del juego es nulo. Dudo mucho que con una simple prueba puedan medir nada (que conste que no lo digo desde el rencor); la única función de clasificarte con una edad, es picarte. Picarte para que no dejes de jugar una y otra vez en una espiral que de no controlarse, puede llevarte a perder trabajo, mujer e hijos. Por suerte no tengo ninguna de las tres, bueno dos. Porque, aunque digan lo contrario, berrearle a una máquina o que esta reconozca lo que escribimos, tiene su aquel, aunque solo sea por la novedad del planteamiento.
Si hay una palabra que defina al juego, es adicción; en grado sumo, lo que hace que el manido truco de espolear el orgullo del adversario para incentivarlo a jugar, sea innecesario. Eso si, como la próxima vez me vuelva a soltar que tengo cuarenta tacos, el Dr Kawashima va a comprobar la ley de la gravedad en sus propios circuitos.
Joe macho, pues a mi me hace mas joven de lo que soy... Tu no habras visto muchos cohetes volando en tus resultados, no?
ResponderEliminarLo unico que he visto ha sido al Kawashima dandome animos para que no me cabree y lo tire por la ventana, porque por muy rapido que haga las pruebas sin fallar, se me queda estancado en los 40 años, que no me queda tanto bien pensado pero vaya, empiezo a pensar que esta trucado.
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