Muchos odian a Bush, uno no mola hasta que no hace un chiste sobre él o le llama estúpido; precisamente suele ser esa gente que pasará cincuenta años de su vida pagándole al banco por su casa, o que se acuesta con esa vecina de la que huyen hasta los gatos; pero a tenor de lo sucedido en Iowa, dentro de no mucho se le estará echando de menos.
Uno de los últimos Chuck Norris facts, dice que "Chuck Norris sólo vota a Mike Huckabee", y puede que por eso, este candidato republicano semidesconocido, se haya llevado el gato al agua en el bando del elefante azul. Ex-telepredicador evangelista y escéptico sobre esa cosa llamada evolución, me recuerda al presidente de Rescate en Los Ángeles; un fanático religioso capaz de llevar al mundo a lo más profundo del abismo, o dejarlo como está y que vaya él solo. Un charlatán capaz de movilizar a los granjeros del medio oeste, que resulta que son muchos y pueden decidir las elecciones. ¿Puntos a favor? el único que importa: Chuck Norris le apoya. Con lo que será el futuro presidente, a no ser que Chuck Norris cambie de idea.
Del resto de candidatos republicanos, ¿para qué hablar? por ahí anda Giuliani, el heroe de New York City, cuyo camino a la Casa Blanca está tan empedrado de escándalos que suerte tendrá de no terminar la campaña en la carcel. Junto con Mitt Romney y el eterno John McCain, forma parte del trio del carisma, o de los perdedores, tanto da.
Con estos contrincantes, y el convencimiento de que la gente está hasta los mismisimos de los republicanos, los jerifaltes demócratas, deben pensar que pongan a quien pongan: un mexicano, un mono o un muñeco de nieve, van a ganar seguro; y he aquí que han surgido como posibles aspirantes, un negro y una mujer. Lo nunca visto.
En la, según dicen, racista américa, podria parecer que una mujer tendria más posibilidades de alzarse con la victoria, pero claro, la mujer es Hillary Clinton, la (sic) zorra sin escrúpulos que no echó a su marido de la Casa Blanca tras enterarse de que fumaba puros en el despacho oval con su secretaria, y todo para mantenerse en el primer plano político.
Obama ha sabido aprovechar esto, y le ha bastado con desempolvar los viejos sloganes demócratas de antes de la guerra de Vietnam, para meterse en el bolsillo a un electorado ávido de nuevas sensaciones, que busca el más difícil todavia, y que ya considera a Hussein (pues ese es su primer nombre) como el Kennedy negro. Mucho me temo que seguirá sus pasos, hasta las últimas consecuencias... pues es considerado un apóstata para el mundo musulmán. Y a los apóstatas no les dan palmaditas en la espalda precisamente.
El tercero en discordia es John Edwards, algo así como el Quique del partido demócrata. Por su perfil extra bajo, seria el más recomendable para el puesto, pero el público americano odia a los segundones, y ya tuvo su oportunidad como segundo de Kerry.
Cuando escribo esto continua el recuento en New Hampshire y no se preveen sorpresas. Obama continua ganando votos y confianza. Con respecto a Huckabee, más de lo mismo.
Así que el futuro se presenta negro para todos.
Si lo dice Chuck, yo le voto
Chuky for president!!!
ResponderEliminarPatadas voladoras para todos!!!
Si gana Obama el panorama no estará negro, hombre. En todo caso café con leche, porque muy negro muy negro no es.
ResponderEliminarDe todos modos pienso que en las elecciones americanas deberían poder votar todos los ciudadanos del mundo, ya que cualquier decisión que tomen los yankis afecta tanto a un señor de Illinois como a uno de Tordesillas.