El espia judio de Hitler

1941. Las tinieblas cubren el continente europeo, sumiéndolo en una irrespirable paz. Mientras Gran Bretaña resiste solitaria las embestidas aereas nazis, la guerra terrestre se ha trasladado a otros frentes: las estepas de Rusia y las arenas de África. Para doblegar al oso ruso, Hitler confia en el músculo engrasado de sus Panzerdivisionen, pero en el continente negro la situación es distinta. Es un frente secundario y como tal, las unidades germanas enviadas en auxilio de los italianos, son escasas frente a las de su enemigo británico, cuyas lineas de abastecimiento les nutre de todo lo necesario para sostener la lucha. Sin embargo, los barcos repletos de suministros para el Afrika Korps de Rommel, son echados a pique por la aviación y la marina enemiga, con base en la isla de Malta. Se hace necesario buscar la victoria por cualquier método.

Se inicia una búsqueda desesperada de recursos y aliados. Uno de ellos puede ser la población árabe bajo mandato británico y que ansia la independencia de la potencia colonizadora. Los informes del Abwehr (servicio secreto alemán) inciden en que un levantamiento de la población de la zona, facilitaria el trabajo a las tropas de Rommel. Sólo hay un inconveniente, no hay espias que conozcan la idiosincrasia árabe, ni siquiera la lengua, lo suficientemente bien para tener éxito.

Cannaris, jefe máximo del espionaje germano, toma entonces una decisión inaudita. Del campo de concentración de Buchenwald, donde trabaja de cocinero, manda "liberar" a Lutz Koch, un judio austriaco, detenido poco más de un año antes. Él será el espia alemán ideal. Se le selecciona por su familiaridad con Palestina (estuvo viviendo alli su adolescencia) y por sus rasgos semíticos, que le hacen pasar por un arabe más.

Poco fervoroso de la política de Hitler (años despues seria ejecutado por formar parte de la conspiración Stauffenberg) Cannaris no informa al Fuhrer de la nueva adquisición del espionaje germano. Koch es trasladado a las dependencias del Abwehr, donde le es devuelta su condición de persona, negada por el régimen nazi.

Durante varias semanas recibe un entrenamiento intenso en el manejo de la radio, cámaras fotograficas, tipos de vehiculos militares... materias hasta entonces desconocidas para el pobre Koch, que se pregunta a que viene todo aquello. 

No obtiene respuesta ni siquiera cuando es trasladado a una granja en las montañas, cerca de la frontera suiza, donde, le informan, se desarrollará la última fase de su adiestramiento, básicamente salto en paracaidas y ejercicios de supervivencia rudimentarios. Pero ¿para qué? pregunta con insistencia a sus instructores y al agente que custodia la puerta de su dormitorio, pero siempre obtiene la misma respuesta: ya se enterará.

Por las noches, tumbado sobre su cama, Koch reza para que no le obliguen a hacer nada contra su pueblo, cuyo sufrimiento conoce de primera mano. Una madrugada, un par de agentes del servicio secreto, irrumpen en su habitación, y sin más explicación, lo meten en un Junker con destino a Grecia. Allí, en una soleada villa con vistas al Pireo, le dan detalles al fín de su misión: infiltrarse en la comunidad arabe de Palestina sin levantar sospechas, contactar con los lideres locales y tantear el terreno de cara a una posible alianza con Alemania y espiar a las fuerzas británicas de la región.

El rostro de Lutz palidece a medida que el oficial alemán detalla el plan. Intenta convencerles de que él no tiene el temple necesario para ser un espia. ¡Hasta hace unas semanas era un simple cocinero! Pero sus ruegos no son escuchados. Dos días despues, es lanzado en paracaidas sobre las proximidades de Haifa. Cae pesadamente a las afueras de la ciudad. Pese a lo aparatoso del aterrizaje, está ileso, y con paso vacilante, busca escondrijo tras unos arbustos.

Amanece. El ruido de los mercaderes y el trasiego de la ciudad le despiertan. Vestido a la manera tradicional árabe, Koch oculta el paracaidas y se dirige al centro. El corazón se le encoge al ver una patrulla británica. Se obliga a calmarse, despues de todo es un judio más y está en la tierra de sus antepasados, además nadie debe andar buscándole.

Pese a que no tiene intención de cumplir las ordenes de los nazis, sigue a los soldados, confuso y sin saber muy bien qué hacer. Enfrascado en sus planes, no se da cuenta que ha llegado a la cerca de una base militar inglesa. Una ráfaga de ametralladora traza una linea a un par de metros delante de él.

El miedo se apodera por completo de su ser. Echa a correr sin pensarlo siquiera, por las atestadas calles de Haifa, pero finalmente es capturado.

En el interrogatorio, lo cuenta todo. Los ingleses no le creen, ¿cómo va a tener Hitler un judio entre sus filas? en cualquier caso toman su identidad para pasar información falsa a los alemanes. Koch va pasando de un campo de prisioneros a otro, hasta que finalmente en 1946, es liberado. Vuelve entonces a su Austria natal.

Aclaración: aunque he investigado bastante en internet, no he encontrado referencia alguna a la historia de Koch, que llegó a mis oidos, a traves de un viejo libro publicado poco despues de la guerra. Algunos detalles pueden ser inexactos debido a mi pésima memoria, pero más o menos ocurrió así.

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