Un día cualquiera de Felicia

El timbre del móvil anunciándole una llamada mía la despertó. Se levantó entumecida. El suelo, aún siendo verano, era demasiado frío como para dormir en él, y aunque le había permitido hacerlo sobre un cobertor no había podido evitar helarse hasta los huesos, pues por descontado había dormido completamente desnuda.

Como consecuencia de ello, sus pezones se habían endurecido como una roca y no tardó en hacérmelo saber en un caliente sms de buenos días. Permaneció de rodillas frente a un espejo contemplando su cuerpo, su sexo palpitante en espera de mi respuesta, con las ordenes diarias.

Era sábado y no tenia que ir a trabajar así que dispondría de todo el día para disfrutar de los juegos que le tenia preparado.

Vivía sola en un pequeño apartamento del centro, por lo que no tuvo problema en cumplir mi primera petición, permanecería desnuda en casa, no importa la circunstancia que se produjera. Aquello le pareció fácil, de hecho solía hacerlo a menudo; con lo que no contaba es que a los pocos minutos se presentó en casa un repartidor con siete rosas blancas (una por cada mes que llevábamos juntos) que había encargado para ella a modo de regalo de aniversario.

Al joven encargado de entregarlas apenas le dio tiempo de deleitarse con su esbelta figura, pues presa de la excitación cerró de un súbito portazo para acto seguido llamarme para darme las gracias.

Llevaba meditando mi siguiente orden durante varios días y como esperaba, ella la aceptó encantada. Conocía su timidez desde nuestra primera conversación y sabía también que pese a ella, imaginarse deshinibiendose antes los demás, exhibiendose, la excitaba sobremanera.

Para decantar esta aparente contradicción hacia un lado u otro, había ideado la prueba "estrella" de aquel día.

Se vistió con la blusa más ajustada y la falda más corta de su guardarropa. La lencería la dejó aparcada en la mesita de noche donde solía guardarla, pero bajo la ropa no iba totalmente desnuda, pues bajo la falda plisada negra, se escondía un pequeño vibrador de apenas unos centímetros, dentro de su sexo, lubricado prematuramente en previsión de lo que acontecería más tarde.

Ya en el rellano de la escalera, le sobrevino su primer orgasmo. Las piernas le fallaron súbitamente y tuvo que agarrarse al pasamanos para no caerse. Por suerte vivía en un segundo piso, ya que cada vez que bajaba un escalón el consolador se iba adentrando en sus entrañas, produciéndole oleadas de placer que nublaban su vista y su juicio, tanto, que al salir a la calle, tropezó con un vecino y de su boca se escapó un suspiro de placer que atrajo las miradas del resto de transeúntes, que al instante se posaron en los afilados pezones que luchaban por destacar entre los numerosos pliegues de su blanca blusa de seda.

Con paso vacilante, pero disfrutando de cada metro que recorría, se dirigió a un parque cercano, que a esas horas de la mañana, solía estar animado por deportistas, gente paseando y parejas a las que el amanecer había sorprendido unidos tras alguno de los numerosos (e inmensos) arbustos desperdigados por el lugar. Cuando llegó volví a llamarla. Hasta ahora había desafiado con éxito su timidez, quería saber hasta donde era capaz de llegar.

- Enróllate con quien más te guste- le dije- pero con una condición, debes hacerlo ahí.

Nunca me dijo cómo lo hizo, pero pocos minutos después estaba dando rienda suelta a su pasión con una corredora de jogging, a la que había echado el ojo desde hacia semanas, en una zona alejada del gentío, y libre de las miradas ajenas gracias a un bosquecillo artificial.

Volvió a casa exhausta, tras ducharse, desnuda, se tumbó sobre la manta y se quedó dormida con una sonrisa en los labios.
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5 comentarios:

  1. Joer Roboto, que facilidad tienes para hacer que se corra una tía xDD.

    Me gustó tu relato, atrapante, como siempre.

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  2. Jajaja, que va Duna, es que la chica en cuestión estaba muy predispuesta a hacerlo, yo solo le di un pequeño empujon :)
    Besos!!!

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  3. ¡Coño! ¿Eso es un día cualquiera? Pues cómo será uno especial, jajajaja

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  4. joder chaval estás fatal.

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  5. Raquel, si describiera como era un dia especial me censurarian :D
    Catecolamina,cierto, tu y yo lo sabiamos :)
    Besos!!!

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