Katie Price

¿Qué necesita una persona para hacerse famosa? ¿un premio nobel? ¿un oscar? ¿un pulitzer? ¿cuarenta nominaciones de los razzies (el equivalente de un goya)? Todo eso puede ayudar pero lo que nunca falla es un buen par de tetas. Y para muestra un botón, o más bien dos botonazos, los de Katie Price aka...
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Historias del chat (VII)

Muchos me han preguntado qué es lo que me motiva a entrar en el reino de los pajilleros, de los transexuales virtuales, de las jóvenes estafadoras y los tímidos románticos, ese lugar llamado chat. Desde luego no para ligar, aunque con más de una y de dos chicas que he conocido allí no me hubiera importado intercambiar ideas o mejor aún, echar un polvete; tampoco es mi intención divertirme con los...
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No es lo que parece

Esta mañana me disponía a abandonar mi casa para ir a clase, cuando escuché un fuerte ruido que venia de mi terraza. Para el que no lo sepa, mi terraza tiene frontera con el patio de un colegio privado, lo que tiene grandes ventajas: no tengo palabras para describir lo que se siente al intentar dormir cuando trescientas gargantas prepúberes berrean a pocos metros. A esas horas estaban los de 2º de...
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España en guerra

Primavera de 1975. Chuck Norris recorre las atestadas calles de Saigón buscando a su mujer nativa entre un mar de atemorizados vietnamitas del sur que huyen ante el avance imparable del Vietminh. Unos se dirigen a casa de sus respectivas mujeres, amantes o simplemente al lupanar más cercano, por aquello de que si hay que palmarla, que sea a gusto; pero los más pragmáticos dirigen sus pasos a la embajada...
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Juegoxxx II: Playboy The Mansion

El sexo puede ser un gran negocio. Uno de los primeros en poner en práctica esta afirmación (dejando de lado a los proxenetas) fue un anónimo empresario de Chicago, que un día comprendio que si la gente estaba tan desesperada como para pagar a alguien para que le enseñara las tetas (y lo que no lo son),...
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Jan cogió su fusil

Lo que no consiguió 70 años de comunismo soviético, lo está logrando un pequeño programa informático llamado emule: que la riqueza (en este caso cultural) esté al alcance de todos los ciudadanos por igual (al menos de los que tienen ordenador y una conexión a Internet de alta velocidad) Así, de esta forma subversiva, llegó a mis manos la última entrega del leonés Jan y su superhombre patrio: Superlopez. Empecé...
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El alegre Mustafá

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