Land of the Guiris

Primer fin de semana de julio. Como si de una plaga bíblica se tratara, decenas de miles de turistas han tomado al asalto mi pueblo. No hay manera de andar por cualquiera de las 2 céntricas calles que vertebran Fuengirola sin que un niño con pintas de haber salido del casting de Mad Max se te cruce por delante a la velocidad del sonido. También son frecuentes los grupos de jubilados, que siguiendo la máxima de Fraga: "la calle es mía", pasean en paralelo ocupando todo el ancho de la acera sin dejar un solo resquicio por el que adelantarlos. Que bueno tiene que ser viejo, te la suda todo y encima te pagan por ello.

Los turistas acaparan la playa, como vienen ex proceso para eso, no les importa tener que madrugar para coger un buen sitio cerca de la orilla (el año pasado conocí a uno que se levantaba a las 7). Aunque los hay muy brutos, y se ponen demasiado cerca cuando la marea aun esta baja y luego claro se ven tapperwares flotando por doquier e incluso a alguna que otra abuela que incapaz de escapar a tiempo de la subida de la marea, lucha encarnizadamente por no ahogarse.

Pero bueno aparte de ensuciar, molestar con la música a todo volumen, y hacerme sentir como si viviera en un parque temático (no me gusta la gente que le hace fotos hasta a la oficina de correos), los turistas tienen algo bueno, que es...

Las turistas claro esta, si poseyera una sola gota de atractivo podría intentar la gesta de estar con una chica de cada país del mundo. Tal es la variedad de chicas que vienen a parar aquí algunas por descuido, otras engañadas por sus amistades, la mayoría porque esta de moda.... Aunque la presencia de una fuerte colonia de jubilados finlandeses hace que la mayor parte de las chicas que vienen sean de ese país. Lo mejor de todo es que no hace falta saber una sola palabra de su idioma, ni siquiera de ingles para tomar algo con ellas. El lenguaje de los gestos es asignatura obligada para el ligón de playa (único espécimen que seria capaz de tirarle los trastos hasta a Margaret Thatcher), con él, consigue ligarse hasta a japonesas (si es que el ligón en cuestión esta bueno claro, aunque muchas a estas alturas todavía buscan al típico macho ibérico y que este bueno o no les da igual, ¿seguiran poniendo las películas de Alfredo Landa en el extranjero?)

Pese a todo lo comentado, debería haber en el paseo marítimo, junto al monumento a la peseta (y no es coña, existe) un monumento al guiri desconocido, aquel al que le clavan 10 euros por una caña, le roban el móvil mientras pasea, se quema cual gamba en una parrilla, y aun así sigue viniendo, con dos cojones porque la costa azul es cinco veces mas cara.
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