Nueva sección diaria, aunque la actualizaré cuando me venga en gana, lo que al final resultará en algún post de aquí a 23 meses vista. El objetivo es señalar todo aquel hecho, fotografía, declaración o poema musical de Nacho Cano que haya obtenido una gran repercusión en las redes sociales en el día en cuestión. ¿Por qué, si todos los que estamos aquí reunidos ya sabemos de qué se ha hablado en la red? Pues bien, ¿alguien recuerda qué estaba de actualidad hace seis meses? No, y puede que a nadie le importe, pero guardar un registro más o menos periódico nos servirá para ver, en un futuro, si la flecha de la estupidez avanza pareja a la del tiempo y nos estamos volviendo más gilipollas, como sostengo, o si por el contrario tenemos alguna posibilidad de sobrevivir a nuestros nietos.
El ganador de hoy (de hecho de ayer, pero no tenía ganas de pasar a ordenador lo que escribí) es el misionero español Miguel Pajares, o como es conocido en distintos círculos de la intelectualidad local: Papa Muerte; el cual se contagió con la peligrosa enfermedad del ébola hace unos días en las lejanas tierras de Liberia.
A modo de apunte histórico, a principios del siglo XIX, la Sociedad americana de colonización, algo así como los Panteras negras, pero en blanco, de la época, vinculada al gobierno estadounidense, decidió comprar un pedazo de tierra en África y enviar allí a los esclavos negros libres, para que pudieran volver a sus raíces y honrar a sus antepasados. Pero los esclavos, que eran negros pero no tontos, no se entusiasmaron demasiado con la idea, y la gran mayoría decidió quedarse en los USA. Los que se fueron pronto aprendieron de sus antiguos amos el uso educativo del látigo y se impusieron a la población local en una versión sui generis de El planeta de los simios, dando forma al estado que está tristemente de actualidad en estos días.
Pues bien, allí se fue hace varios años Miguel, en misión evangelizadora, para echar una mano a las pobres gentes de África tropical. Durante mucho tiempo logró esquivar todo tipo de infecciones mortales hasta que el ébola, el virus del momento fue a darle alcance. Ya lo dijo Johnny Cash: You can run on for a long time, sooner or later God´s gonna cut you down. Lo cual, tratándose de un religioso tiene su aquél...
Languidecía en una habitación de un hospital de Monrovia hasta que el gobierno de España, quién saber si tras haber visto Black Hawk Derribado o no queriendo ser menos que los americanos, decidió no dejar a un solo español atrás, o al menos a este porque a otros si que les ha dado bien la patada, y ordenó su repatriación a la península para que sea atendido en un hospital del primer mundo. Y sobre esto no haré chistes porque el personal médico es de lo mejor que hay, aunque los medios no acompañen.
De inmediato se sucedieron las reacciones en Twitter, porque en Facebook... ¿alguien interactúa en Facebook? Unos expresaban el peligro de traer a nuestro territorio una enfermedad tan peligrosa (60% de los infectados, apróx, mueren, aunque hay cepas en las que el porcentaje sube al 90%), otros se quejaban por el gasto innecesario del operativo que deben desplegar para su traslado, incluido reabrir un hospital, e incluso los había que exclamaban al viento que lo del ébola era un asustaviejas de las farmacéuticas, como los cuñados y la peste negra. Sin embargo, hay un aspecto del que no se ha hablado, y es el de la fe.
Este hombre es religioso, pertenece a una estructura supranacional tirando a universal que predica, entre otras cosas, el sacrificio por el bien común, y cuyo "jefe" murió por los pecados del mundo, por el bien de todos. Sin embargo, el escuchar la petición de que le traigan de vuelta para aumentar sus posibilidades de sobrevivir, con 75 años ya, y crear un riesgo innecesario para millones de compatriotas (por muy controlado que esté) hace que te preguntes si acaso su fe se sustentaba en nada y duda de lo que le promete su religión. A cualquier católico le debe hacer dudar que un hombre que se entregó durante tanto tiempo a unos ideales, renuncie a ellos cuando tiene que poner las cartas sobre la mesa.
Y se me hace curioso ver cómo en los momentos de zozobra no solo puede arder la llama de la fe en otra vida mejor, sino también lo contrario, que cuando se ve la muerte de cerca es posible darse cuenta de que más allá no hay nada, que hay que aferrarse a esta vida y luchar por poder estar con quien se quiere, y que en esos momentos en que se te escapa la vida, al final tienes que dejar de lado las creencias y recurrir a lo tangible, porque al final del día, siempre tiene que venir a salvarte la vida un pelotón de médicos.
Te prometo que he pensado lo mismo. Me ha encantado este post... luego si eso comento más.
ResponderEliminarBesos!
Puffff... mucho podría decirse de este tema y poco bueno, creo yo. De momento paso de meterme en asuntos farragosos, pero me gusta tu sección!!
ResponderEliminarUn beso!!
Cuando las castañas queman es difícil acordarse del más allá y la promesa de la vida mejor... Un besote!!!
ResponderEliminarAl final todos pensamos lo mismo, porque es de sentido común. Justo lo que le falta al gobierno...
ResponderEliminarBesos para todas!!