1. La fuerza está contigo joven Skywalker. El clásico entre los clásicos. Se extiende el brazo con la palma de la mano hacia abajo y los dedos ligeramente curvados. Se entornan los ojos como el que quiere ver a Mario Vaquerizo sin la ayuda de espejos, y nos concentramos para que acuda a nosotros el objeto hacia el que dirigimos el gesto. Si los fans de Star Wars blasfeman de la nueva trilogía no es por la utilización abusiva de efectos especiales, la actuación de Liam Neeson o la existencia de Jar Jar Binks, es porque lo de los midiclorianos echa por tierra sus aspiraciones de convertirse en caballero jedi y poder usar la fuerza a su antojo, en especial el poder hipnótico para ligar con chicas. Ya no es cuestión de fe y por tanto es inalcanzable si no estás repleto de pequeños bichitos místicos (distintos a los que coges después de una noche en el polígono) excepto para Uri Geller, que es un Jedi Master. ¿Si no de qué iba a doblar cucharas?
2. La pistola humeante: Se forma una pistola metafórica con el índice y el pulgar extendidos y luego se dispara metaforicamente a aquel que queremos que se dé la hostia padre. Yo he visto hacérselo a motociclistas sin escrúpulos que perturbaban el buen descanso de un pobre estudiante que tras haberse quedado toda la noche estudiando para un parcial de cálculo especialmente complicado, se había metido en la cama para disfrutar del reposo del guerrero.Vale, era yo y suerte tuvieron esos hijos de mil padres de que mis dedos estén etiquetados como armas de sensualidad masiva y no como armas letales. La población de canis locales se habría reducido en un 200%.
3. Bajarse las gafas de sol ante un perro que ladra para que huya asustado: ¿Habeis visto a Al Pacino... bueno, yendo a comprar el pan, por ejemplo? Es el gesto típico del diablo o la gente muy muy mala como Sanchez Dragó. Mirarles a los ojos es como hacerlo a las profundidades del alma negra de un psicópata, asesino, mujeriego, vicioso, votante del tea party... vamos, que te vas por la pata abajo. Sin embargo como los humanos estamos acostumbrados después de años de ver a políticos y agentes de la SGAE, solo funciona con los animales, especialmente con los perros, que son más sensibles (y si no que le pregunten a la niña aquella de la nocilla)
4. Calmar a un animal a lo Cocodrilo Dundee: Ya sabéis, extendiendo los dedos mequiñe y pulgar y encogiendo el resto. Lo usan los surfistas para apaciguar a las olas y lo usaba Ronaldinho en su época para calmar a Etoo. No funcionaba por supuesto, y al final le tenían que dar un hueso.
5. La técnica de la grulla: Es a las artes marciales lo que el bigmac (i´m loving it) para la gastronomía, el fast food del karate. Toda una generación de chavales practicó en sus terrazas o en el banco del parque la técnica definitiva del señor Miyagui autoengañándonos hasta el punto de creer que eramos expertos en artes marciales y recibiendo merecidas palizas por ello. Después las academias con nombres exóticos como "El dragón amarillo" o "El chino feroz" se llenaban con los pobres apalizados que buscaban la respuesta a por qué habían sido derrotados. La respuesta la tenían más cerca de lo que pensaban. En la segunda parte de karate kid demostraron la forma de contrarrestar la grulla, pero claro ¿quién recuerda esa película?
6. Los meteoros de Pegaso / el Kame hame ha: Si la técnica de la grulla tenia un pase porque podía verse en una película con personas de verdad, lo de imitar las tecnicas de personajes de dibujos animados no tiene explicacion alguna. Son juegos de niños, dirán algunos. Y estaría de acuerdo de no ser porque no hace mucho tuve la triste oportunidad de asistir a una pelea entre dos infraseres, uno de los cuales usó el ataque especial de Seiya. El otro prefirió darle con una silla en la cabeza y ya se sabe que la silla gana a la piedra.
7. V de Vilbao: Churchill lo puso de moda allá por los años 40 del siglo pasado. El símbolo de la victoria, de cuando la gente tiraba al arco, como en la feria, decían unos; el de la venganza, señalaban otros. Nada de eso. La historia real es que el mago del primer ministro británico (¿Qué pasa que tú no tienes un mago particular? Qué antiguo...) le dijo que aquello era como hacerle los cuernos al diablo, cosa que le sienta muy mal por cierto por mucho que los lleve de serie. Chicho Terremoto introdujo otra variante, la "Tres punto colega" no tan extendida debido a las pocas reposiciones que tuvo la serie.
Si le pides a un francés que lo haga, se echará a llorar.
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