No entiendo como la gente habla tan mal del cambio climático, cuando nos permite ir a la playa a mediados de Abril, como si fuera Agosto, cosa que hice un soleado domingo de no hace mucho. Lamentablemente el calentamiento global se está tomando su tiempo, y el mar aún está demasiado frio para darse un buen chapuzón. Asi que ya sabeis, usad vuestro vehiculo de gasolina favorito a ver si entre todos hacemos que suba un par de grados la temperatura.
Por ello, y ante la ausencia de unas palas para matar el tiempo o un libro con el que acabar con el aburrimiento, me dediqué a mi afición favorita en verano: la busqueda y control visual de mujeres de buen ver.
Aquello me llevó horas, durante las cuales me tosté como un noruego en una barbacoa, tiempo que aproveché para distinguir una serie de patrones que se ajustan a todo aquel que visite la playa, clasificándolos en las siguientes categorias:
. Los obreros de la playa: y no me refiero a los esforzados muchachos de las hamacas, sin cuyo servicio, el nivel de chuleria de la costa descenderia hasta niveles alarmantes, sino a aquellas personas que toman el sol como si ficharan, siguiendo un estricto calendario para conseguir un tostado natural que lucir en las locas noches del estio. Una vez lo consiguen, no vuelven a pisar la arena más que para sesiones de mantenimiento.
. Las Ragazza girls: adolescentes sexualmente concienciadas, que van en grupo a la playa con el único objetivo de ligar o disfrutar de la visión de un tio bueno. Cuando se ponen a jugar a la pelota, te la tiran cerca a propósito, para que te fijes en ellas (Bueno, a mi no me la han tirado nunca, pero lo he visto) No importa que no les prestes atención, ellas seguirán tirándotela cada vez más cerca, a la cabeza si hace falta. Otra táctica que usan es pedir fuego, aunque no fumen. Si te colocas cerca de ellas, sus risitas timidas (y se rien mucho) te arruinarán el día.
. Los Muscle boys: Versión masculina de las anteriores. Suelen ir por parejas y su edad media ronda los 20 años. Pavonean sus musculos delante de cualquier cosa que tenga pechos, aunque sea un señor obeso. Las hormonas y las gafas rayban que forman parte de su vestuario, les impiden ver bien.
. El hombre mazas, siempre acompañado por la mujer maravilla. Se consideran los superheroes de la playa, seres situados en la piramide evolutiva, por encima del tirillas blancuzco que apenas pisa la calle. Ambos parecen salidos de una pelicula de Red Sonja, por sus musculos cincelados y resaltados con aceite de yoyova. El hombre mazas vigila celoso a la mujer maravilla para librarla del acoso de miradas de gente como yo. De más está decir que sus intentos son baldios, pues muchos son los angulos por los que contemplar el escultural cuerpo de la mujer maravilla.
. El abuelo cono: Podria ser sustituido por un pivote, un cartel y en general cualquier objeto que sirva para señalar una posicion, pues esa es la funcion del abuelo en la costa, mientras el resto de su familia disfruta del desayuno con la tranquilidad de saber que el abuelo está soportando temperaturas de más de 30º por ellos.
. Las jubiladas ye-ye: Versión avanzada de las popstars. Viajan en grupo y se dedican a subir los colores a los yogurines que osan acercarse a sus dominios de terciopelo. Sus comentarios sobre lo que te harian y dejarian de hacer de tenerte cerca, puede hacer que aborrezcas el sexo, durante quince minutos.
. El loco Iván: Hombre, guiri para mas señas, que se comporta de forma errática. Tran pronto se tumba en la arena vestido con un abrigo de pieles, como te pide un euro para un bocadillo de cerveza. La única forma de contrarrestar su presencia, es convertirte en uno de ellos, y pedirle a su vez un euro. Funciona, os lo aseguro.
. La chica del top less: jovencita de pechos tersos y firmes, que suele colocar su toalla lejos de la orilla y de los mirones, pensando inocente, que estos no disponen de cámaras con zoom. Difiere de los obreros de la playa, en que ella disfruta ofreciendo al sol sus senos. Como la fuerza, tiene su contraparte oscura: la abuela del top less, que hace todo lo posible para exhibir sus pechos, más caidos que las acciones de Enron, delante de quien menos ganas tiene de verlos (lo que engloba a todo el mundo menos los gerontofilicos).
. El niño Duracell: Palas, pelota, castillos, chapotear... si le pusieran un saco de veinte kilos a la espalda, seguiria teniendo fuerzas para corretear por ahi. Nadie sabe como se las apaña para meterte a ti en medio de todas esas actividades, pero siempre se termina recibiendo un balonazo o un puñado de arena en el bocata. Su acompañante natural es la funcionaria, madre que cree firmemente en que el angel de la guarda del niño, le librará de cualquier peligro, mientras ella lee el "Pronto" despreocupada.
. La gran familia: El número de sus integrantes es directamente proporcional a la distancia a la que se encuentra su pueblo natal. No van a la playa a disfrutar del sol, sino a ver si pueden ahogar a alguien y asi tener mas espacio en el bus de vuelta; cosa fácil pues no saben nadar, por lo que se meten al agua en grupo, confiando en que la fuerza de la manada sea más poderosa que las mareas.
. El hombre del collarín: Mirón profesional que al final del día, necesita de un collarín debido al tremendo esfuerzo al que someten su cuello, mientras echan un vistazo a la morena en top less que tienen a su lado. El que es profesional utiliza espejos. Pero bueno, como bien se sabe, a la playa se va a mirar o a que te miren.
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