Tras Drácula negro, Drácula en China y "La rubia y Drácula", puede parecer que tengo una obsesión con el conde transilvano, sobre todo despues de visionar una nueva versión de la historia del principe de la noche, señor de las tinieblas y terror de las jovencitas de buen ver: Dracula Sex. Nada mejor que una película porno para cerrar la tetralogia del conde vampiro, pues me niego a ver una sola película más sobre él.
En efecto, con ese título uno no espera un ensayo terrorífico sobre la vida eterna o los mecanismos de la seducción, se espera a Drácula clavando su estaca y usando su boca para otros menesteres alejados de privar de sangre a sus atractivas víctimas. Y es lo que consigue la cinta de Mario Salieri, quizá el mejor director de porno de la historia, aunque en un mundo en el que abundan las películas filmadas por los mismos actores no es muy dificil conseguir tan honroso título.
En la cinta de Salieri, se dan cita lozanas mujeres europeas con personalidad, alejadas del estereotipo de la rubia oxigenada americana de labios esponjosos producto del colágeno. El italiano recurre a la excitación inherente al acto sexual más que a las lecciones anatómicas de las peliculas porno "estandar", cosa que hace muy bien.
La película arranca con un mensaje en el que se avisa que se han inspirado "ligeramente" en la novela de Stoker (lo de "ligeramente" es un eufemismo de "Hemos cogido el nombre de Drácula y poco más"). Se inicia con la historia de Vlad Dracul, un noble transilvano que en su lecho de muerte, herido por los turcos, desafía a Dios furioso porque no volverá a yacer con su amada. Viendo los pechos que rebosan del vestido medieval que porta la sudodicha, yo desafiaria hasta a Chuck Norris por tocarlos al menos.
Dios no le hace mucho caso, porque eso del fornicio no le va, así que termina muriendo; lo que aprovecha uno de sus enemigos, un malvado noble de su corte, para acostarse con la mujer de Vlad sobre la tumba de este (por si lo de los cuernos no fuera suficiente) Semejante felonia, es la que provoca que el conde se cabree y salga de su tumba para vengarse, como el cuervo y John Travolta.
Es cuando hace acto de presencia Ron Jeremy, cuando nos damos cuenta que la situación se va a poner interesante. Poco más puedo decir del argumento, pues para ser sinceros las partes dialogadas me las salté, eso sí, juraria que Dracula no vuelve a aparecer en un metraje, salpicado de polvos con cortesanas vestidas de época y terror gótico al ver en pantalla a unos actores horrendos que desvirtuan la estética sensual de todas y cada una de las escenas. Película totalmente recomendada.
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