Tengo la malsana costumbre de curiosear mi TL en Twitter recién despertado de una reparadora siesta. Esto hace que mis niveles de atención y mi criterio se desparramen por los suelos y pinche en enlaces de dudoso gusto y escasa utilidad. Es por ello que cuando vi un tuit de Euronews Español que rezaba: "Palillos de dientes en los asientos del autobús", ilustrado con la imagen de un asiento (podría ser de tren, eso sí) asaeteado por mondadientes, me zambullí de cabeza en el artículo sin pensármelo demasiado, por no decir nada.
En plena moda de la "turismofobia", esperaba encontrar la adopción de las tácticas del Vietcong por parte de los grupos de protesta o de la CUP (más cercanos a los vietnamitas de décadas ha), en su lucha contra el turismo masivo y los nacionales de Italia, que ya está bien con la tontería de las manos. Una chorrada de noticia, sí, pero de cierto interés por la presumible escalada del conflicto, y de cierto servicio público para el viajero que vaya a visitar la ciudad condal en un futuro cercano.
Cual fue mi sorpresa, recordemos que era un artículo, proveniente de un tuit de Euronews ESPAÑOL, y no lo pongo en mayúsculas por fervor patrio sino para que enfatizar el hecho, que conste, cuando, leyendo el primer párrafo de la nota, descubrí que el suceso había ocurrido en Indonesia. Un señor de 60 años que se aburría mucho, se dedicó a clavar afilados palillos ¡en Indonesia! Que a saber por donde queda eso, pero me da que en Eurovisión no participa, ni siquiera en los cuartos de final.
No estoy en contra de que se informe sobre lo que acontece en otros países aunque sea desde un medio enfocado a una determinada región, faltaría más, aunque leer chorradas en sitios supuestamente serios me hace torcer el gesto, pero por lo menos podrían especificar dónde ocurre.
¿Qué es lo que pasa? Primero que es verano, y como los temas importantes no se pueden tratar porque el dinero manda y los juntaletras también tienen que comer, se ven obligados a buscar material para rellenar el gaznate de los ociosos ciudadanos que acuden a sus medios para sentirse medianamente informados con una retahíla de historias que ni siquiera ellos creen pero que acallan sus conciencias por un rato, esa que les dice que el iceberg ha hecho una grieta en el casco y que aunque toque la banda viejos valses vieneses, algo no va bien. Lo segundo es que por mucho que el espíritu crítico de sus lectores raye la indecencia moral, tienen que competir por su atención con los cuerpos semidesnudos de la gente que les rodea, con las cervezas, el fútbol de verano, las drogas y demás opciones de ocio estival. Normalmente se suele echar mano de un cebo, pero con noticias tan chorras como la mencionada, es imposible generar uno, como mucho obtendrás comentarios tipo "ya podría clavárselos en los testículos" y pasarán al siguiente tuit. Por ello tienen que refinar hasta el límite de la profesionalidad los titulares de las noticias. Y por eso omiten la procedencia de la gamberrada, que se viene haciendo, que tenga constancia, desde que yo estaba en 3º de EGB (y yo soy un señor provecto ya), porque a nadie en su sano juicio le interesa saber que un viejo malayo, en lugar de mirar obras, se dedique a estas gilipolleces. Lo próximo será leer: "Le tira un moco en el plato de sopa que iba a cenar", y cuando entres en la noticia, que haya ocurrido en Rhodesia.
Semejante técnica la vi no hace demasiado en otro tuit, del periódico El País, en el que se podía leer: "La fiscal general es destituida", y a continuación el enlace a dicho artículo. Claro, pinchas y te enteras de que habían dado la patada a la fiscal general de Venezuela. El País, diario independiente de Venezuela. Lo de "independiente" lo dejo para completar el chiste. Es esta la única manera de que el lector se preocupe por lo que ocurre en el país sudamericano. No le importa lo que le pase al vecino, le va a preocupar lo que pase allí. Cristal hace mucho que dejó de emitirse. Vemos que esta técnica de redacción puede servir tanto para el marrullerismo económico como para la propaganda.
Para que luego digan que Internet está matando a los medios tradicionales, si no fuera por las posibilidades de engaño que la Red les ofrece hubieran desaparecido hace tiempo. Ya nadie busca información y el número de los que buscan adoctrinarse en su ideología no es suficiente para mantenerlos a flote.
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