El comandante Raan inició mecánicamente la maniobra de aproximación al planeta D-456-HG, al que sus habitantes conocían con el estúpido nombre de Tierra. Una señal de desastre de la sonda de vigilancia reptiliana que monitorizaba el avance tecnológico de los terrícolas había propiciado el envío de una misión de exploración. La Regulus, ´la nave estelar más rápida de la flota, había sido elegida para llevarla a cabo y durante 12 ciclos viajó por las estrellas hasta llegar a su destino.
Los escudos se activaron a .03 parsecs de la esfera azul cubierta de nubes que pendía solitaria en el negro mural del universo. Los informes sobre el sistema planetario decían que debía haber un pequeño satélite inerte orbitando alrededor, pero no había ni rastro de ella.
La astronave se detuvo en órbita geoestacionaria y la tripulación comenzó los preparativos para el desembarco, mientras los sensores escaneaban la superficie, los cielos y los mares de la Tierra. No había rastro de actividad industrial, ni electricidad o trazas de contaminación residual, no se escuchaban ruidos mecánicos, solo pequeños organismos biológicos surcaban los cielos... Se encontraban ante un sistema planetario de clase 2 cuando la base de datos de la U.G. mencionaba que se trataba de uno de clase 5.
La pequeña lanzadera de desembarco entró en la atmósfera terrestre 15 clics más tarde. A bordo se encontraba el comandante, el oficial científico Ralter y Lirg, un guardián de fuego, mera formalidad pues los escáners no detectaban formas de vida peligrosas.
Antes de aterrizar circunvolaron el globo para echar un vistazo a los grandes núcleos urbanos donde habían desarrollado su actividad aquellos seres. Ruinas y más ruinas fue todo lo que encontraron donde en un tiempo se erigió Nueva York, Los Ángeles, Londres, Berlín, Moscú... No quedaba un solo edificio en pie.
Pusieron rumbo entonces a la península ibérica, concretamente a un punto de la costa sur donde se suponía que vivía uno de los primeros contactados por los reptilianos. La ciudad de Los Boliches era un cascarón vacío pero al menos no había sido reducida a escombros como el resto del planeta. La lanzadera se posó gracilmente sobre el tejado de la casa de Moriarty, que así se llamaba el contactado y los reptilianos descendieron de ella mientras se ajustaban los respiradores, pues la atmósfera era tóxica para ellos.
La puerta se encontraba abierta. Al final del pasillo se encontraba su habitación. La decoración era cuanto menos curiosa. Sus cuatro paredes estaban empapeladas con fotos de una rubia enseñando su torso. Sobre el escritorio de caoba negra, una carta escrita en el intrincado lenguaje terrícola acumulaba dos dedos de polvo. Raan la analizó con su escaner portátil y en la pequeña pantalla del dispositivo apareció el texto traducido. Curioso, comenzó a leer:
Navidad de 2013
Comencé este post para el blog de Gordi: Trece cosas, al que os recomiendo que participéis enviándole todas las aportaciones buenrolleras que os hayan hecho sonreír o reír o follar con alegría este año. Como digo esa era la intención, pero cuando comencé a repasar mentalmente lo que había sido el año, vi que de "guays" iba a tener poco. Así que decidí guardarme este post para mi y verter en él todas las lágrimas, toda la hiel (que me suena a palabra de un diálogo de "Anillos de oro") y todo el cabreo contra este año terminado en número de la mala suerte y comenzando por un patito y un huevo que pronto dará a luz a otro patito. Y escribiendo esta chorrada ya se me ha pasado todo lo anterior, hiel incluida, así que tampoco se muy bien qué decir...
Los primeros tres meses fueron para olvidar de lo bueno que fueron. Al cuarto mes se hizo la luz en Cuenca, que existe pero es donde moran los monstruos, y me quedé solo otra vez, naturalmente. De pronto me vi arrojado al páramo de la soltería, donde solo los más fuertes sobreviven y evitan la tentación de pasar las noches escuchando a Kenny G. mientras se la pelan como un mono. A mi nunca me gustó Kenny G.
Me gustaría decir que me volqué en mi trabajo, que me encerré en el garaje de casa y que junto a un colega creé un buscador de páginas web que revolucionó Internet, pero esa es la historia de Google y es demasiado conocida como para que os la traguéis. Eso si, lo usé mucho para eso de lo del mono. Se encuentra cada cosa...
Los días se sucedieron, uno tras otro, mezclándose hasta forma una nebulosa de inmovilismo, desidia, pereza, gula, zapping entre 13TV e Intereconomía, robo de chicles en el Mercadona (espero que haya prescrito ya)... En fin, todo un cúmulo de oscuridad y cosas malas que desembocó en una enfermedad que me mantuvo en casa durante un trimestre apróx.
Y entonces me quise morir, pero no de mentirijillas, sino de "A ver si terminan Juego de tronos que no me quiero ir al otro barrio sin saber si se cepillan al niño rubio ese repelente (pero de mala manera, no de la buena)" Claro que por suerte creo que antes, ojala que no y sea inmortal, el autor irá al cielo a cruzar el sable con Tolkien. Y con esto no es que le desee la muerte, como a los fish and chips, es solo que con tanto dinero el hombre está tan feliz que para escribir debe tener ánimos. Vamos, a mi me envían un beso en Twitter y ya dejo de escribir en el blog durante semanas... si me pagaran millonadas por alguno de mis textos no me acercaría a un boli más que para usarlo en sofisticados juegos eróticos.
Y con eso, ya tenía medio año finiquitado, por no decir el año completo. Ya está. Cuando recuperé la salud, apenas paré en casa. Vi suecas en la playa, suecas en la montaña, suecas en la calle, suecas en el súper comprando conguitos... que igual eran de Burjassot, pero como eran rubias... Soñar es gratis desde que el tinte es barato.
También me presté a determinados retos planteados por lectoras del blog, que por cierto está bastante abandonado desde hace tiempo, en los que intentar ligar con chicas siguiendo ciertas pautas. Los resultados fueron discretos pero al menos me lo pasé bien y descubrí que tocar teta bien vale una bofetada, o dos, o que te echen del local, que te rocíen laca en los ojos y te hagan fotos con el móvil para ponerlas en su Facebook a modo de cartel de "Se busca".
Por suerte pude sacar varias cosas positivas. La primera de ellas, el haber madurado. Me di cuenta cuando seguía hablando, meses después, con chicas que había conocido y a las que no me podía zumbar por un motivo u otro. Mi antiguo yo inmaduro de hace 10 minutos tras escuchar "tengo novio", "vivo en Groenlandia" o "tengo un bote de laca en el bolso y no para usarlo en sofisticados juegos eróticos" hubiera salido por peteneras en busca de prados vírgenes en los que poder arar con tranquilidad . La segunda, y más importante, es haber conocido a esas chicas, Ellas saben quienes son y a todas les envío un beso.
Esto en lo personal. En lo general, qué voy a decir que no hayáis leído, sufrido, padecido, u os hayan contado... Malos tiempos para la lírica, la épica, el mester de juglaría y todos los demás. Creo que lo que mejor define este año es la muerte de Mandela. De un tiempo a esta parte nadie se había preocupado por él. Ni siquiera aparecía en las necroporras de Twitter, esas que al final ganará Fidel Castro. Y es morirse y todos saltar como si se hubiera activado algún resorte. Declaraciones estúpidas del presidente español a unos periodistas vendidos a un plato de lentejas que todavía tendrán la poca vergüenza de hacerse llamar garantes de la libertad o "el cuarto poder"; líderes mundiales comportándose como quinceañeros en el cuarto de baño de su casa haciéndose fotos Tuenti en un funeral en el que un condenado por violación, robo y asesinato estuvo haciendo el polla junto al presidente de los USA mientras en los aeropuertos te ponen en pelota picada en busca de un bote de gel... Solo faltó una bacanal en los vestuarios del campo de fútbol donde se desarrolló la ceremonia religiosa para completar el cuadro de un mundo decadente cuyos signos de fatiga empiezan a ser alarmantes.
La educación está en retroceso, las artes están en retroceso, la ciencia está estancada, toda tecnología que no sirva para adocenar a las masas está en retroceso, la medicina curativa está en retroceso... la humanidad vendió el progreso a un consejo de administración y los malos resultados de su gestión van a acabar con nosotros como sociedad, civilización y finalmente como especie.
Supongo que este es un pensamiento común cuando llegas a determinada edad, y que han compartido todas las generaciones desde Timón de Atenas hasta la actualidad. Cuando llegas a determinada edad te da la sensación de que el mundo ha pasado de largo y tú te has quedado en la estación esperando no se sabe muy bien qué. (y en cuanto leas esto pensarás: "pues podría haberlo leído con la voz del tío de Aquellos maravillosos años, la del amigo de Marilyn Manson" Y volverás a releerlo con esa voz para comprobar si es cierto.
Al final, por mucho que diga el anuncio de Desigual, la vida no es chula, es una mierda pinchada en un palo, aunque los vestidos de guarrilla ayuden a llevarla mejor.
Este fue el último año. El año en que perdí la ilusión, las ganas de vivir, la esperanza en cualquier cosa, en el que despejé cualquier duda sobre que todo esto es una jodida broma, en que los cacahuetes dejaron de tener sabor, en el que no me quisieron enseñar las tetas, en el que aprendí que nadie es mejor por ser más grande tras una maratón de David el gnomo, en el que descubrí que pelársela escuchando a Kenny G podría ser considerado una parafilia, en el que me siguió en Twitter el influencer nº 1 de España, en el que Pepe Colubi me hizo RT sin tener que hablar de su libro, en el que Matias Prats le dio FAV a uno de mis tuits, en el que conseguí un montón de followers poniéndome de avatar a una morena con grandes pechos, en el que me topé con un tuit que no quería de una persona que todavía quería y a la que dejé de querer, en el que llegué tarde a una invitación a un Nesquick...
Un año, en definitiva, en el que es tan triste que la mayor parte de cosas que me hayan pasado hayan tenido lugar en Twitter, que a tomar por saco todo...
Las últimas palabras quedaron flotando en el aire unos instantes antes de que Raan apremiara a sus acompañantes a volver a la nave, lo que motivó las quejas del oficial científico.
- Pero señor - protestó tímidamente -, no conocemos nada de lo que le ocurrió al planeta. No podemos irnos sin descubrir por qué quedó destruido todo. ¿Dónde están los habitantes? ¿Quién es la rubia de las fotos?
El comandante reptiliano le miró fijamente calculando los días de calabozo que le iba a encasquetar por su comentario.
- ¿Qué más da? - respondió finalmente mientras decidía que serían 23 - Ya hemos cotilleado un rato la vida de un bloguero. Con eso hemos echado el día.
No seas tan negativo, hombre... Recuérdalo como el año en que inventaste los churros de sabores. Un besazo!!!
ResponderEliminarNo te preocupes, gran parte del post es una licencia literaria ;) Lo de los churros ha sido uno de los grandes acontecimientos del año!! El año que viene ser el del despegue de Churrerías Morialter!!
ResponderEliminarBesos guapa!!