Busco un artículo, un libro más bien y por donde quiera que lo haya buscado no he sido capaz de encontrarlo. Básicamente porque no recuerdo cómo se llamaba. Creo que aquí todos somos unos hijos de la E.G.B., de la antigua, de justo después de que los curas dejaran de repartir amor con la regla y antes de que los profesores de Filosofía y Plástica se convirtieran en unos fumetas (o dejaran de ocultarlo al menos) así que puede que sepáis de lo que hablo.
Durante el ciclo medio (creo) esto es: 3º, 4º o 5º, teníamos en clase para la hora dedicada a la lectura y la prosodia un libro de texto compuesto íntegramente por historias variadas de distinto pelaje. Se hablaba desde el vuelo de Valentina Tereshkova hasta la lista de parques nacionales de España y todo estaba adornado con coloridas ilustraciones.
Las historias no ocupaban más de dos páginas y las hojas tenían ese peculiar aroma a nuevo que coloca ligeramente si las olisqueas durante algunos minutos. Por si alguien lo ha pensado, no se trata de los famosos "Senda", lo he comprobado. Creo recordar que la editorial era Santillana (algún día debería ser contada la rivalidad entre Santillana y Anaya, comparable solo a la existente entre Coca-Cola y Pepsi, o Hobby Consolas y Superjuegos)
Si hubiera un Memory Call en mi barrio iría para intentar recuperar ese recuerdo y elegiría a una pelirroja tetona que me acompañara a la búsqueda del título mientras huimos de la Fundación Cani; pero los chinos de mi barrio lo único que tienen montado es un restaurante (donde, no es por ser cotilla, pero no entra nadie desde hace meses), así que recurro a vuestra sabiduría para ver si sabéis de qué os estoy hablando. Os estaré muy agradecido pues gracias a ese libro comencé a amar a la literatura y de paso gano una apuesta, que, oye, nunca viene mal el dinero.
Lo siento compañero, descartado "senda" me he quedado en blanco, no obstante secundo tu propuesta de isntalar franquicias de Memory call en cada esquina como si de tiendas Nature House se tratara (yo me quedo con la morenita de la peli del "chuache", la que se teñía las uñas con un lapiz óptico, ains)
ResponderEliminarun abrazote!!!
¿No será que el restaurante chino en realidad es una biblioteca?
ResponderEliminarBueno, tendré que seguir buscando Fran. Tarde o temprano lo encontraré. Si tardé diez años en redescubrir a "Azul y Negro" que eran muy conocidos, con esto creo que tardaré un poco más.
ResponderEliminarJajaj pues podría ser Sergio porque solo me suelo fijar en las mesas en busca de alguna asiática mona. Quizás las paredes están repletas de libros.
Abrazos multiples!