32 cosas que aprendí en 32 años

Cumplir años tiene varias funciones: advertirnos de que nuestra purificación en el Carrusel está cerca, aumentar las arcas del lobby de los fabricantes de velas y volvernos más sabios, aunque esto último es opcional. Se dice que más sabe el Diablo por viejo que por diablo, pero si tanto supiera no llevaría esa cornamenta por doquiera que vaya, así que no podemos fiarnos del refranero español y solo podemos decir que, solo con suerte, a lo largo de las velas que se van consumiendo sobre el eterno pastel de celebración que es la vida, podemos extraer algunas enseñanzas con las que cometer nuevos errores en un futuro. Esto es lo que he aprendido yo (en realidad es una apropiación indebida de un meme que leí en Kirainet.com, pero ¿a quién le importa?)

1) Las mujeres son todas iguales. Sí, puede que varíen en gusto, formas de vestir y de pensar respecto a determinados temas, pero a la hora de tratar a los hombres, todas lo hacen igual. En último extremo además, sus líneas de pensamiento convergen hacia una misma forma de actuar. Creen lo que les conviene, recuerdan lo que les interesa y acusan a su pareja con la primera paranoia con la que su sexto sentido femenino les avisa. Una intuición que para sí querría Spiderman en su mortal lucha contra el Duende Verde, que no se si seguirá dando guerra, pues yo me quedé en los cómics de Vértice. La estabilidad y la seguridad con una mujer no existen. Convivir con una es una lucha diaria en la que siempre somos perdedores, pues es imposible ganar con quien hace las reglas. Volubles, inestables, manipuladoras, hipersensibles como un escorpión… Y tú un gilipollas, estará pensando alguna sin darse cuenta de que con ello me está dando la razón por mucho que esté en desacuerdo en dicha afirmación.

2) Solo hay que arrepentirse de las cosas que no has hecho: Por eso no me arrepiento de lo que he dicho antes.

3) A nadie le importas más allá de un tiempo determinado. Las preocupaciones por como te verán en la calle si te ven con tal o cual vestimenta o si la chica que te gusta se reirá de ti si le cuentas algún chiste absurdo en la primera cita, son absurdas. Puede que seas el hazmerreir por unos minutos pero la vida sigue y no eres tan importante como para ocupar los pensamientos de nadie durante más tiempo.

4) Si eres feliz, no escuches a nadie. Como cantaba Raphael: ¿Qué sabe nadie? Aunque él se refiriera a su presunta homosexualidad reprimida. Solo hay dos cosas seguras en este mundo: la muerte y la envidia de la gente. Cuando te vean feliz, no tardarán en aparecer supuestos consejeros que lo único que buscarán será descabalgarte del caballo de la felicidad para montarse ellos. Además estarán los que piensan que están más capacitados que tú para llevar las riendas de tu propia vida, por el simple hecho de verla desde fuera.

5) Ayudar a los demás es lo mas gratificante que hay. Yo era de los que solo ayudaba a jóvenes ninfas en edad de merecer, de estado civil soltera y sin pretendientes conocidos, buscando la agradecida recompensa de un beso o una flor, un te quiero, una caricia o un polvo. Nunca obtuve nada de eso, aparte de una caricia en la mejilla y una palmadita en la espalda. No tuvo que venir Kant con su Imperativo categórico para demostrarme cual errada era mi actitud. La cuestión es que enderecé el rumbo y he aprendido a valorar las buenas acciones desinteresadas.

6) Si quieres a una chica, gánate a sus amigas. Si juntamos el punto 1 y el 4 y le añadimos el factor amistad, nos encontramos con un cóctel explosivo difícil de superar. Si antiguamente un pretendiente tenía que pedir la mano de una moza a su estricto padre, hoy día, devaluados los modelos parentales, meros surtidores de dinero y techo, deberemos convencer a las amigas de nuestra amada de que somos dignos de ella y de robarle su presencia. Regalos y halagos indiscriminados son siempre bien recibidos.

7) El sexo está sobrevalorado. El sexo es la demostración más pura y vinculante del amor que puede sentir una persona por otra. Cuando es una actividad vacía de sentimientos, está bien, muy bien, de hecho pocas cosas hay mejores que eso, pero no es para dejarte el dinero en un teléfono erótico aunque tengas la línea del vecino pinchada o para solicitar los servicios de alguna meretriz en una carretera mal iluminada o de liarte con el novio de tu mejor amiga.

8) Todo empresario querrá atarte a tu puesto de trabajo aunque luego no hagas nada. Mejor empleados en su puesto que un empleado eficiente. La aspiración última del ser humano no es obtener dinero, un invento de nuestra especie relativamente reciente, es tener poder sobre sus congéneres. Los empresarios pueden saciar esa sed de poder con el control sobre sus trabajadores. Alguno hay que no es así, pero para la mayoría, lo que importa al final no son los resultados económicos, sino sentir la mirada aterrada de sus empleados, destrozar sus carreras y escuchar el lamento de sus mujeres al ver la nómina.

9) La familia es lo mas importante que tienes. Siempre que no sea la familia Manson, claro.

10) Si estando con una mujer notas que le pasa algo y ella os responde que nada, vuestra relación tiene los días contados. No importa que sea el día, la semana o el mes siguiente. Lo vuestro ha terminado por alguna razón que ella conoce pero no quiere compartir porque si la quisieras de verdad, deberías saberlo.

11) La amistad no es eterna. Nada lo es, ni siquiera la muerte. Lo mejor es disfrutar de los buenos momentos con los amigos y cuando estos se vayan, olvidar los malos.

12) Si compras carne, métela en el congelador en cuanto llegues a casa. No importa que pienses comértela al día siguiente, siempre pueden surgir imprevistos. Más de uno y de dos filetes he tenido que tirar por no haberlos guardado en condiciones

13) La gente tarde o temprano te fallará. ¿Por qué enfadarse cuando ocurre? No se puede pretender que otra persona actúe o piense siempre como nosotros esperamos que lo haga. Hay que comprender que somos entes independientes y tratar de aprovechar lo bueno de una persona e intentar que los daños causados por sus actitudes erróneas sean mínimos.

14) Todo el mundo debería vivir en otro país durante una temporada. Aunque solo sea para desterrar de nuestro vocabulario la frase: "Como aquí no se vive en ninguna parte”. En su Teodicea, Leibniz razonaba que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Salir fuera nos hace ver que siempre hay sitios donde las condiciones de vida son más dignas, donde el imperio de la ley no está corrompido por la debilidad de los hombres y donde la educación es una virtud y no un hándicap, otros “mundos” mejores que en el que nos encontramos. Solo así podemos tener la capacidad crítica suficiente para intentar progresar.

15) Para los demás, no importa cómo seas, sino cómo te ven. De nuevo el refranero español al rescate: “Por un perro que maté, mataperros me llamaron”. Al final la gente te juzgará por sus primeras impresiones. ¿Que te has puesto unos pantalones pirata, unas chanclas y al ir a sacar el perro te has encontrado por primera vez a los padres de tu novia? Para ellos serás un perroflauta toda la vida y cuando vayas a su casa esconderán la vajilla de plata y te rociarán con Raid.

16) Todo es mentira. Los habitantes de Sion pensaban que habían logrado salir de la caverna y experimentar la realidad del verdadero mundo del que surgían las sombras. Tenía que llegar Neo para que descubrieran que ese conocimiento era una ilusión y que vivían dentro de otra Matrix aún mayor. Los medios de comunicación, esos matrimonios que parecen muy felices pero se dedican bofetadas en la intimidad de su salón, estados que gobiernan para las corporaciones y no para los ciudadanos, ese engaño llamado libertad, palabras vacías como democracia, un “te quiero” entre sonrisas, opiniones que duran lo que tarda uno en darse la vuelta, entre otras muchas cosas conforman nuestro Sion particular. La soberbia del ser humano, que se cree superior respecto a sus semejantes hace que se acepten esas mentiras como realidad.

17) Vivir por el simple hecho de no morir es absurdo. Hay que tener un objetivo en esta vida, aunque sea reproducir el Bismarck con cerillas dentro de una botella. Quien vive sin rumbo fijo es un vegetal y no me refiero al primo de Vegeta.

18) La felicidad debe depender de ti mismo. Echad un vistazo al punto 13. No puedes depender de otros para ser feliz porque tarde o temprano esos otros te fallarán y entonces esa felicidad que habías construido en base a esas personas se hará añicos.

19) España no levantará cabeza jamás. Ni aunque alguno de nosotros retrocediera 500 años e intentara advertir de los hechos que acaecerían en el futuro. Hay una novela de Sprague de Camps, “Que no caigan las tinieblas”, en la que un arqueólogo viaja a la Roma post-imperial e intenta cambiar el aciago destino de la ciudad eterna gracias a sus conocimientos en las más diversas ciencias. El final no lo aclara pero parece que con el tiempo podrá conseguirlo. ¿Alguien se imagina una situación parecida cambiando Roma por la España de los Habsburgo? El viajero del tiempo acabaría apedreado, quemado en la hoguera por la inquisición, emplumado y expulsado de cualquier pueblo, ninguneado, apuñalado en un polvoriento camino de la sierra, votando al PPSOE, ridiculizado…

Fue un español el que inventó el precursor del helicóptero y el del submarino, sin embargo, ¿qué es lo único que al final ha creado una industria potente en este país? El Chupa-Chups (y gracias) Podría dedicar todo el blog a señalar los defectos que lastran el desarrollo del pueblo español, un pueblo cainita, ignorante y falto de capacidad crítica, más interesado en hundir al vecino que en mejorar él mismo. Un pueblo gobernado por gente salida de esa masa de pícaros, estafadores y amigos de lo ajeno que no critican sino la posibilidad de que se les niegue a ellos semejante botín.

20) Lo mejor para adelgazar es no comer. Veinte días sin comer o comiendo lo mínimo para no caer desmayado y a no ser que tengas un problema hormonal, adelgazarás todos los kilos que quieras. Muy sano no es, pero los resultados están ahí. Si el rugir de tu estómago te hace dudar de si comer o no, es que no estás tan interesado en adelgazar. Come lo que quieras y disfruta, que tampoco pasa nada por tener unos kilos de más.

21) No vale la pena discutir con nadie. Si piensas que tienes razón y necesitas convencer a otra persona para llevar a cabo tus planes, es mejor dispararle. Todos tenemos nuestra opinión y muy pocos tienen la capacidad crítica suficiente para reconocer que la suya es errónea. De lo contrario, el fanatismo político habría desaparecido y no habría un solo aficionado del Barça que quisiera que el Madrid fuera goleado por el Appoel Nicosia en el Bernabéu. La sociedad no debería ser así, pero no hay otra

22) Si alguien se interpone en tu camino, elimínalo sin piedad. Él no dudaría en hacer lo mismo contigo.

23) Simular que eres otra persona no sirve de nada. No entraré en la moralina de que sería un engaño pues desde el primer “Buenos días” un lunes por la mañana estamos mintiendo. Mentiras socialmente aceptadas e insignificantes, pero mentiras al fin y al cabo. Intentar parecer quien no somos constituye un esfuerzo baldío que, si bien puede conseguir resultados positivos en un principio, a la larga termina en un fracaso absoluto. No importa que tus razones para hacerlo sean buenas. Es mejor ser uno mismo, sin importar las consecuencias.

24) No hay que dar consejos. Normalmente nadie los seguirá y en caso de hacerlo, te echarán la culpa de sus desgracias, si este fue perjudicial para ellos.

25) -40º no son para tanto. El frío se puede combatir fácilmente con varias capas de abrigo. Luego también es importante que todos los edificios en los que estemos tengan calefacción.

26) Una caja de galletas de nueces de macadamia al día no causa diabetes. Ni siquiera si se combina con un litro de helado y un sandwich de Nocilla por la tarde. Claro que el “experimento” solo duró cuatro meses. Más allá de ese tiempo no puedo asegurar nada.

27) En el trabajo no hay amigos: Ni en el bar, el club de Polo o el canal Mazmorra del IRC.

28) Antes de decir algo hay que pensarse las cosas dos veces. Yo no lo he hecho y he escrito esto, lo que me ha granjeado varias denuncias y una broma pesada por teléfono.

29) Antes de hacer algo, no hay que pensarlo ni un solo segundo. Decía Punset en una de sus apariciones fuera del coto cerrado de su programa en La 2, que se ha demostrado que las decisiones que tomamos tras una gran reflexión son igual de válidas y acertadas que las que tomamos espontáneamente. Así pues, ¿para qué pensar? Darle vueltas a la cabeza te llevará a perder un tiempo valioso o a no hacer finalmente lo que querías, lo que contradice el punto 2.

30) Es mejor parecer y/o hacerse el tonto. A los inteligentes no hacen más que amargarles la vida. La gente acude a ellos para que les solucionen los problemas o tratan de aprovecharse de ellos. Los tontos viven muy tranquilos.

31) Chatear en Internet buscando algo es una pérdida de tiempo.

32) Querer a alguien es lo más bonito que te puede pasar en esta vida. Por eso no se lo recomiendo a nadie. Esa chorrada de “Es mejor haber amado que haberse comprado un Seat Panda” no es más que literatura para sensibleros amantes de Lorca o cualquiera de esos juntaletras de alma atormentada. Pues al final todo se acaba, incluso el amor y lo único que permanece es un dolor insondable que no tiene fin, acompañándote hasta el final de tus días y quién sabe si de los tiempos. El verdadero infierno. Lo mejor es vivir feliz, solo, sin estar unido a nadie, con frecuentes escarceos sexuales tras los cuales comerse una caja de galletas de nueces de Macadamia.

Por supuesto estas lecciones son generalizaciones, con bastantes excepciones, salvo en que todas las mujeres son iguales, y circunscritas a España.

Aclaración por si lees esto años después de haber sido escrito: depresión post-cuernos.
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