Civil Brawl

Nuevo tráiler de la "Casa de las ideas", con la que será la película que de el pistoletazo de salida a la Fase 3 del Universo Marvel, que comenzara allá por... No lo recuerdo y me da demasiada pereza ir a buscarlo. Supondré que empezó todo con Ironman y dejaré que algún infeliz con más granos en la cara que un arroz con costra me rectifique con un comentario cargado de superioridad moral, desprecio y los perdigones que se le escapen mientras le grite a la pantalla durante la redacción del mismo.

Capitán América: Civil War, se llama el invento. En un tráiler genérico repleto de explosiones, saltos, posturas ensayadas frente al espejo en calzoncillos durante horas y mucho humo, se anuncia el evento que hará que las cosas no vuelvan a ser las mismas; si es que alguien sabe exactamente cómo eran antes, y lo que es más importante: si es que a alguien le importa que cambie algo, que esto no son las elecciones a presidente de tu comunidad.

El Capitán América e Ironman se enfrentan por un hombre. Así, a lo Brokeback Mountain superheróico, que si el sexo homo dicen que es el mejor porque nadie conoce el cuerpo de un género como alguien de ese mismo género (es complicado escribir para todos los géneros), con una tranca de acero no me quiero imaginar cómo debe de ser. Como para no dejarlo escapar, desde luego.

Vamos a jugar al juego de las suposiciones en base a lo que he visto en pantalla, con muy poca concentración, por otra parte:

El Capi, de algún modo, da con Bucky, el soldado de invierno y se lo lleva a su mazmorra repleta de "juguetes". El gobierno le busca por toda la destrucción que causó en la anterior película, de original título: el soldado de invierno (que por cierto no tengo ni idea de por qué le llaman así exactamente. Y no, no me he leído los cómics sobre el interfecto, Preferí pasar el tiempo follando.)

Rogers protege a Bucky porque es su BFF y se enfrenta al gobierno de los Estados Unidos. Este, incapaz de detener a un tío que... bueno, que es guapo, envía a Ironman que por contra tiene carisma y de esa forma equilibra la balanza. Y se empiezan a dar de hostias. Fin. Al final solo queda vivo Bucky porque Robert Downey Jr. dijo que se piraba y el Capitán América tiene que ser negro para adaptarse a los tiempos que corren, así que se matarán a la vez, a lo final de Rocky III.

El tiempo dirá si tengo o no razón, pero vamos a ver: ¿Qué cojones hace el Capitán América? Un héroe desvirtuado muy propio de esta época sin valores, cuya mayor característica es que viene de muy atrás en el tiempo y no sabe quién es Miley Cirus. Nada de los valores de libertad y democracia que representaba su álter ego de tinta y papel, creado en una época algo más idealista. Un tío que no confía en el sistema judicial americano... ¿¿¿por??? Hasta ahora el gobierno no le ha hecho nada, y no, nada de lo que pueda hacerle al principio de la cinta justificará que se enfrente a él. Vale que algunos quieran ver muerto a Bucky pero para eso coges, entregas a tu amigo y te quedas de guardaespaldas suyo hasta el juicio, presumiblemente justo. Ya si el veredicto no te gusta metes la moto en el juzgado y escapáis de allí a vivir vuestro romance...

No hace falta que aclare que la chispa que enciende esta "Civil War" me parece ridícula, muy ridícula, absolutamente ridícula, ridículamente ridícula. Y alguno podrá decir: bueno, es que seguro que hay otro motivo y no lo han contado en el tráiler. Primero, muy inteligente intentar engañar a la gente con un tráiler, no vaya a ser que se animen a ir al cine a verla. Y segundo, en el avance hay una escena en la que el Capi le dice a Stark que lo hace por su amigo a lo que este responde que él también lo era. ¿Perdona? ¿Desde cuando es Ironman amigo de Rogers? Amigos del Facebook habrán sido, de esos que luego ves por la calle y disimulas mirando un escaparate para no tener que saludarlo porque es un gilipollas; aunque el escaparate sea de comida para gatos, que tú no tienes mascota y él lo sabe porque te tiene en Facebook, con lo cual el bochorno sería mayor si te dirigiera la palabra, pero el otro nada más verte se ha puesto a mirar un escaparate de lencería femenina y eso que se come los rabos como la Jenny a las puertas del Skorpia una madrugada cualquiera de sábado.

Ese momento lacrimógeno es más artificial que el CGI de la Visión, que no se sabe si saldrá en el filme, al igual que Spiderman o el Barón Zemo. ¡El Barón Zemo! Hay gente que esperaba ver al Barón Zemo y no ha prendido fuego a su colección de cómics al ver el tráiler. No me lo explico. Esquizofrenia creo que lo llaman. Porque si bien la excusa para darse de hostias es muy pobre, los bandos enfrentados son risibles, por no decir patéticos. De un lado Ironman y Máquina de Guerra, los agentes de un gobierno del que se han reído hasta la saciedad, el negro menos, que es funcionario y con el dinero, risas pocas; y del otro el bando de los insurrectos con el Capitán, la guapa de las gemelas Olsen, Ojo de palomo, el mencionado Bucky, Halcón y ya... Vamos, la épica se masca en el ambiente.

Los fans, esos seres sin cerebro, contenedores con la boca abierta 24/7 en espera de que le caiga cualquier cosa que degustar, defienden que tratándose de una adaptación no tiene por qué ser igual que el cómic, pero los de Marvel lo único que han hecho es continuar la historia del soldado de invierno y colocarle ahí el Civil War para que la vieja guardia comiquera pique y dirija el ataque de las hordas de jóvenes hormonados  y borrachos como lemures contra las salas de cine de medio mundo. Lo que yo me pregunto es qué guiño harán a los chinos. Últimamente toda superproducción que se precie tiene alguna escena, algún actor o alguna referencia a un mercado que cada vez necesita más, pues el número de jóvenes, y por ello gilipollas, que se tragan sus historias insulsas y copypasteadas (palabra) es cada vez menor en los USA. Cosas de la baja natalidad occidental. Mi apuesta es que sacarán al Hulk chino de reciente aparición en los cómics. Un chino verde, si ya de por sí te partes con la idea.

Lo mejor de todo, como casi siempre, son los comentarios en Youtube al vídeo. Ahí fue donde leí lo del Barón Zemo, con sus correspondientes faltas de ortografía, pero lo que más se repetía eran referencias sexuales para describir los sentimientos que les provocaba a la chavalada los dos minutos de acción condensada. Si ya era pelín triste excitarse en nuestra época con el catálogo del Venca y aquellas modelos que no enseñaban nada (un pecado que todos podemos confesar), ponerse pepino con la visión de un grupo de musculados y sudorosos hombres tocándose con violencia solo tiene un nombre... No lo diré aquí, que en Internet todo se magnifica. Eso sí, Victor Mature nació demasiado pronto...

El soldado de invierno 2. No os la perdáis. O sí, pero no os olvidéis de follar. Eso nunca que es muy sano.



Me dicen que esta imagen es de otra película. Francamente, me importa muy poco.

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Vuelta al cole

Vuelta a la vida, vuelta a la rutina. Enterrados en la arena fina de la playa, o bajo las piedras de la Malagueta, donde van los faquires a veranear, se encuentran bañadores, bikinis, operaciones antigrasa, condones fugaces, amores imposibles, las paletas que nadie hizo tragar a los niños y largas horas de ocio banal.

Ya veo corriendo a Pancho tras el coche de una Noruega a la que, según la versión que contará a la policía más tarde, confundió con su amiga pintora, que a estas alturas del metraje habrá sustituido la melena dorada por la plateada, o por la platinum para los amantes de las grannys. Todo esto para anunciar que ya acabó el verano, de nuestro descontento, resurgimiento, empoderamiento o hundimiento, según el barrio, pues ni siquiera en el Titanic todos corrieron la misma suerte y mira que había poco sitio a donde correr.

Sí, ya imagino que no os habíais dado cuenta de la consumación del acto. El Corte Inglés parece haber abandonado el limes del cambio estacional y ahora cualquier bárbaro, como el presente, puede proclamar que ya es navidad es mi casa, y ya estoy comiendo mantecado, por muy metafórico que este sea (a decir verdad, ahora mismo no, porque yo para eso soy un profesional y le dedico plena atención).

Alguien me dijo una vez... bueno, no me lo dijo, se lo vi tatuado a una pelirroja en la nalga izquierda, junto al rostro sonriente de Popeye, que el éxito de un blog está en las listas. No estuve de acuerdo en aquel momento, o quizás Popeye me guiñó un ojo y olvidé hasta mi nombre, no lo recuerdo, pero el caso es que no me apliqué el cuento. Además, siempre quise que este blog tuviera un perfil contracultural y fuera único, por eso nunca hablé del pezón de Sabrina Salerno, ni de los bocadillos de Nocilla que debiera haber ingerido en los lejanos 80, frente a un televisor que vomitaba sobre mi las aventuras de Espinete. No, en mi casa se comía chóped. CHÓPED. La crema de cacao era considerada como una droga fatal para el desarrollo intelectual del infante medio, algo propio de burgueses y débiles de espíritu. Aún recuerdo cómo cortaba las lonchas de chóped en finas rodajas al son del himno de la Unión Soviética... Luego si alguna se pregunta por qué tengo tanto pelo en el pecho, que sepa que es por eso y no por un lejano parentesco con el hombre lobo.

Bien, tras la que quizá sea la introducción más absurda e innecesaria jamás escrita en un post, vengo a presentar "Cómo perder el tiempo en Internet", posiblemente el blog de listas más innecesario que se pueda encontrar en la red, sin desmerecer al 20 minutos.

La idea surgió, como todos los grandes inventos de la humanidad, de la imperiosa necesidad de follar, y obtuvo el mismo resultado, pero al menos me permite conocer a gente nueva y practicar el movimiento horizontal del brazo. No esperéis nada más elaborado que una bola de arroz, aunque si cierta frecuencia de actualización, no como este blog, que está más abandonado que Joaquín Almunia en una convención de dietistas.

¿Por qué en Medium? porque no lo usa ni el gato y yo siempre he querido significarme. Por ello, me dije: "¿Un solo blog en Medium? Eso es de cobardes". Y abrí otro a continuación, con una frecuencia de actualización algo menor, sí, pero abierto a todo el que quiera participar, que será nadie porque mis únicos lectores son una cobaya, Mi Álter Ego, Tortlon, de cuyo costillar fui arrancado el mismo día de la Creación por las manos del mitológico Steve Ditko y una lectora que me pone mucho y cuyo nombre dejaré en el anonimato para que todas penséis que sois vosotras (aunque me refiero a ti, claro); y obviamente, no están para perder el tiempo en estas tonterías. ¿De qué va el blog? Mira, qué pereza. Me voy a merendar. Os dejo la dirección y ya: Tiempos Misteriosos.

Por supuesto, mucho menos hablaré de mi Ask, donde comencé a hablar solo, para a continuación insultar al Commodore 64 que maneja la web y terminar respondiendo lo que me da la gana. Si al final todo esto lo hago por el pagerank de Google, que me trata peor que a una amante avejentada cuya experiencia no puede suplir la frescura de la juventud.

 
Esta canción me gusta. Por eso la pongo, no os vayáis a pensar. El videoclip no lo he visto. Ya me decís qué tal el minuto 2:17.


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Yo me llamo Ralph

Leo con estupor la noticia de que en Barcelona le han puesto de nombre de pila a un niño: Goku. En realidad se llama Goku Ceferino, pero me es imposible comentar el nombre completo, la risa no me deja. Por lo visto lo de Ceferino es un homenaje a uno de los abuelos de la criatura. La noticia no aclara si el padre se llama Son Gohanda, pero apostaría mi brazo izquierdo a que ya le gustaría.

Cataluña de por sí es un lugar proclive a los nombres raros, donde tan pronto se comen una letra, como en Antoni, como le añaden otra, ahí están los Josep; el caso es diferenciarse de los demás, como esos adolescentes que cogen el rotulador Carioca negro de su hermano pequeño y se pintan los párpados porque les falta imaginación. Sin embargo, nunca se había visto algo parecido. Las consecuencias son imprevisibles para el chaval. Una cosa es segura: cuando sea mayor no se hartará de follar, precisamente. Pues si bien en la actualidad los personajes de Dragon Ball gozan de cierto reconocimiento gracias a los nuevos videojuegos que salen al mercado y a la serie que comenzó su emisión hace unas semanas, para cuando Goku Ceferino (jijiji) cumpla la mayoría de edad, Goku será un personaje como El Cid o Jesús Gil, solo conocido por un puñado de frikis o por el segmento de población por encima de los 60 años, que no es el público de un postadolescente a la hora de mojar la brocha.

Y es que no hay duda de que cuando un fan pretende llevar a su realidad parte del mundo de ficción que venera, pueden suceder cosas extrañas. Yo tengo una piedra basáltica que me regaló la dependienta de una librería llamada Dr. Zhivago (la piedra, no la dependienta) Desconozco el nombre de pila del doctor, pero me da miedo mirarlo en Internet, no vaya a ser que se llame Macario, que siendo ruso difícil tenía que ser; aunque ahora que lo pienso, más de un Pope ortodoxo ha habido llamado así. Pocas bromas con los Macario. Le puedes poner un nombre molón a una mascota, a tu primo el de las paletas como escarpias, tu roca ígnea, la chica junto a la que te has despertado y que conociste hace unas horas o tu suspenso en matemáticas, pero de ahí a llamar a un niño Goku o Macario hay un trecho, que los niños son personas también.


Imagina las paj¡EL DR. ZHIVAGO!

Y, mira, si al final te da igual los traumas que puedan sufrir tus vástagos por un nombre mal elegido, ahí están las Jennys ingenieras y los Paco bailarines de ballet llenando las clínicas psiquiátricas, pues hay bastantes nombres más molones que escoger.

He aquí mi lista de nombres chulos para chicos:

. Godzilla
. El torpedo de Acapulco
. Juan Carlos II
. Doctor Moriarty
. Mothma
. Mark Lenders
. Picolo
. Ricardo Corazón de Coliflor
. Papá Pitufo (para poner este hay que ser especialmente cabrón)
. Manolo
. León-O
. Waldo
. Minion
. 50 cm
. Don Carlos Marx
. Macario
. Alucard (cortesía de la pizpireta Eriwen)
. Grande-Marlasca (sugerido por Tortlon, que como nombre chulo también valdría)

Y si tienes gemelos:

. Los Sacamantecas (la única razón por la que me alegraría de tener gemelos. Estoy por comprarme otra piedra y cambiarle el nombre a la que tengo)

Para terminar, nombres chulos para chicas:

. Marisleisis
. Vaitiare
. Crystal
. La de Pretty Woman (este tiene anécdota que no puedo contar porque me perseguirían los Gypsy Kings)
. Kimera
. Lady Ga Ga
. Anchoa
. Imperator Ruidosa
. La Vane
. Guillermina
. Laperra Jackson
. Bkind
. Katy Perra (doblete de Tortlon)
. Kira
. Luisa Lanas
. Elsa la de Frozen (todo junto, que hay otras Elsas que no son nadie por ahí pululando)
. Hillary (y que si no llega a ser por Gordipé se me hubiera olvidado por completo)
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La vie en rose

Queda establecido que a los cónyuges de primeras nupcias se les regalará una Pantera Rosa por parte de cada invitado a la ceremonia. A los de segundas nupcias, dos Pantera Rosa por año que estuvieron casados. A los de terceras nupcias no les llaméis gilipollas que bastante tienen con lo suyo.
Código de Hammurabi 1750 a.c.
 
 

Oriente Medio esta en llamas, el este de Europa levantándose en armas, Occidente inmerso en una crisis de identidad y liquidez, y en un escenario típico de una distopía cyberpunk, nuestras vidas están controladas en las redes y ahora pretenden controlar nuestras finanzas con la eliminación del dinero físico. Pese a todo, aún había esperanza en un futuro mejor.
 
Esperanza que ha sido machacada por un directivo desconocido, acaso el Anticristo en persona. Si todo apunta a que pronto será necesario el número de la bestia para comprar y vender tal y como predice el Apocalipsis (va a llegar), ha sido ahora cuando las trompetas de los arcángeles (o un avión ucraniano) han comenzado a sonar anunciando la ruptura del séptimo sello: ¡le han cambiado el sabor a los Pantera Rosa!
 
Me encontraba el otro día alegre y dicharachero paseando por unos grandes almacenes. El calor anticipado del verano calentaba mis venas y descongelaba la máscara helada que congestionaba mi rostro en una desagradable mueca de gélido disgusto (aquí me estoy tirando el pisto porque en Málaga no ha hecho frío en la vida) transmutándola en un gesto de paz y conciliación universal. En resumen, había follado. Vale, ya lo he dicho. Y para celebrarlo iba a coronar la "Roboto Experience" con el bocado más delicioso que el ser humano haya podido paladear, una explosión de nata recubierta de una sustancia rosa cuya fórmula es más secreta y deseada que la de la Coca Cola.
 
Y allí que me fuí, sección Panadería: una señora con las mechas californianas examinaba la fecha de caducidad de un paquete de donuts. El niño que le acompañaba de pie en el carro de la compra alargó el brazo, agarró una baguette y arrasó un puesto de cupcakes que formaban una piramide que se alzaba a su siniestra, albergando en su interior el cuerpo decrépito y embalsamado de un Miguelito, que quedó expuesto a las miradas vergonzantes de los compradores.
 
Las cupcakes volaron erráticamente antes de caer al suelo y ser degradadas a simples magdalenas, dos por el precio de una, el descuento de los pobres que se comen cualquier cosa. La señora de mechas pasadas de moda se echó las manos a la cabeza, más literal que metafóricamente.
 
- Hay que ver Miguelito la que has liado.
 
Y ahí vi una señal cósmica, la prueba de que existe un orden que hace que la influencia del falso Miguelito sea destruida por un Miguelito redentor de seis años y cara de Chihuahua. Jamás pensé que en pleno siglo XXI siguieran existiendo niños con ese nombre. Vaya por ellos este post.
 
La madre lanzó finalmente dos paquetes de donuts al interior del carrito. Miguelito trató de rematarlos con su pierna diestra pero se ve que el niño era zurdo y el puntapié golpeó la pared metálica hiriendo su orgullo y su dedo gordo. Ambos se alejaron de aquel suelo preñado de muerte a la mayor velocidad posible.
 
Esquivé las magdalenas con cuidado. Un encargado se acercó a comprobar el desaguisado. ¿Qué ha pasado?, preguntó a la panadera tras el mostrador de al lado a la que todo aquello le traía sin cuidado. Durante un instante me quedé a la expectativa, esperando que se me acusara de un acto que no había cometido y me obligara a sobrevivir como comprador en los ultramarinos del barrio buscado por la justicia del Mercadona. Pero la chica maquillada de harina y con restos de masa por complementos se encogió de hombros y continuó rascándose el... De todas formas yo allí no compro el pan.
 
Me acerco a los anaqueles de la pastelería industrial, al lado están los dulces recién horneados: más frescos, más sanos, más caros... Que sí, que están buenos, pero me decanto más por lo artificial y llamativo, por un sabor exótico que no dudas en devorar por muy dañino que sea, visualmente atrayente y poco saludable, como cuando escoges a la china en un puticlub (o eso me han dicho.)
Paso la vista por las baldas con deleite. Allí hay grasas transgénicas para acabar con la ciudad de Pskov y causar diabetes tipo A a los supervivientes de las poblaciones vecinas; todo un surtido de marcas de distinto pelaje que en un momento u otro han pasado por mis manos. Todas me tentaban, pero me resistí, pues lo que ansiaba no era otra cosa que ese pack de tres Pantera Rosa que yacía majestuoso junto al infame Bony y al siempre sobrevalorado Tigretón.
 
Me hice con un paquete y me dirigí a la caja con el pensamiento del sabor del manjar que protegia entre mis manos deleitando mi boca.
 
- Señórita Encarna acuda al pasillo 3. Otra vez han tirado las magdalenas - crepitaron los altavoces.
Una señora armada con una escoba y un recogedor pasó frente a mi lado refunfuñando.
 
- Putos modernos - le oí decir antes de perderse en el laberinto de estantes.
 
Llegué a casa movido por el ansia y el deseo. Me encerré en mi habitación, bajé la persiana, me desnudé y en el ordenador no tardé mucho en encontrar un tema de Barry White que relajara el ambiente. Hacía un calor infernal, con una temperatura más cercana a los jardines del Hades o Valencia que a las que se pueden disfrutar en la costa en fechas tan tempranas.
 
Antes de poder dar un bocado tuve que padecer otro de los males del capitalismo: el sobreempaquetado. ¿Hay algo más ridículo que una bolsa de magdalenas llena de bolsitas de una magdalena? Es la prosopopeya hecha carne o masa, una bolsa madre de magdalenas que va a dar a luz a sus pequeñas retoños magdalenas, que serán arrebatados de su regazo no bien dé a luz para satisfacer la gula de algún depravado humano.

 
 Alegoría
 
Como iba diciendo, abrí una bolsa, y me encontré con 3 pastelitos embalados en coloridas bolsas. Cogí uno de ellos, lo abrí, lo contemplé extasiado durante unos instantes en los que la duda se abrió paso entre la espesa jungla de deseo que recubría mi consciencia. Había algo raro en el color de la cobertura. No era el mismo rosa. ¿Acaso era el indicio que llevaba esperando, maléfico anunciador de que estaba necesitado de una visita a la óptica? Había otra cosa mal: el tacto. Suave, blando hasta rozar lo pringoso... No quise pensar más y le di un bocado poniendo a prueba mi fé en los bollos.
 
No lloré cuando derribaron el muro de Berlín, con lo que había costado levantarlo, no lloré cuando mostraron por la tele el cormorán cubierto de petróleo de la guerra del golfo, no lloré cuando le quitaron las Olimpiadas a Madrid (de alegría, se entiende), no lloré cuando dispararon a J.R., no lloré cuando vi a Emilio Aragón con deportivas y esmoquin, no lloré con la muerte de Chanquete ni la de David el gnomo (bueno igual con este sí), pero cuando las papilas gustativas de mi lengua se abrieron para recibir el néctar rosado y embriagarse con su dulzor único, y se encontraron con... aquello, una lágrima gorda como la cabeza de un panda cabezón surcó mi mejilla derecha, marcando el camino a decenas de sus compañeras.
 
Saqué la cabeza por la ventana y empecé a soltar improperios en todas las lenguas que conozco y como un pedazo de bizcocho se me fue por otro lado y comencé a toser y gruñir sin parar, igual algo dije también en klingon.
 
- Ya está el del quinto pagando su frustración vital con las vecinas. - escuché decir dos pisos sobre mí.
 
- Y eso que ayer folló - replicaron tres plantas más abajo.
 
- ¡Su hija habla demasiado! - grité antes de volver adentro para continuar sufriendo en silencio.
 
Aquello no podía ser verdad. Ya llevaba a mis espaldas un rosario de decepciones: la UCD, los conguitos blancos, el test "¿Pones cachonda a tu compañera de pupitre?" de la Superpop en el que saqué un 90% pero al final no, la carrera artística de Guns´n´roses, Matutano, la transición, las tetas de la Amparo, la película de Batman y Robin, el paseo marítimo de Torreblanca, David Hasselhof con barba, el reloj calculadora, el último capítulo de Lost, el búlgaro inverso (que tampoco está tan mal, ojo),  los flash de a 5 pesetas, la china del Amberes Hot, el chiste del perro Mistetas, Pdr Snchz, la nueva interfaz de Facebook... pero nada, nada se podía comparar a aquello. El sabor de los Pantera Rosa era único. No había nada en el mundo que se le pudiera comparar. Sí, se habían lanzado multitud de productos al calor del éxito del bollo padre: helado de Pantera Rosa, roscas rosa, sencillos pastelitos rectangulares... todos muy buenos pero ninguno había sido capaz de rozar el sabor de aquella sustancia rosada. Los agentes del KGB solían acudir diariamente al supermercado o panadería de su barrio para hacerse con unos cuantos y llevarlos a la Rusia soviética, donde los mejores científicos comunistas intentaban recrearlos, sin éxito conocido. Y ahora, lo habían cambiado. Ya no existía. El mundo se había quedado huérfano de uno de sus sabores más originales.
 
Movido por la frustración y la ira, me dirigí a la web de Bimbo, empresa creadora de los pastelitos y les envié un mensaje muy educado, no sin antes hacerme una paja para relajarme un poco y no soltar sapos y culebras que reducirían cualquier posibilidad de que se tomaran en serio mi misiva. Esto igual no tendría que haberlo contado pero no creo que os vayáis a asustar a estas alturas. El mensaje decía tal que así:
 
 
 
Todo muy correcto y sin incluir el término "hijos de puta" en cada renglón. El onanismo es a la diplomacia lo que el Valium a las menopáusicas o una Harley Davidson a los pitopáusicos. 
 
Mientras esperaba respuesta por parte del community manager de turno, me abandoné al peligroso placer de la nostalgia, a recrearme en los buenos momentos vividos en compañía de mi rosado amigo. No sin antes preguntarme si había hecho bien en escribir una carta a una gran corporación, que seguro que edita una revista con cientos de quejas como la mía para que sus directivos desayunen riéndose mientras las leen. Desterré esa idea de mi mente enseguida. Merecía una respuesta. La Pantera Rosa había hecho mucho por mí. Como aquella vez en la aduana de Montreal en la que, inocente de mí, declaré que llevaba peligrosa carne en mi maleta. Me condujeron a una amplia sala vigilada por decenas de cámaras que en ese momento me apuntaban a mí, por si se me ocurría sacar una pistola y amenazar a los 12 guardias que se encontraban en ese momento allí, de pie sin hacer nada.

Tras una breve conversación con el agente de aduanas, en un inglés tan deplorable que a punto estuvo de hacer que me deportaran, me conminó a que abriera la maleta. Lo cual hice diligentemente. Es curioso cómo la posibilidad de ser acribillado por contrabando de jamón serrano hace que tu cerebro trabaje con tanto ahínco como para entender sin problemas la frase: Abre o te pegamos un tiro en un idioma que no es el tuyo.

No lo dijo así, pero cuando desplegué en la mesa toda una colección de embutidos y quesos de la tierra, seguro que se le pasó por la cabeza. Lo último que saqué, escondido entre la ropa interior y las camisetas con mensajes chistosos, fue un paquete de Pantera Rosa que el agente se quedó mirando durante unos instantes. Hizo que me temiera lo peor. Como me confisquen los pastelitos cojo el paquete, salgo corriendo como en Dos hombres y un destino y que en mi biopic póstumo mi papel lo interprete Vin Diesel, pensé mientras comenzaba a sudar copiosamente por el estrés.

Pero no fue así. Su atención se dirigió de inmediato a una lustrosa caña de lomo envasada al vacío. Duro y sabroso como el miembro de Peter North le dije tratando de ganarme su amistad con aquella chanza. Igual no fue el mejor comentario que pude hacer porque su cara enrojeció y pude distinguir el humo saliendo de sus orejas.

- ¿Qué es? - me preguntó sin mirarme a los ojos no le fuera a pegar algo.

Haber vivido en la España pre libre circulación de ciudadanos hacía que hubiera escuchado mil y una historias sobre los guardias fronterizos, así que reconociendo el carácter mahometano del agente, le comenté que se trataba de un embutido que hacíamos en mi región con cordero. Farfulló algo y se llevó la caña de lomo para, supuestamente, incinerarla. Si infringió la ley y se la comió con sus compañeros, sé de alguien que va a arder en el infierno musulmán... Empaqueté de nuevo mis cosas y tras salir del aeropuerto me comí los pastelitos. Era eso o tirarme en el suelo de la terminal presa de los nervios.

Recordar todo esto me llevó dos días, tras los cuales recibí respuesta a mis cuestiones. No reproduzco el mensaje del CM de turno por motivos legales, pero entre las líneas típicas con las que se pretende apaciguar el ardor guerrero de los cuatro colgados que se quejan por las cosas, pude entrever que me sugería que habían cambiado la fórmula del pastelito para hacerlo más sano y equilibrado.

Podría llegar a pensar que lo hubieran hecho para evitar futuros litigios por enfermedades causadas por el tinte rosa, pero entre tantas dioxinas, polución ambiental, tantas grasas saturadas, contaminación radiactiva, tanto rabo de toro en las comidas (si sois asiduos a las discotecas)  ¿quién iba a culpar a un inocente pastelito de una epidemia de muertes inexplicables entre la generación E.G.B.? Si podemos fumar, beber alcohol, fumar vegetales o escuchar Techtronik, ¿por qué no nos podemos matar suavemente con un Pantera Rosa? ¿Para eso voté la Constitución?

Quizás debería haber sido más duro en mi mensaje y preguntar a qué sucio polígono industrial tenía que ir para lamer de un perolo pringoso los últimos restos de la dignidad pastelera que recubrían mis recuerdos, todo ello preñado de una retahíla de insultos, que hubieran surgido de mi pluma como un géiser de mala educación si no pasara las tardes masturbándome con las fotos que me envían por Whatsapp. Pero el pobre encargado del servicio de atención al cliente no tenía la culpa de nada. Por cierto, desde aqui le mando al encargado un abrazo si es un señor con bigote y una invitación a cenar si es una chica soltera o con ganas de vivir la Roboto Experience.

Los hippies en los 60 temían convertirse en un simple número en el entramado de corporaciones que empezaba a sustituir al estado en aquella época. Pensaban que se convertirían en una simple billetera con patas y tendrían que pedir cita en la peluquería en lugar de que una chica llamada Flor de Amapola les cortara el pelo en topless mientras se fumaban un canuto. Pero hemos llegado más lejos que eso. Adelantamos al futuro por la derecha y ahora esos hippies dirigen las empresas que juegan con nosotros, ya no somos nada, ni siquiera un cliente a contentar pues nos tragamos todo lo que nos echen, y callamos. Hoy es el sabor de la Pantera Rosa. Mañana será el derecho a voto. Y mientras tanto, solo nos queda recordar aquel sabor único, como se recuerda el sabor de los labios de tu primer amor.

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Un post sobre la guerra civil que no va a gustar a nadie


Es broma. Para hablar de la guerra civil estoy yo. Si estáis interesados os esperáis unos meses y ya vivís el remake en vuestras carnes, pero mientras llega tan aciago momento, hablemos de lo que de verdad importa: Ligar.

La última frontera. Estos son los viajes del Dr. Moriarty en una misión que durará toda la vida, dedicada a la exploración de entes femeninos desconocidos, al descubrimiento de nuevas formas de decir "voy a mojar el churro en tu taza de chocolate" sin que suene muy depravado, hasta alcanzar agujeros que solo unos pocos afortunados han podido horadar.

Y uno de los métodos para ello es buscar por Internet, ya que el gobierno ha prohibido el botellón, las copas en el Skorpion se han puesto prohibitivas para el ciudadano medio y que en invierno hace frío en la calle y en verano calor. Si se puede hacer en casa todo, pues mejor. Menos ir al baño que eso es mucho mejor hacerlo en terra incognita o mejor: tierra conquistada.

Antes de ir en serio y subir mis datos personales y mi foto a cualquier sitio que me prometa una excitante vida de noches locas y mañanas de arrepentimiento, me gusta ver qué clase de gente pulula por allí. No sería la primera vez que una web de contactos crea perfiles falsos con fotos de personas inocentes que no saben que un malvado hacker de Shanghái pirateó sus ordenadores y les robó hasta las fotos de la comunión. Pese a ello, en lo primero que me fijo suele ser en las fotos y paso bastante de lo que escriben los usuarios para definirse. Qué listo, estaréis pensando, pues como todo el mundo. Pero es que vosotros no deberíais ser así porque sois buenas personas, no como yo, que llevo media hora esnifando un rotulador rojo.

Las fotos se usan para destacar sobre el mar de carne en el que un usuario se zambulle en cuanto termina de rellenar su perfil inventándose cosas como que le gustan los gatos, imprescindible si quieres que las mujeres de más de 30 años se fijen en ti, o que eres muy asertivo, procrastinador, trabajador en equipo, comunicativo, etc y que tanto te valen para buscar chochete en Parla como trabajo de Lead Manager en Linkedin. Por cierto, a ver si me validáis la habilidad de cunnilingus.

Aunque a veces simplemente se coge la primera foto en la que uno se ve respetable y se obvia el marketing carnal, con nefastos resultados a menos que seas un efebo o una hetaira. Esta ligereza a la hora de elegir la que será nuestra imagen ante el mundo no tiene en cuenta el impacto que tiene la misma en el público al que van dirigidas: los hombres, que suelen encuadrarlas en distintas categorías y reaccionan ante ellas de distinta forma como pasaré a enumerar a continuación. Lo mismo se podría decir del lado masculino pero hasta ahora nunca me ha dado por buscar compañía en dicha sección. Me doy hasta 2017 para que una chica me haga caso y si no... a ver si al otro lado hay más suerte.

Obviaré los ejemplos gráficos porque no soy tan mala persona como se pueda inferir de este post, aunque principalmente lo que me echa para atrás es la posibilidad de enfrentarme a una demanda, previa detención por parte de la policía nacional. Bien por la labor preventiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Comenzamos por un tipo de fotos más común de redes sociales que de webs de contactos, aunque la función de las RRSS sea básicamente esa y por eso la incluyo:

Jack el destripador: por partes. Las chicas que se encuadran en este apartado muestran los ojos, la sonrisa o el pelo, pero solo eso. Curiosamente nunca las tetas o el culo. ¿Por qué si sería lo más efectivo? ¿Está bien admirar un ojo pero no un pecho, o sentirse atraído por una enigmática sonrisa pero no por las redondeces serenas de una nalga? ¿No quieres que el chico se fije solo en eso y no repare en tus otras muchas cualidades? Malas noticias: nadie repara en un ojo, a menos que tenga puesto una lentilla de los Thundercats, en ese caso, sí, aunque dudo mucho que te gustara el tipo de hombre que se fijaría en eso.

Está más que claro que cuando solo se muestra una parte de la anatomía es porque se oculta el resto, y ¿por qué se oculta el resto? El pavo real expande su multicolorida cola para que la hembra no se fije en el pico palomo que se gasta el animal, el león ruge para enmascarar que es más vago que un ministro de agricultura y el pingüino... bastante tiene con lo suyo. Estas fotos son carne de fetichistas (nunca mejor dicho), que no dudan en coleccionar citas esperando encontrarse con los pies de Bo Derek (eso sí que eran dedos) aunque terminan por chupar el empeine del yeti, porque el fetichista puede ser raro pero tiene necesidades que cubrir.

La fantasma de la Ópera: si de una cosa podemos estar seguros al ver una foto de categoría Jack el destripador es de que al menos esa parte del cuerpo que vemos es bonita, sin embargo ¿qué ocurre cuando nos topamos con un perfil presidido por un dibujo de Betty Boop, un dibujo de una luna y unos duendecillos o un croissant? No hace falta ser familiar de Perry Mason para saber que nos encontramos ante una persona poco agraciada físicamente. Moriarty, estaréis diciendo mientras dais saltitos con los que sortear ese muro infranqueable de tetas que me separa de vosotros, para que note vuestra presencia: ¿y no puede ser que simplemente sean celosas de su intimidad? En ese momento os miraré, sonreiré y diré: No.

Este tipo de fotos solo atrae a ludópatas en potencia que se juegan a un pálpito a que detrás de ese primer plano de Ana de las tejas verdes se encuentra una universitaria pelirroja, cuyo exuberante físico influye tanto en sus relaciones que busca alguien que se sienta atraído por su intelecto. Qué decir... a veces toca, pero hay que jugar mucho. Vuestra primera cita será en el bingo y si le traes suerte te querrá llevar a las carreras de galgos. La buena noticia es que aunque no seas (inserte aquí el nombre de su pelirroja tetona de referencia), si le haces ganar unos cuantos euros, seguirá queriendo salir contigo.

Siguiente categoría.

Es complicado: por increíble que parezca, hay chicas que suben fotos en las que salen acompañadas de un hombre. La identidad del mismo es desconocida: podría ser su padre, su hermano, su amigo gay al que le cuenta todas las confidencias como cuando Jessi se bebió un bote de Perlán pensando que era semen de caballo (a mi no me miréis, esto me lo han contado) y tuvo que estar aguantándole el pelo dos horas mientras vomitaba, podría ser también el cartero o el tipo aquel que salía en Youtube bailando por todo el mundo, pero la mente desconfiada de un tío lo primero que pensará es que se trata de su novio. Si bien en un primer momento la idea de hacer un trío asaltará la conciencia malsana de cualquier ente masculino que se precie, el contemplar un par de segundos la cara del maromo hará que huyamos despavoridos. Ojo que los hay que se lo toman como una competición, estilo: A ver si a esta me la follo sin que se entere el novio. Lo malo es que se suele enterar y te suelen llamar a primera hora de la mañana, que jode más, para amenazarte de muerte y advertirte de que no te acerques más a ella o te cortarán los testículos, que digo yo que si ya avisas que vas a matar alguien, dejarle nenuco, como diría el sabio, es lo de menos, pero ya se sabe que los cornudos son gente muy inestable. Además ella no me dijo que estaba casada.

Libertinos y gente amoral acudirán como la miel a las moscas. Puede que incluso algún psicópata que pretenda hacerse amigo vuestro para una oscura noche sin luna, en una cabaña en mitad de la montaña a donde habréis ido a pasar las vacaciones de verano... A ver, esto no es gratis, si queréis saber cómo sigue dejad un mensaje en los comentarios y por un módico precio os cuento el final. Es sorprendente. Solo digo eso.

Soy contorsionista del Circo del Sol: Soy muy mal pensado, o mejor dicho, siempre pienso en lo mismo, y si los habitantes de Matrix veían la realidad como una sucesión de código informático chorreando ante sus ojos, yo lo veo como la búsqueda incansable por echar un polvo. Los marxistas desarrollaron la teoría del materialismo histórico y a mí me dio por las histoxología, materia que estudia el proceso civilizatorio como la lucha de los seres humanos por el control de los medios de fornicación. Pero no es este el lugar para hablar de ello. Ya me llamarán de alguna universidad y os avisaré para que vengáis a verme.

Venía a decir, que cuando veo la foto de una chica con una pierna mirando a Sabiñánigo (me niego a nombrar a Cuenca nunca jamás) y la otra a los Andes, a menos que la chica esté buscando trabajo como contorsionista del Circo Prize o un puesto de gimnasta en la selección española, lo que me da a entender es que tiene tanta flexibilidad que... No hay manera educada de decir que te la podrás follar y esconderla bajo el sofá cama después, así que no lo diré. Aunque es lo que está pensando tu novio ahora mismo. Mírale, si te sonríe es que está pensando hacer lo mismo contigo esta noche.

Las locas del coño también tenemos derecho: antes de que se me critique por usar dicho término, para algunos ofensivo, he de comentar que la primera loca del coño que hay soy yo, y si no me creéis preguntadle a alguna de mis ex, menos a la última, que es imaginaria. Aparecen en sus instantáneas con cara de pocos amigos tirándole un bocado a un peluche, con miradas inquisitivas que traspasan las fronteras del tiempo y del espacio hasta alcanzar tus recuerdos y tus correrías pasadas, acusándote con el dedo índice extendido de haberle dejado el baño hecho un cristo al afeitarte... Casi te puedes imaginar las discusiones que tendrás con ella en el primer encuentro por haber escogido un restaurante con camareras demasiado pechugonas o por preguntarle por qué no le gustan los vestidos. Al final es como todo, dependiendo del canalillo que se muestre pues se le da una oportunidad o se cierra la web rápidamente y se le prende fuego al portátil antes de que se le envíe un mensaje para quedar por error.

Hay valientes que entablan contactos con estas chicas: los llamamos héroes. No se ha vuelto a saber nada de ninguno de ellos.

La hija de Willy Fog: retratos frente a los monumentos más característicos de la geografía mundial completan esta categoría. Ya sea la Torre Eiffel, el Taj Mahal, una cabina del West End en la que vive un mendigo o la casa donde la Nati se cayó, rompiéndose la cadera que fue reemplazada por una nueva de titanio por la cual pasó a llamarse desde ese día: Naticop, cualquier lugar es bueno para demostrar que se estuvo allí y que si te interesas en ella, a más sitios que la tendrás que acompañar. No digo que la tendrás que llevar porque por suerte estamos en el siglo XXI y ellas pagan también. A mi me gusta que me inviten a cosas porque es lo más cerca de sentirme un gigoló que llegaré a estar. No sé, era un pensamiento que quería compartir con vosotros. La sociedad moderna ha engendrado la subcultura de los Adoradores de Ryanair, rama escindida de los modernos, apasionada por inmortalizar en su cámara Réflex momentos que de otra forma debería almacenar en esa ineficiente memoria llamada cerebro. Como son legión, las hijas de Willy Fog no suelen tener problemas para encontrar rápidamente compañero de viaje. Es una estrategia ganadora si tienes una tarjeta Travel Club.

Manolita Gafotas: apostaría mi mano incorrupta a que en el 60% de los retratos de chicas con gafas, estas no están graduadas, si es que alguna tiene cristales. Las gafas son sexys: las llevan las profesoras cachondas, las psicólogas cachondas (valga la redundancia), las doctoras cachondas, las torneras fresadoras cachondas... Eso sí, si luego en la primera cita apareces sin ellas quedarás como la reina del erotopostureo, término que viene a sustituir a "Calientapollismo", zafio, grosero y dudo que exista siquiera. No lo uséis. Erotopostureo es mejor, que se lo comentas a Noam Chomsky y fijo que lo mete en su próximo estudio sobre lingüística. Para concluir, se dice que en el pórtico de la Escuela Estoica de Lexos se podía leer: Gafas, hasta para follar. Con eso lo digo todo.

Quiero rabo pero me disgusta el patriarcado: fotos de chicas que parecen chicos. Aparecen sin maquillar, sin peinarse, de cualquier manera, de forma natural, como debe ser. Miran con horror a la cámara intuyendo al otro lado un cíclope que les devuelve la mirada e intimidan a los hombres que cuando las ven piensan que van a acudir al dentista o una inspección de hacienda. Curiosamente luego en la cama son unas fierBueno, que muy bien todo. Sí.

María Antonieta: en sus fotos sale todo su cuerpo menos su cabeza. La razón está clara, aunque curiosamente su figura tampoco suele ser nada del otro mundo como para llamar la atención y tragar con todo y que no te importe una po po po po po po po po poker face. Amantes del misterio acudirán a la llamada. Y si la María Antonieta en cuestión decide quedar con uno de ellos, será fácil reconocerlo en una plaza abarrotada: será el que lleve una camiseta con la faz de Enrique de Vicente.

Aquí mi fusil, aquí mi pistola: una teta pega tiros, la otra consuela. Escotes vertiginosos en cuyas profundidades moran dioses primigenios que no pueden ser nombrados. Sinónimo de chicas marchosas sin miedo a nada. Reciben tantas solicitudes de amistad que sus perfiles suelen ser gestionados por el community manager del Alcampo, que se pasa las noches dando falsas esperanzas a los pobres pretendientes. Al estar tan solicitadas solo se postulan los creídos que piensan que su bello rostro, capaz de enamorar a una tronista de MYHYV, hará caer rendida a sus pies al par de melones de la foto.

Morritos Martin: a ver, los morritos solo valen para una cosa y como me da vergüenza decirlo directamente, dejadme que os cuente una historia:

Corría el año del señor 1055 y Lady Lorena esperaba ansiosa la llegada de su recién estrenado marido Godofredo de Guillón. Lo de recién estrenado era una licencia poética, en cierta forma acertada, pues a pocas horas de haber contraído nupcias con él, este había recibido la llamada del Papa Carlotti X para partir a las cruzadas, a la lejana Palestina a combatir al sarraceno y al infiel. Y para que ella no le fuera ídem, el último gesto de casados con que la había obsequiado Godofredo había sido llamar al herrero local para que le forjara un cinturón de castidad.

Tres años pasaron y Lady Lorena moría por el regreso de su amado y por liberarse del cinturón de hierro, tiempo ha oxidado, todo sea dicho. Pasaba las noches en vela contando los días que quedaban para reencontrarse con Godofredo y sus recios brazos, mas un lóbrego pensamiento la carcomía, ¿y si había conocido a alguna de esas orientales cuyas artes amatorias eran tan famosas que incluso habían traspasado las fronteras de la cristiandad hasta ir a parar a sus castos oídos y ya no la encontraba atractiva?

Una mañana de agosto, un emisario apareció a las puertas del castillo con buenas nuevas, Lord de Guillón se encontraba en el reino y en pocas jornadas alcanzaría su destino. A medio camino entre la alegría y la angustia corrió en busca de consejo encontrándolo en una vieja anciana que se escondía en las cocinas desde tiempos de Sisebuto el Magno, mucho tiempo, en román paladino. Esta, ante las súplicas de la joven esposa por algún secreto que volviera loco a su amante, se limitó a mirarla a los ojos fijamente y tras unos segundos meditando sus palabras le dijo: Toca la flauta, volviendo al instante a sus quehaceres, que la verdad es que nadie sabía muy bien qué hacía allí, pero esa es otra historia.

Tres días después del mensajero llegó su Godofredo resplandeciente en su armadura de alabastro y con tanto pelo en la cara que parecía un ewok a caballo, si es que Lady Lorena hubiera tenido esa referencia cultural, que va a ser que no. Digamos que parecía un oso a caballo, que no tiene el mismo impacto visual porque eso en Rusia es muy común.

Tras el reencuentro y el banquete de rigor llegó la noche. Godofredo se tumbó en el lecho nupcial apenas estrenado y se quedó mirando fijamente a su amada. Esta, recordando las palabras de la anciana, contempló la espada amorosa de su esposo y tocó un solo de flauta, dos de clarinete, un par de canciones de Gerry Rafferty y el concierto para viola nº 12 de Brahms, que todo sea dicho, ella ya dominaba de mucho antes de casarse. Había rumores en la corte...

Al día siguiente se encontró a Godofredo muerto en la cama y muy sonriente, lo cual salvó a Lady Lorena de la hoguera y la convirtió en la regente del condado, el cual gobernó con mano de hierro castigando a todos los hombres que le pedían a sus mujeres que les tocara la flauta, porque eso es algo que tiene que salir de una misma y si quieren que se la chupen y tú no pues que se vaya de putas que para algo están.

En realidad la historia termina con "y fueron perdices y se comieron felices" pero ¿para qué incluir un final feliz cuando puedes añadir una pizca más de intolerancia y ofensa a un relato?

La tigresa de Oriente: si os soy sincero, no recuerdo a qué me refería cuando apunté esto.
Durante el proceso de reescritura debería haberlo eliminado pero lo he dejado para recordarme que soy mortal y falible.

La fotógrafa accidental: fotos desenfocadas en las que aparece cortada su figura, con mal encuadre, denota poco interés en su aspecto, lo cual en un escaparate donde básicamente es lo único que uno puede ofrecer hace que nadie se fije en ellas, excepto los comerciales de CCC, que por si no lo sabéis, son gente muy aburrida. Que oye, cada uno busca lo que le gusta... . Además el desenfoque puede obedecer a una técnica de ocultamiento como echar vaselina en el objetivo de lo que podría inferirse cierta falta de amor propio, que es para un hombre como la sangre en el agua para los tiburones. Tenemos un sexto sentido y demasiada poca vergüenza como para no acudir raudos al consuelo de una pobre dama que no se valora lo suficiente para ofrecerles nuestro apoya. El caso es que muchas caen en esas trampas sentimentales y claro, ahí están Ella baila sola y Alex Ubago cantando penas basadas en esas historias. Que siguen cantando, ¿eh? Hace poco les detuvieron en México. Esto lo cuento para alegrar el tono del post.

Catwoman: junto a ella aparece su querida mascota: un gato. Curiosamente pocas se fotografían junto a sus perros. Lo malo es que querrá más a su gato que a ti. Es un hecho. Los hombres con miedo al compromiso encontrarán un alivio en esto.

Sor Citroën: chicas que se avergüenzan de hacerse fotos. Deben recurrir a la intimidad de su vehículo para retratarse de forma anónima sin que nadie pueda decirle lo patéticas que son por hacerse una foto para una web de contactos, cosa que está muy mal, desde ya lo digo. Deberían cambiar de compañías. Yo por eso cuando voy por la calle me voy fijando en los coches a ver si en el interior me encuentro con una de estas mujeres y podemos saltarnos al intermediario digital. Nunca se ha dado el caso, pero mientras tanto continuaré mirando.

Mención especial a un caso curioso que me encontré en el transcurso de mi investigación y que me lleva a pensar que los contactos femeninos de muchas páginas o al menos una gran cantidad de ellos son más falsos que un duro de madera. Se trata, ni más ni menos, que del Misterioso caso de las chicas que bebían la misma cantidad de vino, en la misma postura y en el mismo lugar, compartiendo además edad, gustos y criterios de búsqueda similares, con un denominador común: nunca se les ve la cara... Iker Jimenez con esto monta dos especiales y una tv movie.

Y aún quedarían muchas categorías más, pues como te dicen los colegas cuando tu novia te deja por otro al que conoció mientras aún estaba contigo y quedaban a tus espaldas para... pues eso: el mar está lleno de peces y pocos tienen un fotógrafo profesional que las saque monas.



P.D.: Me gustan los gatos.
P.D. 2: Las mujeres de más de 30 me gustan aún más.
P.D. 3: Este post fue inspirado por Gordi, musa de la Tetasfera.
P.D. 4: Si alguien tiene pensado venir a buscarme para darme una paliza, que sepa que estaré fuera toda la semana y no me encontraréis: ¡¡pringaos!! Si queréis venir a darme un beso o un recital de música de viento, pues estaré en Santander, por DM pasaré la dirección.
P.D. 5: Para que no se diga, la foto que tengo puesta en el blog podría encuadrarse en casi todas las categorías mencionadas.
P.D. 6: A ver, que si viniste aquí muy interesado sobre lo que tengo que decir sobre "el alzamiento" pues me invitas a cenar y yo te cuento lo que quieras.
P.D. 7: El rotulador ya no huele a nada.
P.D. 8: Voy a mirar a ver en cuánto está el récord de postdatas en un post.
P.D. 9: No he podido encontrar el dato, pero me parece bonito batir un récord así que vamos a por ello. Como no conozco otros casos, pues hasta donde llegue y si alguna vez en vuestras andanzas por la red encontráis un post con más postdatas, venís y me lo decís, que nunca me decís nada.
P.D. 10: Los defensores de las tildes no sé qué les veis. He estado releyendo el texto y parecía que iban a salirse de la pantalla y clavarse en mis pupilas.
P.D. 11: Este post debería haberse publicado hace diez días, así que ya volví de por allí. No vayáis gritando por el Sardinero mi nombre a ver si respondo porque ya estoy de vuelta en... aquí.
P.D. 12: Oye, a 12 que hemos llegado. Yo creo que está bien. Si alguien lo supera, pues ya haremos otra cosa.
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La moda de las frikicajas

Llevo un tiempo observando una tendencia que está teniendo cierta repercusión en los USA, se trata de las "Cajas sorpresa", algo parecido a aquellos sobres de Montaplex de nuestra juventud (o al menos de la juventud de algunos de nosotros, que a estas alturas de mi vida ya hay más gente más joven que yo, que mayor), en los que por 25 pesetas te podías hacer con unos cuantos soldados del Tercer Reich, un grupo de vaqueros genocidas o un puñado de cactus, menos dados al juego pero más políticamente correctos, qué duda cabe. 

Hoy día esto de los sobres no tendría mucho éxito porque los pocos niños que se interesaran por tener unos muñecos de plástico, los fundirían en su cucharilla de hacer crack y esnifarían el vapor resultante. De tal forma ha degenerado la juventud, pero los comerciantes, siempre tan avispados, comprendieron que los que fueron niños en los 80 se quedaron medio gilipollas y no consiguieron madurar, permaneciendo anclados para siempre en aquella década porque las que la siguieron han sido, por decirlo claramente: una mierda y siendo condenados a rememorar una y otra vez aquellos años, hasta que el destino les alcance en forma de hipoteca o futuro esnifador de plástico. Esta generación sirvió de mantillo para que en las posteriores floreciera un culto desmedido por el ocio, que mueve a los jóvenes de hoy día a subir videos a Internet sobre sus hobbies, en los instantes en que logran superar el mono producido por las drogas.

En algún momento a principios del siglo XXI, un ingenioso americano que asistía a una ComicCon cualquiera, dejó de mirarle el culo a una Samus Aran con armadura de papel maché y se le encendió una bombilla: aquellos frikazos tenían dinero, tiempo y poca capacidad crítica, además de dinero para gastar en chorradas. Dios bendiga América, gritó levantándose como un resorte del banco del hall del edificio de congresos antes de salir del recinto tras tocarle el culo a una Tifa que se estaba haciendo una foto con el conserje.

Descubrí Loot Crate en el canal de Youtube de Screen Team, dedicado a los videojuegos y a... bueno, vale, una de las que aparecen en pantalla es esta chica, disfrazada a veces de personajes de la cultura popular y que haría sufrir una apoplejía a una de esas feministas que se niegan a erotizar su opresión. Y aunque no lo hiciera, quiero decir...


Como este pie de foto no lo va a leer nadie, quiero decir que estoy muy triste. Me siento muy solo y nadie me comprende. En fin, tetas.

Loot Crate es la reinvención de los sobres sorpresa: una caja "repleta", o al menos así te lo venden, de merchandising de todo tipo de productos culturales desde películas a videojuegos: camisetas, peluches, muñecos, pegatinas, caramelos, cómics, etc. El funcionamiento del "servicio" es muy sencillo. Entras en su página, te registras, y por una módica cantidad mensual, tienes derecho a recibir cada mes una de estas cajas con contenido misterioso. Como todo, unos meses el contenido será más satisfactorio, otros menos... dependerá de gustos.

En un primer momento pensé que era una chorrada como un piano, pero los geeks, gamers, nerds y todas esas etiquetas con las que los vendedores clasifican a la gente para saber qué producto poder colocarles a un precio sobredimensionado y que además les den las gracias, son grupos bastante numerosos y con la cartera floja, por definición. Así pues no me sorprendió demasiado toparme con algo parecido en otro video de Youtube de una chica menos rotunda pero igual de llamativa que la anterior. Booty Bin se llamaba el servicios de cajas y venía a ser lo mismo.

Investigando un poco para la redacción de este post, y evitando la tentación de abrir mil pestañas con fotos de la chica de antes, descubrí que este tipo de producto había proliferado como setas, siendo los youtubers la punta de lanza de su promoción, pues su público está altamente segmentado y suele ser masivo, con centenares de miles de visitas, y por tanto potenciales subscriptores, a sus videos. Visitas que normalmente se corresponden con cuanto de grandes tienen las tetas o cómo de liberada es la youtuber a la hora de hablar de sexo.

El mercado se saturó muy rápido, por lo que ha tenido que segmentarse aún más, apareciendo "cajas" destinadas exclusivamente a videojugadores, amantes del horror, nerds niños, nerds niñas y hasta perros.

Desde luego las posibilidades de colocar alguna de estas cajas son casi infinitas, lo que me lleva a preguntarme por qué esta propuesta de negocio no ha sido explotada en España o, si me apuras, en Europa. No tengo la respuesta, ni me interesa mucho encontrarla porque todo esto ha sido una excusa para poner fotos de tetonas. Lo que no quita que si hay algún Business Angel por aquí que quiera arriesgar su dinero en importar esta tendencia, que me escriba al correo que encontrará por el blog y ya lo hablamos.


Y esta va de regalo. ¿Por qué? Buena pregunta.
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El enigma de San Valentín

Cuando me incorporé al paseo marítimo no podía dar crédito a lo que veían mis ojos: una señora combinaba falda y escote coronando el atrevido conjunto, además, con unas plataformas de color azul eléctrico. Pero había algo que captó aún más mi asombro que aquel atentado contra la moda que zigzagueaba entre las palmeras ebria de poder tras haber acabado con la tiranía estilística que había coartado su dilatada existencia, embutiéndola en remilgados vestidos de tul y faldas de tubo que dejaban poca capacidad de maniobra: la amplía avenida peatonal estaba tomada por decenas, centenas, si no miles, de parejas de, presuntamente, enamorados cogidos de la mano unos, los recién llegados al motel pasión, y separados por una distancia prudencial otros, aquellos que ya conocen por su nombre de pila al recepcionista y pasan las noches intentando esculpir una melodía romántica del zumbido metálico de la máquina de hielo del pasillo.

Años viviendo en este pueblo y paseando por aquel paseo y jamás había visto semejante despliegue de amor, postureo de pareja que dirían en Twitter si es que alguien sigue conectándose aún a ese sitio, motivado imagino por la celebración de San Valentín, un tío que va en pañales y jodiendo a la gente como si de un primer ministro italiano cualquiera se tratara. También se estrenaba aquello de las 50 sombras, pero el cine estaba en la otra dirección, precisamente hacia donde yo me dirigía.

Entonces me dije: parejas que solo pasean en San Valentín. ¿Por qué? Quise preguntarle a una con la que me crucé cerca de la peseta masona, pero la sonrisa inocente de él me dio la respuesta al instante sin necesidad de intercambiar palabra: para follar. De hecho, es la respuesta para cualquier pregunta que se le haga a un hombre, pero sobre eso ya se ha escrito.

La mirada de ella, por contra, descartaba cualquier posibilidad de éxito en dicha empresa. Miraba absorta al horizonte. La mirada Enrique de Vicente, la llamo yo. Cuando una mujer mira así no ve nada de lo que hay frente a sus ojos, sino más allá de las olas, de los nubarrones, del tiempo y del espacio: directo a su interior. Quizá le había propuesto salir para despejar sus ideas y atreverse a decirle que hace un par de meses que conoció a otra persona, que al principio se había tratado de un simple contacto, amigo de una amiga, que luego se eliminó a esa amiga de la ecuación y de contacto pasó a amigo y de amigo a amante y de amante a amado; y que a medida que esa transformación sucedía ante sus ojos, él, que no se había dado cuenta de nada, había sufrido una metamorfosis inversa y de todo pasó en un instante a contacto y como el pesado de Twitter que te pide que le enseñes las tetas, tarde o temprano termina por borrarse y si se pone muy pesado se le bloquea y qué peor momento que en una fría tarde San Valentín en la que todo el mundo se quiere, que mejor momento para quererse un poco a uno mismo, y al otro, y dejar que este salga del capullo y vuele o se arrastre en busca de alguien que le haga feliz, pues ella ya no puede...

¡Mari Loli, yo te quería!. ¿Por qué me dejaste por ese funcionario gris?...

Sigamos.

Más adelante me crucé con otra pareja, él parecía contento de descubrir las bondades de dar más de cuatro pasos seguidos. Sus ojos seguían la trayectoria de sus pies: pie derecho, pie izquierdo, pie derecho, pie derecho, y daba un salto, se reía tímidamente y vuelta a empezar. Su mujer hablaba por teléfono, con los del manicomio local o con una amiga o con su amante jardinero, no creo que se hubiera dado cuenta pie izquierdo, pie izquierdo, pie izquierdo... Sí, posiblemente estuviera hablando con los loqueros.

Otro señor poco dado a pasear yacía tumbado junto a un banco luchando por su vida y por salvar su  montañosa panza de los espasmos que la tenían sumida en una frenética montaña rusa, subiendo y bajando mientras su mujer trataba de abanicarle con un ejemplar antiguo del ABC. Que, ahora que lo pienso, igual quería matarlo. En cualquier caso me pregunto cómo tenía pensado ese señor para tener relaciones aquella noche. Quizás es de los que se tumba y deja que todo lo haga ella. Que no lo critico porque yo soy el primero que lo hago. Coño, es que es una posición muy cómoda y cuando la relación se está yendo a pique, ¿para qué te vas a esforzar más? Dicen, eso sí, que es una de las posturas más peligrosas por la posibilidad de que el miembro viril se tronche en un arrebato efusivo o un golpe de cadera con demasiado recorrido, aunque por el brío, escaso, con el que blandía el periódico, dudo que la pobre mujer pudiera quebrar siquiera una frágil rama.

Ya tocaba abandonar el paseo y seguía sin respuesta.  Quizás para follar no, porque los ejemplares con los que me había cruzado de seguro no lo harían, pero puede que por el deseo o más bien la esperanza de hacerlo. Esperanza que comparten todos, casados y solteros, como si de un partido de fútbol de barrio se tratara. Porque aquí, amigos, no folla nadie.
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Cosas que hacer con un libro

Hoy en uno de mis habituales paseos he sido testigo de un acto atroz que ha insultado mi inteligencia y mi sensibilidad. Un señor de aspecto anodino se acercaba a los cubos de basura alineados junto a la calzada, miraba de un lado a otro para cerciorarse de que nadie era testigo de la infamia y con un gesto de desdén lanzaba una bolsa negra contra el costado del contenedor de residuos orgánicos (porque aunque seamos vagos, aquí se recicla o al menos se da esa sensación a los más civilizados nórdicos que conviven con los aborígenes)

Todo hubiera quedado ahí, con un misterio inquietante sobre el contenido de la bolsa: sábanas manchadas de pasión inmoral, recuerdos de una pareja insincera o incluso un cadáver en formato puzle, de no ser por un proverbial perro que surgido de la nada, de las faldas de Atenea, se abalanzó sobre ella desgarrándola con sus afilados colmillos y dejando al descubierto toda una colección de libros, en inglés, eso sí, en excelente estado de conservación.

Y se me cayó el alma a los pies.

Dicen que un mendigo puede oír el sonido del plástico rasgándose a centenares de kilómetros, y si bien puede que no sea la norma, el sintecho que apareció en el lugar, posible dueño del perro ahora que lo pienso, sí que debía poseer dicha facultad. De inmediato se puso a rebuscar entre la pila de best-sellers que arremolinaban a sus pies, entre los que pude ver alguno de Dan Brown, por lo que decidí no jugarme el tipo por rescatar algún ejemplar de su cruel destino.

Dejando de lado que es posible que más de uno opine que los libros de Dan Brown merecen compartir espacio con los restos de una tarta de queso cubierta por lonchas glaseadas de salchichón, me pareció muy triste que vivamos en una sociedad en la que siga habiendo gente que tire libros a la basura. Sean cuales sean.

Es cierto que el advenimiento de los dispositivos digitales, siempre de tinta electrónica, de lo contrario es delito y pecado, está dejando obsoletos los mamotretos literarios de centenares de hojas, que antaño ocuparon un lugar predominante en las estanterías de los hogares que quisieran denominarse "modernos y cultivados" pero que fueron sustituidos por figuras abstractas de los chinos o del Ikea. Sin embargo, la falta de espacio no es excusa para deshacerse de ellos.

Es por eso, y por reengancharme al club de las listas, del que otrora fuí prolífico miembro, que he decidido confeccionar una lista de cosas que hacer con esos libros de los que queremos deshacernos:

. Prestarlos: no te preocupes porque puedan devolvértelos más tarde, eso nunca ha pasado. Dicen que una vez alguien devolvió un libro prestado, pero el que desconozcamos su nombre me lleva a pensar que no es más que una leyenda urbana, como el liberalismo.

. Hacer un fuerte con ellos: ahora que están de moda las chaise longue y cualquiera le dice a su mujer que va a quitar los cojines para montarse un fuerte en el salón dentro del cual jugar a los clics o al strip poker, que hay señores casados muy adelantados, viene de perlas coger un buen puñado de libros y usarlos como material para crear infranqueables muros y un tejado inexpugnable. La torre del homenaje la puedes hacer con libros de Ken Follet y eso no te lo tira ni un turco con veinte bombardas.

. Donarlos a la biblioteca: y con suerte ganarte el aprecio de esa atractiva bibliotecaria que no deja de morder su bolígrafo cuando te acercas a renovar tu carné de socio, te mira por encima de las gafas, se relame, abre su blusa dejando al descubierto sus abultados pechos sobre la que resbala la saliva que chorrea del bolígrafo. Abre sus piernas y con su mirada te guía hacia su interior y... bueno, pues eso, que en la biblioteca siempre agradecen el poder aumentar su colección de forma gratuita. O igual disfrutan gastándose el dinero del contribuyente, que todo puede ser. Menudos son los bibliotecarios. ¡Qué despilfarradores!

. Usarlos como combustible para la chimenea: o como reserva calórica en caso de quedarnos sin gas natural y que se nos eche encima una tormenta invernal. Vale que igual es peor que tirarlos a la basura, pero al menos siendo quemados y dándonos unos minutos de preciado calor con el que evitar a la muerte pueden ser de más utilidad que tirados en un descampado al albur de las inclemencias meteorológicas.

. Servirnos de acompañantes: como ser solitario que soy y amante del café en la mesa junto a la ventana de un bar en el cual pensar en las medias de rejilla de la bibliotecaria, que con un gesto las rasga mientras gruñe y me muestra sus uñas rojo pasión, arroja las gafas bien lejos, deshace su coleta y... Vamos, que nada como un libro para hacernos compañía y hacer ver a los parroquianos que no somos unos tristes sin nadie que nos quiera, sino que estamos acompañados de un miembro del siglo de oro español, de la literatura beat americana o de Mortadelo y Filemón. Eso sí, para ir al cine no sirve. Es más, te mirarán incluso más raro que si fueras solo.

. Para masturbarse: hubo una vez en el canal Mazmorra, al cual hacía mucho que no nombraba por cierto, en el que un señor me dijo que se daba goce con un ejemplar de La Regenta. Me vacilara o no, el papel corta, así que muy agradable no podía ser. Esta opción la verdad es que no es práctica, pero la expongo para que veáis que hay gente muy perturbada por el mundo y que por comparación, yo soy Emilio Aragón (a menos que en un futuro se le descubra un pasado similar al de Bill Cosby, cosa por la que no pondría la mano en el fuego)

. Como peso en un globo: que la arena está muy cara y hay que ir a la playa a por ella. Qué pereza. Mejor echar en la bolsa algún libro de Lázaro Carreter, que son un peñazo.

. Como proyectiles en manifestaciones: el conocimiento libera y de qué mejor forma que lanzándolo contra los opresores de la libertad. Nadie te va a condenar por tirar el 18 de Brumario de Luís Bonaparte. En resumen, es como tirarle un sombrero a un burro: no sabrá qué hacer con él, pero de seguro que le vendría muy bien.

. Para calzar un mueble: casi una tradición en la piel de toro. Parecía que en franca decadencia con el avance de la técnica pero que resurgió con más fuerza que nunca tras el éxito de Ikea. Que yo no sé a vosotros pero todos los muebles que he tenido que montar me salían cojos. Ni una casa sin su Principito salvador (que en su edición de tapa dura es el mejor para calzar mesas de cierta envergadura. He estado a un tris de escribirlo separado, pero mira, debe de ser que estoy madurando.

En fin, así grosso modo estas son las que se me ocurren. Acabo de llegar a casa y bastante tengo con apartar de mi mente el culo de mi vecina, con la que me he cruzado en el rellano. Otras ideas serían usarlos como fichas de un parchís gigante con el que desafiar a tu suegra, como arma arrojadiza contra los comerciales de telefonía, ya que un librazo no duele pero alecciona; en caso de necesidad se puede echar al puchero y con suerte con el caldo resultante te metes un viaje que ni en un after de madrugada, los puedes vender por Ebay con falsos reclamos como: "Este ejemplar de 50 sombras de Grey es el libro que Hitler estaba leyendo antes de suicidarse" o "En la contraportada de este ejemplar de El Capital, Zapatero dibujó un pene". No sé, ahí entra vuestra imaginación y la capacidad para estafar de forma creativa. En cualquier caso, no tiréis los libros, que está muy feo.
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El último día del décimo aniversario

Qué de telarañas he debido de quitar a escobazos. Un par de inquilinas de las mismas han salido huyendo bajo la cama, temerosas de que la ira de la diosa escoba cayera sobre sus cabezas y de seguro tendré que lidiar con ellas esta noche antes de dormir.

Sobre la mesa de mi escritorio se apilan los temas de forma precaria: el yogur de los griegos, el triki triki huérfano, la Royal Albacete Force, Avon llama a su puerta... y tantos y tantos otros que me dan tanta pereza que hacen desvanecer las pocas ganas que me puedan quedar de escribir algo distinto de una apología del reciclaje de la basura en la que se ha convertido este futuro de aparatos y fuegos de artificio.

Post 1001. Desconozco si Blogger cuenta los borradores, los cuales atesoro desde tiempo inmemorial; alguno desde aquél mítico año 2006 en el que... bueno, algo pasaría. Como último acto de celebración de la década de éxito y progreso que ha supuesto Fin del juego para la nación,  os traigo un podcast realizado por mí. Y que... a ver, pensándolo fríamente, da bastante pena escucharlo, y en caliente, pues las sensaciones son las mismas.




Escucharlo hasta el final tiene premio. Los esforzados sufridores que lo consigan ganarán el derecho de invitarme a cenar en un restaurante de su elección. Ya sé que esto lo había promedito antes, pero en el anterior concurso nadie se apuntó y ya estoy un poco cansado de pasar hambre.

PD: Sí, estaba MUY borracho cuando lo hice.

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