Internet is for pr0n

Hace unos días, @gordipe, gurú de la blogosfera, gran amiga y mejor persona, escribía un post sobre el porno como fuente de conflictos internos en el grupo de las féminas, motivados por la comparacion en actitudes, siluetas y depilaciones láser entre las artistas del cine X y las mujeres del mundo real.

Los hombres no se enfrentan a esa disyuntiva comparativa pues su papel en el porno está delimitado a su miembro viril, tiene nombres mil, y cuando no es así, la variedad de actores es apabullante en comparación con los estereotipos de actrices que alimenta la industria, englobadas en un puñado de categorías en consonancia con el color de su pelo: la rubia bimbo de pechos aerostáticos, la morena exhuberante de melena larga y la pelirroja inocente y pálida. Como se comenta en el post de Gordi, todas sin un gramo de grasa, sin celulitis ni inesperados pelos en zonas sensibles. Pero ¿se puede culpar a una película de crear complejos? ¿Debe una mujer dejarse llevar por esos modelos solo porque sea lo que se supone que los hombres buscan? ¿Acaso las señoritas que quemaban sus sujetadores en el campus de Berkeley iban en contra de la irresistible naturaleza femenina de agradar a sus parejas a toda costa? No lo creo, y la evolución del porno así lo demuestra.

Internet no solo revolucionó la industria del entretenimiento para adultos, que tuvo que reinventarse y cambiar sus canales de distribución, dejando aparcados en el rincón de la historia las cintas de vídeo, las revistas y a no mucho tardar el DVD, antes que cualquier otra industria cultural, sino que provocó la llegada de un nuevo contendiente al mercado del sexo para voyeurs: el pueblo, como dirían los marxistas. Un enemigo implacable que ofrece sus productos a bajo o ningún precio, y que apela al más puro instinto social del ser humano: el morbo, pues siempre nos atraerá más ver a una chica que podría ser tu vecina (o que igual lo es) montándoselo con su novio o amante, que a una actriz cuya perfección se nota que ha sido alcanzada a golpe de bisturí o sustancias tóxicas.

Aunque las productoras tenían todavía una ventaja competitiva para mantenerse en el mercado: la tecnología aplicada a la alta definición de imagen y un sonido dolby. Es por ello que para arrancar un pedazo del pastel del morbo, surgió el "falso amateur" con mujeres que se acercan más a lo que podemos encontrarnos por la calle un fin de semana cualquiera y las películas dejaron atrás el concepto de historia hilvanada con actos sexuales y se fragmentaron en escenas fácilmente recopilables en las distintas páginas de videos que se pueden encontrar en la red. En la actualidad queda un único reducto saludable de la forma clásica de hacer cine para adultos: el de las parodias X de películas famosas, como Terminator 2 XXX, True Blood X (aún más) y derivados.

El apabullante éxito de ambos productos, el porno amateur y el fake, echa por tierra el argumento de que el porno es una mala influencia estética, con un ideal físico que se debe alcanzar para llegar a ser una diosa del sexo.

Otro de los puntos negativos históricos asociados al porno es que denigra a la mujer, pues esta se ve obligada a "vender" su cuerpo. Así pues, ¿es lo mismo porno que la prostitución? Recuerdo una historia que leí una vez, sobre una prostituta de Las Vegas que solía llevar una cámara de vídeo encima. Si la policía la pillaba con un cliente de camino a su habitación, esta decía que iban a grabar una película porno. Al fin y al cabo la multa por carecer de licencia para rodar era más barata que por dedicarse a hacer la calle.

Pese a todo, lo que diferencia ambos mundos, a mi juicio, es el concepto de falsedad en la ejecución del acto sexual. Una película porno no tiene éxito por la belleza de sus protagonistas, de lo contrario la gente se masturbaría con un Rembrandt o un Pissarro aunque bueno... en fin, dejémoslo, sino por lo que transmite y una buena actriz porno debe transmitir sensusalidad y placer, aunque ese día tenga dolor de cabeza, haya discutido con su novio o tenga que pagar a Hacienda, debe actuar como si estuviera echando el polvo de su vida y tiene que hacer partícipe de ello a la cámara y a quien esté detrás. Es muy difícil encontrar una buena actriz, pero nada más filmar su primera escena ya se sabe que será una estrella, por encima del resto de chicas que se limitan a dejar que pasen las horas.

Si uno repasa algunas cintas elegidas al azar de la época pre-Internet, encontrará imágenes que dificilmente transmiten nada y aún así tenían éxito, pero este se debía que prácticamente no había otra cosa. Cabe preguntarse en este caso qué fue primero, la necesidad de mostrar primeros planos de genitales interactuando por parte del director, o el deseo de ver estas escenas por parte del resignado espectador que tenía que tragarse todo aquello para llegar a imágenes más excitantes.

Aunque al final, por tratarse de un producto de usar y tirar, se rueda al estilo dogma y, salvo excepciones, no se suelen tener en cuenta los mínimos criterios artísticos exigibles a cualquier obra que aspire a perdurar en el tiempo. Solo así se explican las interminables secuencias de movimientos mecánicos, primerísimos planos del rostro del esforzado actor que nos saltan a la cara por sorpresa ahuyentando la libido o una mala dirección de actores que permite que la chica que está siendo penetrada analmente exprese con su rostro un vacío infinito más allá del bien y del mal que no conseguiría conectar ni con un ficus. Como dice el dicho: una actriz porno no solo debe ser guarra, debe de parecerlo.

Esa es otra razón por la que triunfa el porno amateur, la pasión de los participantes no se tiene que fingir, se presupone, aunque como es natural, hay de todo. Un impedimento por el que lo amateur no ha explotado del todo es por la ausencia de un tercer hombre que permita pasar del típico plano fijo de los cuerpos sobre una cama, mutilados por el encuadre, a una serie de variados planos que aporten frescura al metraje. Los aspectos técnicos como iluminacion y sonido son deficientes por regla general, pero básicamente porque esos vídeos se graban sin pensar mucho mas allá de guardar un recuerdo de la parienta retozando para las solitarias noches tras la ruptura de la relación. Hasta ahora ninguna de las chicas con las que he estado se ha dejado grabar, y las filmaciones que hice sin que se enteraran dejan mucho que desear. A juzgar por el inconmensurable número de vídeos que circulan por la red, obviamente di con las chicas equivocadas.

Comprendo que no es agradable verse luego en los monitores de miles (o millones si se hace bien) de onanistas. Igual interviene el puritanismo religioso en el que hemos sido educados o un pudor más primitivo, no lo se. En cualquier caso, es ese pundonor ante las imagenes de dos cuerpos sudorosos restregándose amorosamente el que lleva a determinados sectores de la sociedad a abogar por su prohibición.

Parecía imposible, pero a finales de julio el gobierno de David Cameron ordenaba bloquear la pornografía de Internet. Distintos medios aplaudieron la decisión. ¿El motivo? Proteger a los niños y combatir la pornografía infantil. La "sorpresa" llegaba apenas un par de días después: el filtro que obligaba a pedir al proveedor que te permitiera acceso a vídeos de lesbianas comiendo marisco, no solo bloqueaba estas sugerentes imágenes sino también temas perniciosos como: material violento, extremismo, terrorismo, anorexia y desórdenes alimenticios, suicidio, alcohol, tabaco y material esotérico (pobre Esperanza Gracia).

No es agradable, ya no solo para los niños sino para los adultos tampoco, toparse sin querer con la imagen de un suicidio o cosas parecidas, que, bueno, tampoco es que sean tan fáciles de encontrar si no las buscas. El incluir temas como el alcohol y el tabaco, elementos dañinos pero aceptados que se prohiben en la red mientras se venden en la tienda de la esquina permite hacernos una idea de las verdaderas intenciones del gobierno, lejanas a la preocupación por el correcto desarrollo de los infantes, que hasta ahora más o menos habían crecido bien, y más cercanas a futuras prohibiciones que les hagan el trabajo de esquilmar a la población más fácil.

Cualquier intento de prohibición comenzará por su vertiente sexual, pues si tragamos con ella, nunca mejor dicho, podrán hacer cualquier cosa. Creo que no es casual que una de las voces más famosas a la hora de denunciar los desmanes del gobierno, en este caso el de Nixon, tomara su sobrenombre de una famosa película porno: Garganta profunda, por cierto, primera película porno feminista pues justificaba las felaciones profundas por el placer que sentía la protagonista y no por la satisfacción de un caprichoso deseo del hombre.

Así pues, cada vez que veáis una película porno, no penséis que estáis ante un espectáculo frívolo y banal, sino ante el canario en la mina que dictaminará cuando es hora de dejar de tocar la zambomba o la guitarra y coger las armas para derrocar a un gobierno déspota.*

* No me responsabilizo de nada de lo anteriormente expuesto, básicamente porque lo escribí borracho.
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4 comentarios:

  1. No soy consumidora de porno (y lo digo en serio, no por aquello de "ay, qué se va a pensar la gente") pero prohibirlo me parece de una censura inconmensurable. Se supone que cada padre controla lo que ven sus niños en Internet (o deberían). No es el Estado el que tiene que, a modo de Gran Hermano, decidir lo que se puede y no se puede ver. No obstante, confieso que me río a rabiar con algunos títulos y argumentos. Son para alucinar. Jajaja. Besotes!!!

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  2. Entiendo lo que dices pero sabes que discrepo con lo del porno amateur. Si viera porno (ejem) no me gustaría ver al vecino de al lado, me gustaría ver algo más currao, con buena iluminación y cuerpos esculturales. Aunque si estoy de acuerdo con que ya no es lo que era, si viera porno (ejem) me gustaría el profesional. Y aquí no entra cualquiera, claro, me refiero al profesional de verdad.

    Lo de los conflictos por comparación es irracional, pero es.

    Gracias, querido.

    (Lo de "gurú de la blogosfera" me ha llegao)

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  3. Ojo, que te pueden tachar de blog pornográfico, maligno y pernicioso. Te lo digo yo!!
    Yo no soy una experta del porno, pero te digo que es imposible prohibirlo. si lo censuran en internet, si retiran cada vídeo y cada película que rueda por ahí (IMPOSIBLE) volverán los relatos eróticos. que no hemos inventado nada. Yo he leído a Sade con fruición no erótica y te garantizo que no hay película ni depravación que él no hubiera multiplicado por mil siglos antes. es parte de nuestro instinto animal y es lo que hay, aunque nuestra parte racional y puritana se escandalice.

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  4. Corría por Internet hace años un archivo con nombres de películas porno que era para partirse. A ver si lo encuentro... Opino también que deberían ser los padres los que controlaran lo que ven sus hijos, pero ya ves, prefiere que el estado se lo solucione todo y ellos vivir tranquilos. Todo por no usar un defender of the earth!

    En lo del porno amateur siempre discreparemos Gordi, aunque comparto en parte tu opinión. Hay videos amateur con una iluminación tan penosa que no sabes exactamente qué estás viendo. A mi me recuerdan a la época del plus codificado... En cuanto a los cuerpos, por lo que he visto últimamente, desconozco si a causa de algún filtro en la web o algo, las mujeres que aparecen son de una belleza natural que no desmerece a la de las actrices profesionales. ¿Has visto las fotos esas de las actrices con y sin maquillaje? Hay muchas amateurs que les dan sopas con ondas.
    Fíjate si serás gurú, que la blogosfera no sería sin ti.

    Bueno Naar, si no me han tachado de blog pornográfico con mis posts sobre BDSM ya no lo harán. Bueno, de hecho hace años me denunciaron ante Blogger, me cerraron el blog unos días y cuando todo se aclaró y vieron que hablaba de guarradas pero todo legal, me volvieron a dejar expresarme. Otro episodio de la mano negra que me persigue!!
    La verdad es que tratar de eliminar un contenido es casi imposible, aunque sea por P2P se podría compartir videos y demás, pero es relativamente fácil poner un filtro en los servidores de Internet a los que contratas el servicio y que estos no te permitan ver porno, filtro similar al que tienen en sus trabajos aquellos que dicen que no pueden ver tu blog por pornográfico. Con respecto a Sade, ya te digo. Yo creo que jamás me encontraré con algo tan depravado, aberrante y escandaloso como Las 120 jornadas de Sodoma.
    Besos para todas!!!

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