El Pequeño País

Cuando era niño era pobre. No es que ahora mi economía sea  boyante pero cuando eres un tierno infante parece como más dramático  y ya si te hacen vender cerillas en las heladas calles de Viena o cantar en un musical junto a Shirley Temple, las lágrimas afloran en los ojos de la concurrencia y la gente escribe cuentos sobre ti o te nominan a los Globos de Oro, aunque no te lo dan porque siempre está por ahí Tom Hanks para quitártelo.

Yo no vendía cerillas, aclaro, y entre mis aficiones no se contaba la música, pero si los cómics. Para saciar el hambre de tebeos que me atenazaba, sin tener una perra gorda en mi hucha ni poder pedir un préstamo como hacen los niños de ahora, tenía que comprarlos al peso en un mercadillo que solían montar los domingos en un supermercado llamado "Hiper Europa", en un momento en que España se encontraba fuera del mercado común y apartada con un palo para que no se acercara, lo que demuestra la firme vocación europeísta de la localidad de Las Lagunas (¿ Pensabais que iba a decir Los Boliches? Pues no, en mi pueblo no hubo supermercado hasta 1998 cuando el zapatero bajó una mañana a por tabaco y se dio de bruces con un Supersol en los bajos de su edificio. Hay quien dice que siempre estuvo ahí. La verdad, nunca la sabremos)

Los tebeos que se vendían en el improvisado poblado chabolista que constituía el rastrillo, apenas se salían de los cánones de Bruguera: Mortadelo, Filemón y otros chicos del montón, generalmente Zipi y Zape o Pepe Gotera y Otilio; sin conocer otras formas de entender esta expresión artística más allá de los cómics sobre un karateka con ictericia que leía mi primo.

Hasta que descubrí "El Pequeño País" que acompañaba todos los domingos al diario "El País" obviamente. Me atrevo a decir que este cuadernillo de siempre escaso número de páginas, es el mejor suplemento infantil-juvenil que ha existido y existirá en la historia de la prensa nacional. En sus páginas podías encontrar reseñas sobre videojuegos de Spectrum, gags de apenas una viñeta y sobre todo historietas de distintos autores, muchos de ellos de aquí. Así a bote pronto lo primero que se me viene a la cabeza es "Leo Verdura" que recuerdo que era más flojo que un muelle de lana y que influyó tanto en mi carácter que, bueno, explicarlo sería muy largo. También estaba el Mot de Azpiri, Goomer de Nacho y Ricardo o Kareto de Perera. No es que se pudiera disfrutar de los grandes genios del cómic pero se agradecía algo de aire fresco tras la sobredosis de Ibañez que llevaba encima y lo más importante, motivaba para seguir descubriendo el mundillo.

Yo me enganché a la segunda etapa, con el "coleccionable" de Héroes del cómic en portada, cuyos dibujos cuando menos dejaban que desear (al que dibujó al Capitán Trueno lo metía en un cubo de brea y no lo sacaba). Poco a poco se fue transformando, cuando los niños dejaron los tebeos por el Supertetas (cuando podrían haberlo simultaneado como hice yo) o se pasaron al cómic americano, mucho más maduro, con sus luchas internas sobre si comer cocido o fabada antes de ir a rescatar a Ángel de garras de los morlocks.

Finalmente desapareció, en el 2009 creo, cuando ya no era ni una sombra de lo que llegó a ser. Ni los padres compraban periódicos, así que los niños que nacieron enganchados a una consola, menos. Intentó resurgir luego pero el invento duró poco. Incluso en Internet surgió un movimiento parecido con un enfoque tan gafapasta y aleccionador que únicamente podía fracasar estrepitosamente. Una pena para los niños y para los amantes de los tebeos.


No me digáis que no haríais lo mismo
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4 comentarios:

  1. Recuerdo el pequeño País, me encantaba.

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  2. Pese a parecer un pelota irredento de este bendito blog no puedo estar más deacuerdo con el contenido del presente post: yo tambien crecí al amparo del entretenido a la par que liviano pequeño pais, y tambien comparto con maese Moriarty la inquina hacia el ilsutrador de las más -tristemente- famosas portadas del citado suplemento infantil.
    Ya de crio sospechaba que las dibujaba el hijo de tres años del redactor jefe del periodico, o a lo sumo algún tipo de pariente con alguna discapacidad. Que equivocado estaba...Emilio Urberuaga es el perpretador de estos manchurrones, y huelga decir que ya por entonces era un fulano con pelos en los guevos y sin ninguna tara reconocida -salvo la de considerar que al publico infantil le gustan los dibujos realizados por un macaco ebrio-. El fulano en cuestión es admirado y reverenciado por el gremio pintamonil, y es de esos que imparten seminarios y clases magistrales iluminando la intelectualidad con su "arte" (y vuelvo a incidir que no es primatólogo...)
    Afortunadamente muchas otras de las portadas del pequño pais las dibujaba Max y casi te hacia olvidar al pintor de "Manolito Gafotas".

    Un abracete!
    (casi me engorilo, ruego me disculpes amigo)

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  3. Otro fan más entonces Sergio :) El hecho de que un suplemento así no tuviera éxito hoy día dice mucho de la deriva que está tomando la sociedad.

    Jajaja Fran puedes engorilarte y lo que quieras. Como diría El Cordobés: Esta es tu casa :)
    Gracias por el dato del perpetrador de las portadas. Seguro que para defenderlas se escuda en que ese era su estilo pero bueno... los referentes de la élite juvenil son así.
    Abrazos para todos!!

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  4. Oh por favor... lo tenía totalmente borrado de mi memoria... con lo que me gustaba y las ganas con la que lo esperaba, increíble.

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