Las campanas suenan a medianoche

Cuando se estrenó en 2005, Cinderella Man no fue bien recibida por el público, convirtiéndose en un pequeño fracaso en taquilla. La crítica sin embargo, fue benévola con ella, aunque algunos dijeron que era demasiado predecible. Algo de razón no les faltaba, pues el film está basado en la vida del campeón de los pesos pesados James J. Braddock, por lo que todo aquel que conozca su historia, no encontrará nada nuevo en esta cinta del director fetiche de Los Simpsons: Ron Howard.

Por mi parte, no tenía ni idea de la existencia de este boxeador neoyorquino, que vio como en 1929 no sólo se derrumbaba la economía mundial sino también su carrera como púgil, tras una serie de malos resultados que no pudieron llegar en el peor momento. En la película vemos como tuvo que luchar contra la adversidad para sacar adelante a su familia trabajando en todo tipo de ocupaciones, para finalmente obtener la redención en forma de combate por el título de los pesos pesados, que ganaría no sin esfuerzo, volviendo a lo más alto del Olimpo pugilístico de donde descendió al perder el cinturón contra un jovencísimo Joe Louis.

Los protagonistas de la historia son dos: el boxeo y la Gran Depresión. Los combates son más intensos que en cualquier otra película que haya visto. Con una buena pantalla y un sistema de sonido moderno, debe sentirse como si te dieran los golpes a ti. Lo malo es que son escasos y algo cortos. Russel Crowe es creible como boxeador y personalmente le encuentro mejor en esta cinta que en "Gladiator", pero bueno, después de que las luminarias de Hollywood dejaran fuera de los Oscars a "Gran Torino" ¿alguien da alguna credibilidad a esos premios?

El principal mensaje de la película es el "American way of life": la creencia de que con esfuerzo y trabajo duro a todo el mundo le llega su oportunidad para triunfar. Tal vez por eso sólo muestra con pinceladas la paupérrima situación de la sociedad en aquellos tiempos, quedando la trama un pelín coja, en una película con demasiado metraje (aunque no se hace larga en absoluto)

Con todo, es en la relación de Braddock con su esposa, donde yo encuentro el verdadero mensaje: No importa la gloria, no importa el dinero, estar sin un céntimo, pues quien tiene alguien con quien compartir las penas, a quien mirar a los ojos y decirle "Te quiero", ese, es inmensamente rico.

La vida sin nadie a tu lado es muy triste.
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