El mundo es de color pastel

Aunque muchos no lo crean, soy un ave nocturna, pero no de salir a destrozar dos de mis cinco sentidos en oscuros agujeros, ni a inhalar humo y conversaciones entrecortadas entre música atronadora. Me gusta disfrutar del relajo de la noche, de su silencio, de las estrellas lejanas de frío brillo y la luna evocadora de románticos momentos... Por ello, decidí cambiar la calavera de El Castigador de mi fondo de pantalla, por un bonito paisaje nocturno que me relajara mientras trabajo con el ordenador, en lugar de recordarme que hay toda una multitud de culpables que merecen recibir castigo por sus crímenes.

Es curioso cómo los rusos han copado el nicho de la webs dedicadas a wallpapers. A veces me pregunto si no tendrá algo que ver con la esteganografía y las mafias eslavas, pero nunca me he puesto a investigarlo y francamente, es algo que no me quita el sueño.

En una de estas páginas me encontré con un "cuadro" que enseguida captó mi atención e hizo que me olvidara de seguir buscando cualquier otra cosa. La obra, Lake side hide away, venía firmada por un tal Thomas Kinkade. De inmediato investigué en la wikipedia en busca de su trabajo.

El pintor de la luz. Así se define de forma humilde Thomas Kinkaid, un pintor americano de inmensa fama en su país, pues se estima que de las paredes de 1 de cada 20 hogares estadounidenses pende un cuadro suyo. Sus trabajos no tienen nombres oníricos como "El sueño de la razón" o "Todos los hombres del presidente"; son descriptivos, pues bien podría decirse que Kinkaid es a la pintura lo que Ken Follet a la literatura: alguien que da a la gente lo que quiere y que ha ganado una fortuna con ello; un obrero del arte.

Supongo que su obra me atrae tanto por su visión idílica de la vida, representada por los tonos pastel de sus cuadros y por su temática general: casas acogedoras en medio de la naturaleza, alejadas de todo y de todos, un lugar perfecto para colocar una butaca en el centro de una biblioteca y dejar pasar los días hasta el momento final. El deseo de todo aquel que mira este mundo gris y sabe que no tiene cabida en él.
La pintura, como todas las artes, puede tener muchas funciones: entretener, formar, crear debate, exaltar o simplemente relajar la mente y hacernos sentir parte de un sueño. Y eso es lo que veo en estos cuadros.


En el norte de Canadá hay un lugar así. He estado allí.
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4 comentarios:

  1. Buah, me encanta el segundo... ¡qué sitio más chulo para vivir! Ya me veo yo ahí con un vestido de flores, con dos perros y todo el día en el jardín plantando mis árboles de biofrutas... :_) xD

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  2. Si que es bonito. Me pregunto si habrá algún sitio así en el mundo real...

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  3. O simplemente disfrutarlo, sin más transcendentalizaciones... Besote.

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  4. Desde luego, hay que disfrutar de lo que se tiene, aunque nunca viene mal soñar un poco :)
    Un abrazo!!!

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