La jugoteca de Mr Roboto (III)


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Si ves el flash, será demasiado tarde

El ser humano tiene una fascinación ignata por la destrucción irracional y el caos. De pequeños dedica su tiempo a construir elaborados (para la edad) castillos de arena, por el simple placer de verlos destruidos en un segundo por una patada liberadora o tragado por las aguas que bañan la orilla cuando sube la marea.

Ya mayores, se reunen para prender fuego a autobuses y papeleras, en una orgia de fuego y destrucción que les retrotrae a los tiempos en que los instintos primitivos no estaban sublimados por el envio de mensajes sms guarros con abundantes faltas de ortografia.

Quizá a eso se deba el éxito de Jericho, la nueva serie de Telecinco, que recomiendo a todo el mundo que descargue, así de paso aprende inglés y no le sangran los oidos por el flagrante doblaje al español que han realizado. No soy un talibán de los doblajes, para mí el de Perdidos era decente y no desmerecia el original, salvo excepciones. Pero para Jericho, no podrian haber escogido peor las voces, además que parece que el traductor se haya sacado la carrera escuchando hablar a Robert DeNiro. Y luego están los insufribles cortes para la publicidad....

En cualquier caso, es lo de menos. La serie cuenta la historia de un pequeño pueblo, que debe afrontar el caos posterior a un ataque nuclear contra territorio americano, tras el cual deberán procurarse todo lo necesario para sobrevivir, en un mundo en el que las leyes se han esfumado y lo único que importa es la supervivencia del más fuerte. A veces se pierde en absurdos problemas personales que no importan a nadie, pero en pocas ocasiones; no cae en sentimentalismos baratos.

Jericho fue cancelada por la CBS, pero la presión de los fans, hizo que la cadena de televisión accediera a filmar ocho episodios más, donde se dará un desenlace adecuado a la historia (porque el final que "querian" darle es más frustrante que el de la última temporada de Perdidos)

En resumen, "survivalism" en el medio oeste, con toques de intriga, para los amantes de la guerra nuclear y los detractores de Dick Cheney.

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Dani, campeón del mundo

Cierta mañana de primavera, andaba yo remoloneando por las proximidades de una farmacia, en cuyo lateral habiase instalado una máquina expendedora de preservativos. Esperaba el momento en que ningún transeúnte pasara por las proximidades, para comprar uno por motivos puramente académicos (y porque el que llevaba en la cartera había caducado días antes)

Como quiera que era sábado y la farmacia se encontraba a medio camino entre la estación de tren y el mercadillo que suelen frecuentar guiris de toda la costa, estuve quince minutos esperando a que la calle quedara vacía: ora mirando el reloj, ora haciendo como que hablaba por el móvil. Hasta que de un parque cercano, me llegó el ruido de una pequeña trifulca.

Amigo de los follones como soy, me acerqué a ver si podía desfogar algo de adrenalina con un furtivo golpe a alguno de los contendientes. Cosa que no podría hacer, pues los que estaban discutiendo acaloradamante, eran un grupo de jubilados extranjeros. De todos modos me acerqué, puesto que soy tan cotilla como follonero.

La mayor parte de los gritos, provenían de un finlandés de pelo cano y ojos azules que se quejaba a un español sobre la injusta descalificación que había sufrido su equipo, puesto que uno de sus jugadores había perdido la noche anterior todo su capital en el bingo y en esos momentos hallaba la forma de regresar a su Suomi natal a por más dinero. El español, no atendió a razones y a punto estuvieron de pegarse, de no ser porque los ancianos que les rodeaban pudieron sujetarlos, y quitarle el bastón al finlandés cuando este iba al encuentro de la hispana cabeza de su contrincante.

Tras calmarse los ánimos, el grupo de finlandeses se reunió en torno a su portavoz, y entonces me vieron. Primero fue de reojo, un orondo finlandés que siguió con la mirada la trayectoria descendente del donut que se le cayó de las manos y que fue a parar a mis pies. Al verme se le iluminó la cara y yo estuve por salir corriendo pues confundí su expresión. Pero no era una noche de pasión lo que quería de mí, sino que jugara con ellos al deporte de los reyes: la Petanca.

Como me explicó Tommi (el que discutía momentos antes) se habían quedado en cuadro para el partido de ese día. Y no era un partido cualquiera, sino la semifinal del campeonato del mundo, que por esas cosas de la vida, tenia lugar en ese parque semicochambroso, en el que al menos daba la sombra todo el día.

Mi única experiencia con el deporte centenario por excelencia, era aquella vez en que un finlandés por poco me priva de mi ojo izquierdo de un bolazo. No me agradaba la idea de volver a pasar por algo parecido y así se lo hice saber. Entonces, cuando me disponía a marcharme, surgió de entre los decrépitos finlandeses, Livi, una septuagenaria encantadora, que me enseñó una foto realizada en su juventud, en la deshinibida Copenhague de los 60. Con la esperanza de que tuviera una nieta, me adherí al equipo con alegría. El partido pudo dar comienzo entonces.

Desde el lado español, los hijos de los jugadores me lanzaban gritos ofensivos.

- ¡¡Chaquetero!! , ¡¡traidor!! - vociferaban con rabia como si aquello fuera la final de la Champions League en lugar de un torneo amateur entre viejetes. Hay gente que se emociona con cualquier cosa.
Les enseñé entonces la foto que Livi tan amablemente me había dado y no dudaron un segundo en apuntarse de reservas a nuestro equipo, en el cual estábamos encuadrados: Tommi el Capitán, Likkonen el Grueso, Livi la Mata Hari de las nieves, y yo que me autoasigne el sobrenombre de "Bolas de oro" (ya puestos...). Cada uno llevaba bordado en la parte trasera de una elegante chaqueta su sobrenombre. A mi me tocó la del ausente Hans el del Aliento Gélido.

En el lado local podía encontrarse a Paco, Manolo, Antonio y "Ahí viene el padre del Navas", que durante todo el partido se negó a darnos su verdadero nombre. El arbitro dio comienzo al juego y todos nos colocamos junto a la pista, en espera de que Tommi lanzara el boliche.

Campo de sueños

Contuvimos el aliento hasta que la pequeña bola roja cayó sobre la arena a plomo. Acto seguido, con un lanzamiento bombeado, logró colocar su bola a escasos centímetros de ella. Era el turno de Manolo, ex-camionero de aspecto hosco, tez morena y brazos como pilares, que con una técnica depurada, totalmente contraria a la fuerza bruta que destilaba su aspecto, consiguió sacar del campo de juego la bola de Tommi. Según se jactó, debía toda su destreza a las innumerables horas pasadas en la barra del bar levantando jarras de cerveza, lo que confirmaron sus compañeros asintiendo solemnemente.
Los respectivos lanzamientos de Livi y Paco, dejaron dos bolas hispanas por una finlandesa cerca de la bola roja. Entonces llegó mi turno.

La aproximación más cercana a la petanca que había experimentado, fue aquella vez que jugando a los bolos con la Wii, había golpeado con el mando las bolas de... bueno no viene a cuento ahora mismo. En cualquier caso no podía fallar, pues cualquiera sabia qué serian capaces de hacer aquellos abuelos con sus bastones.

Aún pesando poco, apenas podía sostener la plateada esfera en mi mano. Me coloqué en el punto de lanzamiento tras recibir instrucciones de Tommi. Mi misión era acercarme lo más posible al boliche, que disminuía de tamaño y parecía alejarse de mi cuanto más lo miraba. Se me debía notar muy nervioso, pues acudió a animarme Livi.

- No te preocupes si fallas - gritó - ¡esta noche haré que lo olvides!

Sus palabras me motivaron lo suficiente como para lanzar con decisión, sin que me fallara el pulso. Mientras la bola rasgaba el aire hacia su objetivo escuché las palabras de la finlandesa:

- Si aciertas, lo celebraremos en mi casa. ¡Y me quitaré los dientes!!. Ya sabes a lo que me refiero.
Y picaramente me guiñó un ojo.

Algo en mi interior se descompuso cuando la bola quedó a un centímetro escaso de la bola roja. Sólo podía rezar para que todo hubiera sido una broma.

El equipo me rodeó entre aplausos. Había sido mi primera vez y había aprobado con nota, como bien apuntó Livi, que no tardo en ofrecerse a darme clases particulares, de noche y con solo dos bolas. No quise preguntar.

Llegó el turno del padre del Navas y de Likkonen, que además de a la petanca, parecían competir por la barriga más prominente. La de uno, ganada a pulso tras innumerables horas al volante de su camión a base de panchitos; la del otro, producto de la gula y del sandwich finlandés: una gruesa loncha de tocino de cerdo entre dos rebanadas de mantequilla.

El padre del Navas se pasó con el tiro y derribó a una paloma que buscaba algo que comer. Likkonen no erró y pronto nos encontramos con ventaja, pero quedaba un último jugador.

Hasta entonces el escaso público se había hecho notar con cánticos, insultos y cánticos insultantes, pero el silencio se apoderó de ellos, cuando Antonio se dirigió al campo, con su espigada figura, piel cetrina, nula cabellera y gesto adusto.

Entonces, a una señal de Tommi, Livi corrió hasta ponerse delante de él. Desplegó su pose más seductora y empezó a abrirse la blusa lentamente (por la artritis supongo)

- Ánimo padre Antonio - gritó alguno de los espectadores - ¡no se deje tentar por la carne!

- Maldición - masculló Tommi entre dientes - la estrategia me ha salido mal, ¡¡es cura!!
Entonces me vio a mí y su expresión cambió.

- Oye Dani, ponte tú, igual...

Me negué escandalizado, pero no importó, puesto que Antonio acababa de tirar, empatando con los finlandeses, como nos confirmó Likkonen, que tenia la capacidad de medirlo todo con solo echarle un vistazo.

Nos reunimos en corrillo para que Tommi explicara la nueva estrategia a seguir para la segunda ronda. Él y Livi procurarían alejar las bolas de los demás, al principio resultó bien, pero esta se quedó corta en el lanzamiento. Los españoles tenían todas las de ganar, se hacia necesaria una solución desesperada. Tommi se acercó a Livi y cuchicheo algo a su oído. La partida continuó. Conseguí acercar al boliche la bola. Volvíamos a estar parejos.

Le tocaba ahora al padre del Navas. Como una flecha, la finlandesa pasó por detrás suya, le murmuró algo y se dirigió a un baño público cercano, seguido del jugador español. Diez minutos después, aún no había vuelto, así que se le descalificó. Con un jugador menos, el equipo local no pudo seguir. Habíamos ganado la semifinal.

En la final del día siguiente, nos esperaría el vencedor del Inglaterra-Alemania que se jugaría por la tarde, y al cual me invitaron asistir; pero decliné el ofrecimiento, pues temía que la visita terminara en casa de Livi.

Volví al parque la mañana siguiente, todavía sin creer cómo me podía haber metido en aquello. Por lo visto, el equipo alemán se había impuesto al británico, según me contó Likkonen, al que me encontré en la cafetería del parque tomando su desayuno. Lo encontré algo nervioso. No sabían nada de Tommi, desde el mediodía anterior, cuando había ido a casa a cambiarse. No parecía estar allí y tampoco cogía las llamadas.

No tardó mucho en aparecer el equipo germano. Los espectadores, básicamente los componentes de los equipos que habían jugado el torneo, iban llenando las gradas, que se habían colocado sobre el césped para la ocasión. A pocos minutos de iniciarse el partido, llegó Livi con unas ojeras como frisbees.

- Tuve una noche movida, ya sabéis.... - se disculpó.

Del capitán finlandés no había ni rastro. Pasaron los minutos y la impaciencia se iba adueñando de los presentes. Los teutones mientras tanto, presionaban al arbitro para forzar nuestra descalificación; y a punto estuvieron de conseguirlo, de no ser porque en el último momento, como en una película de autosuperación, apareció Tommi, cubierto de vendajes de los pies a la cabeza. Sólo su brazo derecho se veía libre de ellas.

- Suficiente para poder jugar - gruñó al ir a recoger su equipo.

Una moto había pasado por encima de él cuando salia de casa el día anterior. Hasta entonces, había estado en el hospital, del cual se había escapado diciéndole al médico que no tenia seguro.
Me extrañó la voluntad férrea por jugar que mostraba, y se lo comenté a Livi.

- Verás Dani, para Tommi, la petanca es su vida. Su mejor amigo es la bola plateada. Él tiene un sueño, jugar en la residencia de San Francisco de Asís, que posee el mejor equipo de petanca del mundo. ¿Ves ese hombre de allí?

Señalaba a un tipo con sombrero fedora y un periódico enrollado en la mano.

- Es el hojeador de la residencia. Ha venido para fichar al mejor jugador del torneo y Tommi espera ser el elegido. Para ello debemos ganar el título. Por eso te incorporamos al equipo de forma tan irregular y usamos técnicas poco ortodoxas.

La voz atronadora y seca de un alemán, nos devolvió al terreno de juego.

- ¡¡¡Comensemos!!!!

En esta ocasión me tocó en suerte empezar. No lo hice mal pese a que todo el mundo me abucheaba.
La partida estuvo bastante equilibrada durante las siguientes tiradas, pero Tommi quería aplastar al contrincante lo antes posible, así que ordenó a Livi que sedujera a Schultz, un teutón que mantenía el recuerdo de la belleza de su juventud. Se fueron al mismo baño del día anterior, pero a los dos minutos, ya salia el alemán de vuelta a su puesto.

Livi volvió con cara de circunstancias.

- Ya ha terminado.- Fue todo lo que dijo.

Le pregunté a Likkonen si la finlandesa había sido siempre....así.

- Oh si si - me respondió- durante la guerra mundial espió para los nazis, los finlandeses, los rusos y los aliados, todos a la vez. De esa forma justifico ante su marido su infidelidad con un batallón de la Kriegsmarine, un pelotón de un puesto de la linea Manerheim y una escuadra del ejercito rojo, entre otros. La realidad es que estaba más caliente que la lava del Krakatoa. Su marido murió de agotamiento y no tras una pesada mudanza precisamente.

El resto de jugadores lanzaron, sólo quedaba uno: alto, rubio, fuerte, su presencia imponía respeto. La gente aplaudió en cuanto se acercó al recuadro de juego.

- Ese es Rummenigge- me dijo Tommi.

- ¿Cómo el jugador de fútbol?

- Sí, se lo pusieron sus padres por él. Eran grandes admiradores.

- Un momento - reflexioné - si él tendría lo menos treinta años cuando Rummenigge empezó a jugar ¿no?

- Sí, por eso se tomó muy mal que no le consultaran.

Rummenigge soltó la bola, y cuando esta bajó a tierra, le propinó una patada, que la mando a escasos milímetros del boliche. Era todo un fuera de serie. El hojeador mientras, tomaba buena nota de lo que veía, entre tila y tila. A Tommi, le reconcomian los nervios.

Los contendientes se sucedieron, y no habia forma de inclinar la balanza a un lado u otro. Sólo quedaban cuatro lanzamientos para terminar el encuentro: el mio, el de Rummenigge, el de Tommi y el de Hans, un mago retirado que se acercó sonriente al punto de lanzamiento. Ante la incredulidad de los que nos encontrábamos allí, dio unos pases mágicos, lanzó la bola, y esta al caer, se multiplicó, rodeando las esferas clónicas por completo a la bola roja.

Nos quejamos al árbitro. Aquello no era legal, pero él no vio nada al respecto en el reglamento, así que lo dio por bueno.

- No os preocupeis chicos - comentó animado Tommi - No hay nada perdido. Me guardaba esta técnica para una gran ocasión, y ¿qué mejor que esta?

Cogió la bola y gritó:

- ¡¡¡¡Tornado Suomen!!!!

Al lanzarla, un furioso viento sacó del campo todas las bolas que había en él. La victoria debería ser cosa mía. Pero antes debería lanzar Rummenigge, que con el estilo que le caracterizaba, acercó lo indecible su bola a la esfera roja. Tras ello, se dirigió a nuestro capitán.

- Tommi, no conseguirás ganarme con tus trucos de barraca de feria. Lo haré yo, y con el premio, me llevare a mis nietos a Eurodisney.

Como única respuesta, el finlandés se me acercó y me dijo:

- Aplástalo.

Algo me dijo que tentado estuvo de añadir: " o te aplasto yo a ti". Cerré los ojos con la confianza de que un anciano recién salido del hospital poco podría hacerme. Lancé la bola y ... milagrosamente desvió la del alemán, ocupando la mía su lugar. Habíamos ganado.

Tommi estalló en lágrimas, se subió a un banco y saltó de él. Se rompió el brazo que le quedaba de una pieza, pero estaba pletórico y no lo notó: jugaría en el equipo de la residencia, nada más le importaba.

Los alemanes, silenciosos, se marcharon a reunirse con los equipos perdedores, que habían abandonado los asientos del parque para unirse a la ceremonia de entrega de premios.

Embargado de emoción, me alineé con el resto de mi equipo, en un lateral del campo, en espera de las medallas que nos acreditarían como vencedores del torneo.

Un par de minutos despues, empezó a sonar el himno finlandés por el radiocassete del padre del Navas. Puede que no fuera el himno de mi país, pero como buen español, me sentí parte de los ganadores y con razón esta vez. Cuando sonaron los últimos acordes, le dieron la vuelta a la cinta. Esta vez era la potente voz de Freddy Mercury el que nos dedicaba su We are the champions, acompañando la celebración.

Livi bailó con un alemán, un español, un inglés y un senegalés que pasaba por allí camino del trabajo y que perdió sus cd´s en cuanto la finlandesa le cogió de la cintura y lo atrajo hacia ella. Se perdieron entre el gentío camino de unos arbustos...

Me despedí de los jubilados hasta otra ocasión. Con cierta tristeza abandoné el parque, pero antes, miré de nuevo la medalla de oro... era campeón del mundo.


Pd: la European Petanca Players Asociation (EPPA) se desvincula por completo de semejante torneo, en el que no se siguieron las leyes que el Conde Von Pelotón estableció para tan noble deporte.
Pd2: Basado en hechos reales, salvo lo de los preservativos (Estuve media hora)
Pd3: Aquí se juega así a la petanca si
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Sopa de letras X para el alma

Aún recuerdo la época, en que, cuando uno bajaba a la playa, iba acompañado por un socorrido libro de pasatiempos, con el que matar el idem, en espera de que se hiciera la digestión.

Pero esos tiempos pasaron, como pasaron de moda los pasatiempos tradicionales, siendo sustituidos por esa tortura china que es el sudoku. Haciendo un crucigrama siempre habia tiempo para desviar la mirada hacia el generoso bikini de la morena de al lado, que dejaba ver las partes más intimas de su dueña, sin embargo con el sudoku, se permanece concentrado en las cuadriculas vacias, hasta que se resuelve o se da uno por vencido, que generalmente suele coincidir con el lanzamiento del lapíz por los aires.

Por ello yo pensaba que la gente se habria olvidado de la sopa de letras no comestible, hasta que echando un vistazo a las estadisticas, pude comprobar que existe una fuerte demanda de sopas de letras eróticas. Desconozco si puede excitar a alguien encontrar en una maraña de letras, la palabra "vagina" por ejemplo, pero por mi afan de contentar a los demas y mi busqueda incesante de nuevos incautos a los que atrapar en las redes del blog he decidido crear la sopaxxx.
En la primera edición, el aburrido lector que quiera perder el tiempo, deberá encontrar diez palabras relacionadas con el BDSM (por aquello de volver a los origenes) Pueden estar en horizontal y vertical, y en cualquier sentido.

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Las siete maravillas del mundo (revisited)

En un espectacular sacacuartos sin valor oficial alguno, pues la UNESCO se ha desvinculado del tema, fueron elegidas ayer las versiones modernas de las siete maravillas del mundo entre gran boato y pompa. El resultado es de sobra conocido. La Alhambra se ha quedado fuera de las elegidas, y con el coñazo que han estado dando desde las televisiones nacionales, casi que me alegro.

Puede que si todos los chinos saltaran a la vez, no cambiara el eje de rotación de la tierra, pero sí que levantarian mucho polvo. Por ello, y teniendo en cuenta que el método de elección era a traves de votaciones populares, era inevitable que esa edificación absurda con la que pretendian librarse de las invasiones mongolas (que no lo eran tanto puesto que pudieron superarla) fuera elegida en primer lugar. Si el paquete de Yao Ming juega todos los años el All Star, la muralla no iba a ser menos.

Entre otros monumentos agraciados están el Machu Pichu, Chichen Itza o el Coliseo romano. Que salgan elegidas maravillas del mundo, un conjunto de ruinas, dice mucho en favor del estado de la sociedad mundial.

A mí la verdad es que no me dicen nada ese conjunto de piedras muertas, así que he confeccionado una lista con las que para mí, son las siete maravillas de mi mundo (que por otra parte, es el único que me importa):

7) Los pastelitos de la pantera rosa: jamás un "alimento" ha estimulado tanto mi apetito como este extravagante dulce de dudoso color e increible sabor. Es tal mi pasión por él, que aun teniendo una indigestión cada vez que los como, sigo haciendolo en cuanto tengo oportunidad (unos lo llaman estupidez, yo simplemente: droga rosa)

6) La discografía de Queen: que gran parte de los homófobos reconozcan el talento de Freddy Mercury, dice mucho de la que ha sido la mejor banda de todos los tiempos. La guerra nuclear arrasará el planeta, pero en algún bunker subterraneo, seguiran sonando las canciones del grupo inglés (Under Pressure seguramente). La peluca de Brian May deberia estar expuesta en el museo británico.

5) La Super Nintendo: un 70% de mi ceguera parcial, se lo debo a la que ha sido la mejor consola de la historia, al menos en mi casa. Cuatro veces se me cayó al suelo, y las cuatro veces pude seguir disfrutando como un niño con los coloreados parajes del Super Mario World o zurrandole la badana al engreido de M. Bison. Con dos de los mejores RPG de todos los tiempos: Terranigma y Chrono Trigger, sentí como si clavaran en el pecho un joystick, el día que se me rompió a la quinta caida.

4) Internet: ¿donde guardaría todo mi porno si no existiera? Desviaciones sexuales a parte, para un ser acomplejado, timido y feo como yo, la red significó poder conocer chicas sin que estas llamaran al 091 en cuanto intentaba entablar una conversación. Me ha permitido ahorrar en cine, música, juegos y en general en todo lo que se puede conseguir en la red sin necesidad de pagar; y aumentar mi autoestima pensando que luchaba contra el sistema metiendome con la SGAE en cuanto tenia ocasión. Mi vida sexual no seria la misma sin la red de redes.

3) Sophie Evans: las únicas películas porno que he comprado han sido las suyas, para aportar mi granito de arena al desarrollo de su carrera y que pudiera seguir haciendo peliculas o fotos o pasearse en pelotas por la calle, el caso era verla. Cuando se retiró del mundo del espectaculo sentí como si hubiera perdido todo el dinero de mi inversión, desde entonces jamás he vuelto a comprar una pelicula x. Algunos malintencionados dicen que tiene cara de caballo, a ellos les digo: "os desafio a un duelo con pistolas para limpiar semejante afrenta". Deberia ser patrimonio de la humanidad.

2) Mi barrio: ¿conoceis una población de 2.000 habitantes con ansias independentistas? yo tampoco. Con la concentración más alta de escandinavas de la costa del sol(la mayoria de más de 60 años, pero ¿quien se fija?) , sus tranquilas calles donde comprar pescado ilegal, sus garages infernales, sus caciques locales, sus policias fantasma, obreros piropeadores, socorristas neumáticas, seguidores del Madrid, e incluso un hipercor...., es el lugar idoneo para escribir la gran novela americana.
Hay otros mundos, pero están en mi barrio.

1) Se queda en privado para mí ;)
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Cosas que me hacen gracia (69)

Un grupo de personas desnudas, seguido de la bella estampa de un par de morenas dandose afecto en forma de lascivos besos (castos para las mentes no enfermas ni tan retorcidas como la mia) es lo que vi sorprendido el otro día en el intermedio de una aburrida película.

Puede parecer improcedente e incluso absurdo, la utilización de lesbianas y desnudos en un anuncio de insecticida, los bichos se matan a polvos pero no con los que incita el anuncio; nada más lejos de la realidad, todos los spots deberian mostrar preciosos pechos y muestras de cariño entre mujeres. De esa forma se levantaria el ánimo consumista de los telespectadores, que dejarian de lado la costumbre de hacer zapping, ya que en lugar del mando, agarrarian otra cosa.
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Tv Killer

Youtube fue la rebelión de las masas ansiosas de fama, de sus efímeros minutos de gloria por enseñar el pandero o hacer el ridículo ante una camara. Su gran éxito se debe a la parte absurda que todo ser humano lleva dentro y que lucha por manifestarse en público (aparte del morbo por ver a otra gente hacer cosas que uno nunca se atreveria a hacer, como aparecer en la tele con "merengue" en el pelo)

Si que se puede emplear para otros fines, como trailers, presentación de productos y demás, pero la baja resolución y la presencia de alternativas, no han potenciado su uso. Sin embargo la presencia de videos absurdos en google video era residual.

Las cadenas de televisión podian estar tranquilas. Hasta que llegó Divx y su Stage6, que revolucionará el mundo del video on line, hasta que se vea hundida por las sociedades encargadas de los derechos de autor. En dicha página se pueden encontrar películas, series, videoclips... todo en alta resolución. Lo grabado en alta resolución se entiende (calidad dvd nada de 1080 dpi creo) La web es del estilo del youtube, asi que para encontrar fácilmente los "recursos" interesantes, han surgido como esporas, sitios como yendit, que recopila los videos en español o subtitulados. Por desgracia, no hay nada de porno aún.
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