Polish power

Un solitario cosaco va cabalgando por la desértica tundra en busca de una taberna donde emborracharse y hablar de mujeres con dudoso gusto.
El corcel relincha sin resuello. Los talones del jinete se hunden en su costado, forzándolo a ir más rápido, pues la noche ha caido y la hora feliz se acerca a su fín.
De repente, un tigre que salió a cazar un antílope y tomó el desvió equivocado, aparece ante él, fiero y amenazador, dispuesto a convertirlo en la cena del mes. El caballo se encabrita y a punto está de tirarlo al suelo. Pero en lugar de ello, el cosaco saca veloz un tomahawk indio que le regalo su primo Yerkolai de cuando estuvo de visita en Nueva York, y se dispone a hacer frente a la amenaza.

Esto es lo que debió imaginar Alexander Orlowski, célebre pintor polaco del siglo XVIII, antes de plasmar en el lienzo la obra que podeis ver a la izquierda: "Cosaco luchando con un tigre". Como se puede ver, no pintaba mal pero carecia de imaginación para los titulos.

Orlowski nació en Varsovia, pero al alcanzar la madurez (rondando la treintena), se trasladó a San Petersburgo, donde fijaria su residencia hasta el fin de sus días. Sus trabajos con acuarelas fueron reconocidos por la sociedad de la época, lo que le valió para trabajar en el departamento topográfico del cuartel general del ejército de la santa Rusia, cosa que aprovechó para recorrerse el pais y pintar esas escenas de batallas que tanto molan contemplar. Además era masón, lo que explica que nadie comentara nada de su obra, por temor a ser trasladado a la más lóbrega prisión de los francmasones: hacienda.
Y es que, ese cuadro es muy raro.

Nada que comentar del escenario donde se desarrolla la acción. Orlowski es un paisajista solvente, por mucho que Rusia se me asemeje a la tierra media. (Tengo una amiga rusa que me dice que es que es así en realidad) Lo que verdaderamente destaca son los "personajes".
No hay que ser crítico de arte para captar que, o bien el cosaco monta un pony o bien el jinete está totalmente desproporcionado con respecto a su montura. Todo el mundo sabe que a menos que estuvieran borrachos, lo que solia ser frecuente, los cosacos cabalgaban sobre inmensos corceles. En cualquier caso uno no repara en eso por el tercer actor en escena: el tigre.

Los cosacos eran un pueblo nómada que vivieron hace tiempo a caballo entre Rusia, Ucrania e incluso Siberia, donde habita el temible tigre de (valga la redundancia) Siberia, que puede llegar a medir más de 3 metros y pesar alrededor de los 300 kg. No pareceria ilógico pues el encuentro de un cosaco con el felino, lo que si sorprende es la extraña postura del animal, que más que atacar,se inmola con los brazos abiertos al hombre, como diciendo: Mátame que no puedo seguir con esta vida. Quien sabe, igual los Monty Python se inspiraron en este cuadro para la escena de la lucha contra el león del sketch: "Scott of the Sahara".

El tono lúgubre, la escena de lucha con un animal cuasi legendario y el hacha del cosaco, convierten a Orlowski en el precusor de la generación de ilustradores que siglos despues decoraria las portadas de Manowar, Blind Guardian y demás.

Investigando la obra de Alexander, comprobé que la desproporción de los personajes es recurrente en parte de sus cuadros, como en Peasant in a Cart. Pero ¿qué importa la proporción si beneficia a la estética o la simbologia? Puede que el tamaño del cosaco represente el poder del pueblo, sustentado por el campesinado ruso (el caballo escuálido), que mantiene una lucha desigual contra el poder establecido: el tigre, que tanto puede parecer fiero, como desesperado; pero entonces recordé que el artista era polaco: los leperos de Europa, seguidores del Barça que una vez mandaron un cohete al sol de noche para no quemarse. Igual no sabia pintar.
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3 comentarios:

  1. Los escorzos siempre son complejos...pero este hombre tenia un problema con las proporciones.
    El tigre parece ir preparandose para su inevitable destino como alfombra en el kremlin.

    Parafraseando a Homer: "que facil es criticar"... "y Divertido!!!"

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  2. Joder mira que meterse con el pobre hombre. Igual solo tenia un ojo y por eso las proporciones son raras. O eso o estaba siempre puesto de vodka hasta las patas. Quien sabe.

    Sois unos irrespetuosos, sobre todo tu Tortlon (si, si, tu majo), con este pobre comunista, aunque sea verdad todo lo que decis.

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  3. Jajaja bueno yo no me meto con el pobre pintor, solo me parece curioso.
    Saludos!!!

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