Arde la literatura

Es dificil encontrar un libro que sea malo; quizá porque los editores son más exigentes que los productores de cine, o puede que la razón sea que cuando un libro no nos gusta, no pasamos de la primera página, sin embargo, una película te la tienes que tragar de principio a fin porque has pagado la entrada o bien porque no has ido al cine a ver la película precisamente (los que tengan una vida sentimental normal sabran de que hablo)

En mi extensa vida de lector, solo he encontrado un libro que pueda considerarse malo (a los libros de Corin Tellado ni siquiera me acerco); tal obra lleva por titulo: ¿Arde Nueva York?, y es producto del trabajo conjunto de Larry Collins y Dominique Lapierre, periodistas (y bien que se nota), que hace años escribieron ¿Arde Paris?, en la cual se desvelaba un complot de los nazis para prender fuego a la ciudad de la luz en su retirada ante el empuje aliado, adelantandose en 60 años a las recientes fallas parisinas.

El libro es estilisticamente simple (y lo dice el rey de los parentesis); tanto, que tras leerlo decidi probar suerte con la escritura: si habian publicado semejante despropósito digno de un alumno de la ESO, es que publican cualquier cosa.

La historia propiamente dicha es delirante, por la forma en que la tratan. Unos terroristas consiguen una bomba atómica y deciden hacerla explotar en Nueva York (¿que terrorista no ha soñado con ver la cabeza de la estatua de la libertad volando por los aires?, obviamente, estos tampoco pasarian mi prueba de la bomba). Uno de estos "luchadores por la libertad", en un acto de lucidez decide anunciar el atentado, hacen llegar a las autoridades su intención de hacer estallar una bomba nuclear en Nueva York, a menos que Israel se retire de los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. De esa forma, ganan siempre, si Israel traga, se solucionaria el asunto arabe-israeli (jajajaj, la risa es una licencia que me tomo), y si finalmente los USA deciden no negociar con terroristas, pues millones de infieles moriran y todos tan contentos.

Como es de suponer, la novela se centra en los dias entre el anuncio de los terroristas y la fecha limite para cumplir sus exigencias. A lo largo de las suficientemente escasas páginas, se suceden una retahila de hechos y personajes delirantes: mujeres que convencen a fundamentalistas islámicos de traicionar a los suyos, el presidente de los USA cediendo a las pretensiones terroristas y amenazando con invadir Israel, un consejero de este pais comentando que no podrian contrarrestar dicha agresión (jajajaja, perdón, otra licencia mia), gente soltando mini-parrafadas técnicas metidas con calzador con el único fin de comprobar como los autores estan en la onda, un terrorista objetor de conciencia que una vez ve a la gente que va a matar se echa para atras, una investigación chapucera.... y asi podria seguir horas y varios minutos más.

El mensaje de los autores es simple: si la causa es justa, no importa los medios que uses; cosa con la que se puede estar o no de acuerdo, lo que no se puede hacer es escribir esto y luego estar en contra de la guerra de Irak por poner un ejemplo; como buenos periodistas, la coherencia brilla por su ausencia en estos dos escritores, bueno en uno de ellos al menos, el otro murio hace poco (RIP)

En conclusión, si alguna vez quereis hacer un regalo a alguien que os cae muy mal, aparte de pensaroslo dos veces, podeis regalarle el libro este.

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