No te olvides la toalla cuando vayas a la playa

Que no os pase lo que a mi hoy. Con mis ojos negándose a abrirse totalmente pese a ser mas de las 10, me levante dispuesto a irme a la playa. Tanta determinación tenia, que me olvide la toalla, las gafas de sol y el agua (eso si los apuntes pese a que no los saque en toda la mañana iban en la mochila, quizá porque desde el final del curso no los había sacado...). Así que tuve que conformarme con una toalla propiedad de mi hermano pequeño de los Power Rangers, contra los que no tengo nada (aparte de que son una mala copia de Bioman), y a todas luces insuficiente para cubrir mi alargada figura de la arena (mi diccionario de sinónimos sigue desaparecido).

Así que tuve que renunciar a echar mi siesta playera, que es casi como una tradición, porque con medio cuerpo cubierto de arena es imposible conciliar el sueño. Al menos, aunque no podía dormir, me distraje observando el extraño comportamiento de los turistas (se nota a kilómetros que lo son) que van a la playa.

Para empezar, en lo alto de la caseta de los socorristas, o de la socorrista mejor dicho (ni de lejos tan "corpulenta" como las de la serie), ondeaba al viento una bandera roja. Aun así había muchisima gente en el agua, como el significado de la bandera lo sabe todo el mundo o se lo imagina (a quien el rojo le de tranquilidad, tiene un problema) he llegado a la conclusión de que los turistas son daltónicos, lo que por otra parte explicaría esas extrañas ropas de colores que suelen vestir ya sea cuando van a un chiringuito o la recepción del embajador. Luego también se nota una cierta prepotencia, sobre todo en los turistas machos, así es frecuente escuchar frases de gente de Madrid como: "Bah, esta gente de pueblo en cuanto hay unas olas de nada ya se asustan". En verdad me alegro de que piensen así, la selección natural ya no puede regular las poblaciones en función de la búsqueda de sustento o las enfermedades, así que el hecho de que se manifieste en cosas como esta me tranquiliza.

Otra cosa que me extraño fue un par de chicas, que vi por casualidad, mientras mi hermano golpeaba por enésima vez con la pelota a una chica que estaba a varios metros de donde estábamos jugando y que por la cara que ponía, no estaba disfrutando del papel de diana móvil que le había tocado. Eran extranjeras, no mas de 20 años. Sobre todo me llamo la atención la pose que ponía una de ellas a la hora de quitarse prendas (por desgracia el bikini no) como si estuviera en plena pasarela Cibeles, lo que me hizo a sospechar que no había ido a la playa precisamente a ponerse morena. Además pude ver ante mis ojos como se derrumbaba un mito, la acompañante de la modelo, se estaba dedicando a sacar fotos de todos los tíos buenos que pasaban por delante, con absoluto descaro. Supongo que no le preocuparia que la descubrieran, que hombre se va a quejar?. Como los tíos, pienso que con las fotos precisamente un collage no hará, aunque quizá si que tenga relación con los trabajos manuales.... Y bueno, según la mentalidad de los hombres, el que una chica ante una fotografía suya haga trabajos manuales es todo un halago (extraño, pero halago a fin de cuentas), aunque si cambiáramos los roles, nos encontraríamos ante un caso de pervertido enfermizo y con toda la razón.

No dio mucho mas de si la mañana, me torcí un brazo intentando golpear una bola envenenada lanzada a traición contra mi, pero como estoy acostumbrado se me paso pronto. Ante la imposibilidad de darme un chapuzón recogimos el campamento y volvimos a casa, no sin antes golpear sin querer a la misma chica por ultima vez, menos mal que se lo tomo a bien y que la pelota no iba muy fuerte.
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2 comentarios:

  1. Una vez un chino de la China me hizo un robado en el puerto de Túnez. Me pongo muy nerviosa cada vez que lo recuerdo.

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  2. Los chinos son muy puñeteros para eso. Que te hagan fotos sin que tu quieras debe ser cuando menos desasosegante.

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